El malestar de la cultura. Los seres humanos quieren alcanzar la dicha, conseguir la felicidad y mantenerla
Enviado por Liliana Salvador • 25 de Agosto de 2017 • Resumen • 4.312 Palabras (18 Páginas) • 365 Visitas
El malestar de la cultura
I
Freud comenta haber enviado a un amigo suyo un escrito en el cual trataba a la religión como una ilusión. Este amigo le comenta que, si bien compartía en gran medida su pensamiento, creía que no habia tenido en cuenta la “fuente genuina de la religiosidad. Un sentimiento que preferiría llamar sensación de
La idea de que el ser humano recibiría una noción de su nexo con el muindo circundante a través de un sentimiento inmediato dirigido ahi desde el comienzo mismo sueña tan extraña que parece justificada una derivación psicoanalítica de un sentimiento com,o ese. Normalemnte no tenemos mas certeza que el sentimiento de nuestro si-mismo, de nuestro yo propio. Este yo nos parece autonomo, unitario, bien deslindado de todo lo otro.En la cima del enamoramiento amenazan desvanecerse los límites entre el yo y el objeto. Contrariando todos los testimonios de los sentidos, el enamoirado asevera que yo y tú son uno, y está dispuesto a comportarse como si así fuera. Lo que puede ser cancelado de modo pasajero por una función fisiológica, naturalmente tiene que poder ser perturbadotambién por proceso patológicos. La patología nos da a conocer gran número de estados en que el deslinde del yo respecto del mundo exterior se vuelve incierto, o en que los límites se trazan de manera efectivamente incorrecta.El sentimiento yoico del adulto habrá recorrido un desarrollo que puede construirse con bastante probabilidad. El lactante no separa todavía su yo de un mundo exterior como fuente de las sensaciones que le afluyen. Aprende a hacerlo de a poco, sobre la base de incitaciones diversas. Tiene que causarle la mas intensa impresión el hecho de que muchas fuentes de excitación en que mas tarde discernirá a sus órganos corporales pueden enviarle sensaciones en todo momento, mientras que otras-y entre ella las mas anhelada: el pecho materno- se le sustraen temporariamente y solo consigue recuperarlas berreando en reclamo de asistencia. De este modo se contrapone por primera vez al yo un
Originariamente el yo lo contiene todo; mas tarde segrega de si mismo un mundo exterior. Por tanto, nuestro sentimiento yoico de hoy es sólo un comprimido resto de un sentimiento mas abarcador que correspondía a una atadura mas íntima del yo con el mundo circundante.
En la vida anímica no puede sepultarse nada de lo que una vez se formó; todo se conserva de algún modo y puede ser traído a la luz de nuevo en circunstancias apropiadas.
II
Los seres humanos quieren alcanzar la dicha, conseguir la felicidad y mantenerla. Esta aspiración tiene dos costados, una meta positiva y una negativa: por una parte, quieren la ausencia de dolor y de displacer; porla otra, vivenciar intensos sentimientos de placer. Lo que en sentido estricto se llama
Los métodos mas interesantes de precaver el sufrimiento son los que procuran influir sobre el propio organismo. Es que al fin todo sufrimiento es sólo sensación, no subsiste sino mientras lo sentimos, y sólo lo sentimos a consecuencia de ciertos dispositivos de nuestro organismo.
El método mas tosco, pero también el mas eficaz, para obtener ese influjo es el químico: la intoxicación. Bien se sabe que con ayuda de los
Así como satisfacción pulsional equivale a dicha, así tambien es causa de grave sufrimiento cuando el mundo exterior nos rehusa la saciedad de nuestras necesidades. Por tanto, interviniendosobre estas mociones pulsionales uno puede esperar liberarse de una parte del sufrimiento. Asi, en modo alguno se ha resignado el propósito de la satisfacción; no obstante, se alcanza cierta protección del sufrimiento por el hecho de que la insatisfacción de las pulsiones sometidas no se sentirá tan dolorosa como la de las no inhibidas.
Otra técnica para la defensa contra el sufrimiento se vale de los desplazamientos libidinales que nuestro aparato anímico consiente, y por los cuales su función gana tanto en flexibilidad. Para ello, la sublimación de las pulsiones presta su auxilio. Los puntos débiles de esta método residen en que no es de aplicación universal, pues sólo es asequible para pocos humanos y ni siquiera a esos pocos puede garantizarles una protección perfecta contra el sufrimiento.
Hay otro procedimiento ma enérgico y radical. Discierne el único enemigo de la realidad, que es la fuente de todo padecer y con la que no se puede convivir; por eso es preciso romper todo vínculo con ella, si es que uno quiere ser dichoso en algún sentido. Por regla general, no conseguirá nada quien emprenda este camino hacia la dicha en sublevacion desesperada; la realidad efectiva es demasiado fuerte para él. Se convierte en un delirante que casi nunca halla quien lo ayude a ejecutar su delirio. No podemos menos que caracterizarnos como unos trales delirios de masas a las religiones de la humanidad. Quien comparte el delirio, naturalmente, nunca lo discierne como tal.
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