El agua y la agricultura en México

El agua y la agricultura en México

Para que exista vida, se necesita agua. Por ello, la producción agrícola en México y en todo el mundo está ligada al manejo óptimo del recurso hidráulico. El siguiente resumen engloba los aspectos más relevantes del artículo El agua y la agricultura en México, escrito por Cesáreo Landeros Sánchez, Enrique Palacios Vélez y Juan Manuel Hernández Pérez.

México tiene alrededor de 2 millones de kilómetros cuadrados de superficie y una precipitación media anual de 772 mm. Su distribución espacial y temporal es irregular, ya que en 42% del territorio la precipitación media anual es menor a 500 mm y, en algunos casos, en las zonas próximas al río Colorado, son menores a 50 mm. En contraste, en 7% del territorio existen zonas con precipitaciones medias anuales superiores a los 2 mil mm, e incluso algunas zonas en las que es mayor a 5 mil mm.

El mayor crecimiento poblacional y económico del país ha ocurrido en las zonas con menor disponibilidad de agua. Así, en el centro y norte, donde se tiene 31% de la disponibilidad de agua nacional, se concentra 77% de la población, a diferencia de la zona sureste, en la que 23% de la población cuenta con 69% del recurso disponible (CNA, 2007).

Sin embargo, este crecimiento ha ejercido mayor presión sobre las reservas de agua en México, al punto que el volumen demandado de agua siempre es mayor que el suministrado. Esto obliga al gobierno a decidir a quién dejar sin este recurso, generando problemas de distribución, sociales y económicos. Una vez más, un México irregular.

Entonces, ¿cuál es la solución? Estudios realizados por la Conagua (2010) han estimado que apenas entre 15% y 50% del agua extraída para la agricultura de riego llega a la zona de cultivos. La mayor parte se pierde durante la conducción o por evaporación antes de ser aprovechada por las plantas. La respuesta es buscar métodos eficientes para el uso del agua en los riegos.

Actualmente, se están desarrollando nuevas tecnologías para el uso adecuado del agua, pero las limitaciones de esta tecnificación en todo el país se deben a factores como la falta de capacitación a usuarios, la escasez de infraestructura y falta de recursos financieros en el sector agrícola.

Existen organismos gubernamentales y no gubernamentales que regular el uso del agua, tales como la SRH, SARH, CONAGUA, Modulos de Riego, etc. El problema no radica en las leyes, si no en el uso inadecuado de agua, la falta de recurso para implementar nuevas tecnologías y la poca organización del gobierno para apoyar a los agricultores a conseguir estos artefactos.

Como conclusión, el agua es el recurso que afecta tanto al deterioro de salud humana como al aumento de ella y de la producción agrícola. La sustentabilidad del cultivo se da cuando se encuentra la forma de producir más gastando menos, y un gobierno no debe estar cegado a las necesidades tecnológicas de su pueblo.

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