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El amor líquido, la economía liquida y el valor de la palabra en la antigüedad


Enviado por   •  24 de Enero de 2019  •  Ensayo  •  1.929 Palabras (8 Páginas)  •  276 Visitas

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El amor líquido, la economía liquida y el valor de la palabra en la antigüedad

Introducción

Este trabajo permite obtener conocimiento pero sobre todo reflexionar que vivimos en una sociedad privilegiada por encontramos en una era tecnológica sin embargo puedo entender que así como logramos conectarnos en segundos con personas al otro lado del mundo, esto ha provocado que nos desconectamos con aquellos que están cerca dejando de lado el amor hacia la familia, los amigos. Esta tecnología nos lleva a un consumismo donde no compramos por necesidad sino por vanidad por querer encajar en esta nueva sociedad liquida. Así mismo permite  identificar como la virtud más grande del ser humano se ha ido perdiendo con el tiempo y se ha convertido en papeles para su credibilidad.

En conclusión este trabajo conlleva al análisis de la vida moderna, sus pro y contra en la humanidad y el mercantilismo, la inestabilidad en los vínculos sociales y comerciales. Como el amor ha sido sustituido por el dinero y la tecnología y que todo aquello que hoy en día realizamos inclusive los sentimientos han perdido su esencia pues si aún inicio fue la palabra la que se transformó en estado líquido hoy podemos decir que el ser humano está transformando todo su ser  en un estado gaseoso.  

Desarrollo

La palabra se le define como “El empeño que hace uno de su fe y probidad en testimonio de la certeza de lo que refiere o asegura” (Diccionario Océano, 1996, p. 1183) por lo tanto podemos decir que la palabra es aquella virtud y característica propia del ser humano mediante la cual demuestra valores y principios pero sobre todo se reconoce que la palabra como tal es un fiel contrato de certeza o seguridad de lo que se habla o se dice de algo, manteniendo de esta manera la credibilidad y confianza de lo que una persona prueba ser y lo que de ella desprenda, por esta razón, en la antigüedad las personas no tenían más que como contrato la palabra de los hombres valerosos para saber si se cumpliría o no una promesa como es el caso de las guerras, rendiciones e inclusive el comercio como compra y venta o el pago de las deudas dependía directamente de la “palabra dada” o también “hombre de palabra”, pero como sabemos hoy en día esta facultad propia del ser humano se ha ido desgastando poco a poco.

Pero poco a poco con los cambios sociales Roma y su sistema de compromisos fue haciéndose más flexible porque Roma recibió mucha gente extranjera que no podía realizar esos actos, simplemente porque no creían en los dioses romanos ni seguía sus tradiciones con lo que sus juramentos eran del todo vanos y le tocó al pretor Romano idearse algunos sistemas para permitir que quién ya había dado su palabra en favor de otra persona lo cumpliera. Es así que poco a poco alrededor del mundo todos los actos humanos comienzan a perder credibilidad y solo podían ser exigidos a través de papeles firmados por las partes quien se comprometían dando lugar así a que el comercio se realice por medio de papeles con un valor que sean exigibles. Hoy en dia podemos decir que los papeles han llegado a representar una parte importante de las relaciones humanas y con el avance tecnológico ha tenido que irse acoplando a un nuevo sistema.  

Por lo tanto el verdadero valor de la palabra radica en el pensamiento del hombre y aquel pensamiento se materializa a través de un cumplimiento y apretón de manos. Para nuestros abuelos era muy importante haber dado la palabra de hacer o no hacer algo por ejemplo si hablamos de los hombres para esta época en donde el machismo era sumamente grande; aquel que diera su palabra y no llegase a cumplir se constituía como un traidor o un hombre de poca confianza e inclusive su virilidad se ponía en duda , pues un verdadero hombre jamás faltaría a su palabra. Por esta razón que nuestros abuelos decían “palabra de galleros”, como expresión de que no se requería de la firma de papeles para cerrar un compromiso, pues la palabra bastaba. En el caso de las mujeres si alguien les comunicaba sobre la adquisición de un bien, como terrenos, casas, etc. no necesitaban de documentos como el registro de propiedad o un contrato de compra venta simplemente creían en lo que les decían pero sobre todo se guiaban por los hechos, por los actos, pues si esa persona era dueña de ese bien debía hacer uso del mismo, es decir vivir ahí, producir en el terreno, etc. Desafortunadamente, la naturaleza humana y su anhelo de poder conllevo a la debilidad de la palabra, causando guerras, superioridad y desconfianza global. Si aún mantuviéramos la palabra de galleros el mundo funcionaria de otra manera pero lastimosamente  hoy en día no es la única que se ha hecho liquida sino que el ser humano ha entrado en un proceso de descomposición moral y lo que a un principio fue el desgaste de la palabra hoy en día es el origen de una decadencia de amor y virtudes.  

De lo anteriormente mencionado se corrobora con la lectura “El amor liquido” de Bauman quien en esta maravillosa obra nos muestra que la sociedad paso de un tiempo solido a un tiempo de modernidad liquida y es tan grave el peligro que se vive que puede llegar a un tiempo de modernidad gaseosa, el mismo autor refiere que: “Hay gente de 30-40 años que no sabe qué va a pasar cuando tengan 60 o 70 pues la planificación del futuro desafía nuestros hábitos, costumbres y capacidades”; de esta lectura se puede obtener que el hombre se ha vuelto cada vez más individualista y con ello se pone en una encrucijada pues existen más guerras, pobreza, traiciones y todo se debe a la falta de amor pues este sentimiento se ha ido desgastando y perdiendo su verdadero sentido, por ello se hace una comparación con la modificación que ha sufrido la palabra pues como esta se ha hecho liquida el amor como motor de la vida también se encuentra en momento crítico. Pues ya nadie desea comprometerse más allá del tiempo, las familias se vuelven inconsistentes, hoy ya no se busca un amor para siempre sino hasta cuando uno se aburra y se divorcie porque hoy es más fácil divorciarse que casarse; que quien busca algo serio es aburrido mientras que en la era solida esto era comprometerse, amarse, respetarse. Ya nadie mira por los demás o siente amor al prójimo. La humanidad pierde el sentido de la vida y se convierte en materialista; viviendo una modernidad liquida es decir inestable, caótica de sentimientos y de valores.

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