El estado y las regulaciones de la economía

Crozier Michael, El estado y las regulaciones de la economía

• Los problemas: reglamentación y regulación

Liberales y tecnócratas confunden por igual reglamentación y regulación. Para liberar a la economía de la influencia estatal, es fundamental comprender esas regulaciones y la manera en que intervienen en el nuevo contexto de las sociedades post industriales.

La intervención activa del estado en la economía se debe replantear por completo, pues nuestros tecnócratas no poseen ni la competencia ni la libertad de espíritu necesarias para tomar decisiones. En cambio, el estado omite totalmente invertir en el desarrollo de conocimientos e investigaciones indispensables para la clarificación de las decisiones económicas, técnicas y financieras publicas y privadas.

Al estado le es preciso elaborar una nueva filosofía de la reglamentación basado en dos ideas: 1. Solo la simplicidad de las reglas permite responder a la complejidad de los problemas 2. Solo la colaboración activa de los ciudadanos y los profesionales puede permitirle realizar su tarea en el campo de la economía.

Un estado moderno ya no puede aspirar a imponerse como agente de la modernización de la sociedad, los neoliberales se empeñan en demostrar que el ordenamiento ideal del Estado es asegurar las tareas de soberanía clásica (justicia, policía, defensa) incluso cuando se sabe que estas tareas de soberanía clásica pueden ser desempeñadas de un modo más eficaz por empresarios privados.

La observación de las realidades económicas y sociales de los países evidencia el carácter artificial de estos debates teóricos. Nada más fácil que demostrar la superioridad de los mecanismos de ajuste automático del mercado en las actividades humanas más diversas, sin embargo, esta superioridad no se manifiesta si no en lo absoluto del razonamiento puro. En la práctica lo que cuenta son los medios de establecimiento, mantenimiento y desarrollo del mercado.

El mercado es una construcción humana muy delicada que para surgir, afirmarse y desarrollarse exige enormes esfuerzos colectivos; los mercados son concretos, numerosos, diversos y complejos en sus interrelaciones. A parte de los mecanismos automáticos que los fundan, los mercados implican otro tipo de regulaciones garantizadas por reglas escritas y no escritas, algunas decretadas por el poder público y otras de costumbre. El hecho de que los mecanismos automáticos sean superiores no quiere decir que sean suficientes; solo son un modo de regulación acabado y eficaz que solo puede existir gracias al sostenimiento de los demás.

La palabra regulación se ha impuesto para designar la acción de los mecanismos correctores que mantienen un sistema en existencia

Los sistemas sociales (a comparación de los físicos) son mas abiertos, menos sometidos, tienen presencia de fenómenos de poder y de conciencia que los hace más vulnerables, pero también más capaces de adaptación

El termino regulación se vuelve problemático en cuanto al uso norteamericano que ha hecho que el termino sea empleado para designar la intervención de las autoridades publicas y sobre todo federales en la dirección de diferentes actividades económicas; el gran debate sobre la política norteamericana de “desregulación” se agregó a esta confusión.  Sin embargo, el uso científico de la palabra regulación coincide con la práctica francesa que hace que este término abstracto y general no se confunda con la reglamentación estatal.

Gracias a la confusión de vocabulario ocasionada por los norteamericanos, los teóricos doctrinarios del mercado suelen confundir reglamentación y regulación; entre el mercado automático y abstracto y la intervención reglamentaria del poder público, no conciben que puedan existir otras formas de regulación. En efecto, los tecnócratas tienen razón en decir que estos fenómenos no son “naturales” y por lo tanto pueden ser teóricamente mejorados, sin embargo, no se dan cuneta que interviniéndolos y corrigiéndolos los hacen más vulnerables y rígidos.

El concepto de interés general se introduce por medio de la tradición política francesa la cual hace que los intereses particulares cedan ante el interés general. De ello se desprende que en nombre del interés general los funcionarios responsables mandan sobre los intereses particulares, este mando de los funcionarios será más fácil si el poder publico Los tecnócratas no pueden concebir una regulación sin regulador y a sus ojos el único regulador neutro que puede existir es el Estado; aquí nace la necesidad de que el poder público se haga cargo de la regulación, así, todo lo que era hábitos y costumbres es transformado en deberes y prescripciones, el conocimiento de los fenómenos pide por su parte una toma inmediata de responsabilidad. se asegura el papel de regulador, con frecuencia es necesario que algunas reglas publicas vengan con apoyo de las regulaciones existentes o que el poder público sirva de garante.

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