¡El aborto no es opción!
Enviado por luisprieto • 2 de Septiembre de 2017 • Ensayo • 1.542 Palabras (7 Páginas) • 249 Visitas
NO ES UNA OPCIÓN
¡Hola!, soy una mujer con ganas de seguir adelante, sin que mi pasado afecte el futuro de mi familia. Mi nombre es Mariana y esta es mi historia…
Nací en una familia amorosa, soy hija única, crecí en un hogar lleno de buenas costumbres, valores y virtudes. Mi niñez fue muy bonita, llena de lindos recuerdos, mi adolescencia, por el contrario, estuvo llena de bastantes problemas. La primera vez que estuve en un bar, tenía catorce años, a diferencia de otros chicos de esta edad, a mí no me preocupaba que la policía me cogiera para llevarme al coliseo municipal para que mis padres fueran a buscarme allí, por el contrario, mi madre trabajaba en la policía y por supuesto a mí me conocían muy bien, digamos que los policías me cuidaban, me la llevaba muy bien con ellos, aparte de esto me encontraba con mis primos, pues el motivo de la salía era celebrar que llegaban mis quince años.
Para celebrar mi cumpleaños mis padres querían botar la casa por la ventana, eso quiere decir que ellos se amagaban mi fiesta en la escuela de sub-ofíales, con un vestido hermoso, edecanes, muchos invitados, en fin, por todo lo alto. Pero como la homenajeada era yo, les pedí una reunión pequeña en la casa, que me amoblaran mi habitación y ya, en realidad no quería estar con gente que ni conocía, menos recibir regalos repetidos y que me parecían aburridos.
Bueno, el hecho es que mis padres aceptaron, pero a su manera.me amoblaron mi habitación, la reunión se hizo en la casa, pero como mi madre quería todo por lo alto, intento que pareciera así. ¿Cómo?, muy sencillo, en lugar de una cena “familiar”, llevo un bufet a la casa, con meseros y todo, ¡Ja, ja, ja!, primera borrachera, y la pase súper feliz, aunque cuando llegaron los mariachis y hasta que se fueron, no hice más que llorar.
Después de estos días, comencé a salir a bailar, una vez cada dos o tres meses, luego dos veces por mes, hasta que al final, salía cada ocho días a beber, me gustaba tanto salir en las noches de sábado, bailar, beber, me sentía “grande”. Conocí amistades de cualquier tipo, estrato, costumbres, etc., conocía tanta gente, que con algunos de ellos inicié el vicio, no piensen que me entregué de lleno a este, en realidad lo hacía de vez en cuando. Inicie con la marihuana, fume como dos meses, luego duré una semana inhalando bóxer, no era una gran cosa para mí, debo decir; finalmente conocí el perico, también lo llamaban fuete, blanquita, blanca nieves, etc., este químico, sí que me gustó, en realidad, ¡me encantó!, al punto que para salía a bailar, tenía que comprar una “felpa”, así se le llamaba a la porción que venden del perico, cuando eran fechas especiales, como mi cumpleaños, ferias y fiestas, yo comparaba la “fresa”, así se le llamaba a la punta de una bolsa que venía con cinco gramos amarrada en forma de fresa.
A mis diecisiete años quedé embarazada, tuve una hermoso príncipe, para ese momento yo vivía con el papá de mi hijo, en una casa que no me agradaba, pero donde me sentía libre, porque no tenía a mi madre regañándome por todo, pues esa era mi manera de verlo, aunque en realidad, yo me gané, que muchos se comportaran así conmigo, hice sufrir mucho a mi madre, porque cuando yo salía, no volvía sino hasta el día siguiente, a veces duraba dos o tres días sin aparecer; recuerdo una vez, era un viernes y ese día no tuve clase, me arreglé y le dije a mi mami que iba a la tienda y me fui. Volví el lunes al medio día y ya estaban cambiando las guardas de la casa, aunque yo la llamaba una vez al día para que no se preocupara, aun así, ella se angustiaba, sufría por mí, pero yo no quería darme cuenta de eso.
Volviendo al tema, viviendo con el papá de mi hijo, yo salía a rumbear una o dos veces por mes, mi hijo se quedaba con el papá y yo salía con la misma amiga cada vez. Cuando mi bebé tenía como cinco meses, quedé en embarazo, en realidad estaba tan angustiada que no sabía qué hacer, aparte de esto, era una mujer sin carácter, manipulable y que, sólo pensaba en qué iba hacer para salir a “vivir mi vida”. ¡Qué estúpida fui! Cuando hable con el que era mi pareja en ese momento, con quien yo consideraba como un amigo también y a quien respetaba; su única reacción y solución fue: no tener al bebé. Para el 30 de marzo del 2008, el corazoncito de esa pequeña vida que llevaba en mi vientre, dejó de latir y es algo hasta el día de hoy me atormenta y me duele.
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