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El fin de los periódicos (edición de Arcadi Espada)


Enviado por   •  12 de Octubre de 2019  •  Resumen  •  3.203 Palabras (13 Páginas)  •  130 Visitas

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ESPADA, Arcadi, y HERNÁNDEZ BUSTO, Ernesto, El fin de los periódicos, Duomo, Barcelona, 2009.

SINOPSIS

Compendio de artículos de diferentes autores estadounidenses, extraídos (y traducidos) de Internet y de la revista New Yorker, sobre la amenazada situación actual del periodismo, debido a la irrupción de los diarios digitales, y sus posibilidades de subsistencia futuras.

CRÍTICA

Muy sugestivo. Hace pensar.

ESTRUCTURA

El libro se divide en 7 artículos de siete autores más una introducción (otro artículo) de Arcadi Espada. Cada articulista opina sobre los peligros del periodismo de papel ante la irrupción de Internet e intenta ofrecer soluciones a su situación  de amenaza.

IDEAS PRINCIPALES

Artículo 0 (introducción): Arcadi Espada, “La noticia posmoderna

Espada resume los principales puntos de discusión sobre el momento actual del periodismo:

  • La irrupción de Internet.
  • El cambio del paisaje informativo, donde la fuente puede contactar sin mediación con los ciudadanos.
  • La evidencia de que el periódico ya no gestiona en solitario el debate sobre el conflicto social.
  • El diario, además de proveer noticias, proveía amenidad, y que la  radio, la tele e Internet han reducido drásticamente esa ambición.
  • La emergencia de nuevas narrativas que combinan audio, imagen y escritura.
  • La aparición del hipertexto: información a lo hondo, en lugar de a lo largo  y ancho.
  • Las posibilidades de transparencia en la gestión pública que permite el medio digital.
  • La mejora en calidad del periodismo gracias a los buscadores y bases de datos informatizadas.
  • La conversión de la información en un flujo continuo.

El periodista ya no es el contrapunto del político, sino su cómplice. Debido a esto, parte del público abomina de los mediadores, porque no los cree de fiar. Pero esto, según Espada, representa un problema, pues es precisamente lo que los poderosos pretenden: que nadie “tergiverse”, o sea, que nadie que les diga a los lectores lo que realmente quieren decir sus aparentemente inocuas palabras.

        Además del de mediador, el otro papel relevante del periodista es el de seleccionar y jerarquizar las noticias, papel que también muchos ciudadanos pretenden negarle. Al estar en el meollo donde se gestan las noticias, el periodista dispone de mayor capacidad de análisis y crítica para saber qué es importante y cómo narrarlo. Pretender que todo el público es capaz de eso es una quimera. Sin embargo, en una sociedad posmodernista y relativista, donde todo (culturas, personas, opiniones…noticas) vale lo mismo, ¿por qué jerarquizarlas? Esto se plasma en las noticias digitales, donde la novedad siempre eclipsa a la importancia. De esta manera, es el lector el que decide.

        A resuello de lo anterior, resulta que el  lector se va formando su propio periódico, en base a las noticias que le interesan. Esto contraviene la utilidad habitual del diario como trasmisor de noticias que preocupan a todo el mundo, a otros, no sólo al lector inmediato. De esta manera, se fomenta un egocentrismo y un desconocimiento (o desprecio) por lo que no nos interesa absoluto. Ni por casualidad podemos saber de lo que no nos interesa o de lo que desconocemos.

        Otra idea de la que trata es la del contraste entre veracidad y verosimilitud. En la sociedad del posmodernismo la verdad es relativa, una mera convención entre los poderosos, y esto afecta a las noticias. Se publican informaciones que no son tales, pero que podrían haberlo sido, como una novela realista. Como en Internet todo es fácilmente rectificable, los rumores campan a sus anchas. Espada ataca este nuevo hábito periodístico, afirmando que las noticias son hechos, y los hechos no son rectificables. Pero claro, para defender esta tesis hay que empezar por defender “la verdad”, sin relativismo alguno sobre ella.

Artículo 1: Jill Lepore, “Números atrasados: el día que murió el periódico

Hace un recorrido por la historia de los periódicos (estadounidenses)

Artículo 2: Phillip Meyer,  “El periódico, élite del futuro”

Se hace eco de la previsión de The Economist para el final de los periódicos: 2043, porque cree que Internet ha causado en la prensa escrita el mismo fenómeno que ésta en los pregoneros.

Los periódicos impresos deberían dejar de servir noticias “a lo buffet” (un poco de todo), porque éstas están destinadas a un público mayoritario, y éste, menos interesados en las noticias, ya no los compra. Como consecuencia, deberían especializarse en su aspecto menos vulnerable: el análisis de las noticias y la influencia y la credibilidad. Mediante el periodismo de investigación (es decir, la especialización), otorgando un contexto, dotándolas de un marco teórico y sugiriendo formas de actuación a partir de ellas, podrán ofrecer algo que no suele hacerse Internet. Así, publicando no diariamente y quizás desarrollando un modelo híbrido, en el que pudieran actualizar las noticias en la Red, podrían evitar su desaparición.

Artículo 3: Eric Alterman,  “Agotado. Vida y muerte del periódico norteamericano”

Cuenta como, aun cuando algunos diarios estadounidenses no permiten a sus periodistas opinar públicamente, participar en manifestaciones, ser voluntarios de campañas políticas o llevar distintivos político o incluso adhesivos propagandísticos en sus coches, la objetividad es un ideal inalcanzable. Las encuestas revelan que cada vez menos gente cree que los periódicos la practiquen.

        Habla también de diarios digitales, como el (progre) Huffington Post, que se nutren de informaciones enviadas por la gente, y que generan mucho debate en sus foros. Una forma de entender el periodismo radicalmente diferente a la del famoso periodista americano de principios de s. XX Walter Lippmann, cuyo libro  “La opinión pública” (1922) tuvo mucha repercusión mediática en su momento. Lippmann, convencido elitista, no creía en la democracia porque veía que el ciudadano medio, al igual que desconocía temas como el estructuralismo  o la física cuántica, tampoco se enteraba ni comprendía el grueso de las noticias.

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