El Voto Femenino En El Perú
Enviado por roxita71 • 24 de Mayo de 2014 • 2.630 Palabras (11 Páginas) • 360 Visitas
El Voto
Femenino
Todo político debe tentarlo.
Escribe FERNANDO TUESTA SOLDEVILLA
Hoy no hay campaña electoral seriamente diseñada si no se toma en cuenta a la gran población femenina votante. Sin embargo, este interés tiene en el Perú escasamente algo más de cuatro décadas, siendo el penúltimo país de la región, antes que Paraguay, en otorgar el voto a las mujeres.
LA mayoría de los movimientos de mujeres en el siglo XIX se estructuraron como movimientos "sufragistas". En 1869, las mujeres norteamericanas, luego de confrontaciones, muchas de ellas violentas, obtuvieron por primera vez en el estado de Wyoming su derecho al voto. Estos movimientos sufragistas luchaban, sin embargo, por el voto restringido. Exigían el voto sólo para las mujeres de las capas medias y capacitadas económicamente. Pero no es sino hasta inicios de siglo que las reivindicaciones femenistas hallaron el entusiasta apoyo de los partidos socialistas, quienes en el Congreso Internacional de Stuttgart (1907) asumieron la lucha por el voto para las mujeres, sin restricciones.
Después de 42 años de otorgarse el voto a las mujeres no es posible pensar la política sin ellas.
Progresivamente se fueron incorporando las mujeres a las organizaciones políticas. Nombres como la alemana Clara Zeltkin, la polaca Rosa Luxemburgo, las rusas Alexandra Kollontay, Angélica Balabanoff, N. Krupskaja o la inglesa Silvia Pankhust se consagraron como grandes lideresas en sus respectivas organizaciones.
Flora Tristán, pionera en la reivindicación de la mujer
EN EL PERU
En el Perú, por el peso de una sociedad aristocrática y oligárquica, la mujer fue abiertamente marginada en la política. No debe, sin embargo, dejar de anotarse que hubo intentos de pequeños núcleos aislados de mujeres que pidieron el voto femenino aunque restringido. Fueron las primeras socialistas mujeres, María Jesús Alvarado y Adela Montesinos, quienes plantearon como un derecho también de las mujeres el voto universal para todos, sin restricción. En la segunda década del siglo conformaron el grupo "Evolución femenina", que tenía como sustento luchar en pro de la cultura y derechos de la mujer. Otras como Zoila Aurora Cáceres y Elvira García y García luchaban, a su vez, por la educación general y el derecho al voto.
Fue, sin embargo, en los cruciales años '30, cuando la discusión sobre los derechos de la mujer se plantearon de manera más abierta. En el Parlamento, los grupos oligárquicos se opusieron al voto femenino al igual que al de los analfabetos; los apristas abogaron por el voto calificado, es decir, sólo a las mujeres que trabajan; y los socialistas, como Alberto Arca Parró, defendieron el voto femenino irrestricto, señalando sus reservas sobre la aplicación inmediata de dicha medida por las condiciones de inmadurez en que se encontraban las mujeres. Magda Portal, la poetisa y luchadora aprista de primera hora, tuvo una voz disidente en su partido. Más tarde, por su vanguardismo incómodo para la dirigencia, dejó las filas apristas. Finalmente, el Congreso Constituyente otorgó el derecho al voto para la mujer sólo para la elección municipal. Pero, ésta no se realizó sino hasta 1963. Los gobiernos de Sánchez Cerro (1931). Oscar R. Benavides (1936), Manuel Prado (1939) y José Luis Bustamante Rivero (1945) no cambiaron la situación de los derechos políticos de las mujeres.
La mujer peruana sufragó por primera vez en 1956. Ese año votó mayoritariamente por Prado
En la década del '50 nuestro país es gobernado por el general Manuel A. Odría, siendo testigo de profundos cambios en la sociedad: migración masiva del campo a la ciudad, conformación de las llamadas barriadas marginales, industrialización e incorporación creciente de la fuerza de trabajo proletaria y su organización gremial, conformación de un movimiento campesino. El General de la Alegría, fue el típico gobernante que combinó el oscurantismo represivo y el clientelismo con determinadas capas sociales, todo ello permitido por un contexto económico internacional de cierta bonanza de posguerra. En vista que no iba a volver a reelegirse como candidato único, como sucedió en 1950, cuando perpetró una de las mayores farsas electorales que se recuerda, decidió otorgar a través de la Ley 12391, el derecho de sufragio a las mujeres mayores de 21 años que supieran leer y escribir o a las casadas mayores de 18 años con el mismo requisito. El calendario marcaba: 5 de setiembre de 1955.
Odría pensaba que el voto de la mujer era conservador, por lo que encontraría un potencial aliado. Pero, el sentimiento antidictatorial al ochenio impidió que el general se presentara como candidato. Fue así como las elecciones de junio de 1956 permitió la presencia en el Parlamento, por primera vez, de mujeres. Estas fueron las pradistas Irene Silva, Lola Blanco, Carlota Ramos, Juana Ubillús, Manuela Billinghurst, la aprista María Gotuzzo y la acciopopulista Matilde Pérez Palacio. Eran mujeres de clase media y altas de la segmentada sociedad peruana. La segunda representación parlamentaria disminuyó ostensiblemente en el Congreso de 1963 con la sola participación de las reelegidas, María de Gotuzzo y Matilde Pérez Palacio. Igual número fue la representación femenina que llegó a ocupar un escaño en la Constituyente de 1978, con la pepecista Gabriela Porto de Power y la focepista Magda Benavides, primera sindicalista mujer en ocupar un cargo de esta naturaleza. De allí en adelante el número de representantes mujeres se incrementó en términos absolutos y porcentajes, y su variedad social y política permitió una mayor democratización de la representación parlamentaria.
EL SISTEMA DE CUOTAS
Si bien es innegable que la participación de la mujer en la vida nacional es incuestionable, esto no se ha traducido de modo significativo a nivel de la representación política institucional. Es así por ejemplo, que si el derecho a voto para las mujeres en el Perú tiene 42 años de vigencia, al ritmo de incorporación actual como representantes parlamentarias, se tendría que esperar hasta el año 2051 para que se llegue al 25% del total parlamentario. Pese a ser la mitad de la población electoral tenemos el siguiente panorama: a nivel parlamentario las mujeres sólo representan el 11%, no ha sido elegida ninguna presidenta ni vicepresidenta de la República; entre 1956-1995 sólo han sido elegidas 71 parlamentarias; sólo hemos tenido una presidenta del Congreso; en toda la historia republicana sólo han jurado 5 ministras; Lima sólo ha tenido una alcaldesa, pero no por elección sino por designación; desde 1963 sólo hemos elegido 41 alcaldesas provinciales y 21 distritales de Lima. Ante situaciones parecidas, en varios países se ha introducido en las legislaciones
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