El plano económico de la dictadura militar en Argentina

El plano económico de la dictadura militar

La prioridad de la Junta Militar fue la de adaptar rápidamente la economía a las nuevas condiciones del mercado mundial. Principalmente porque entre los participantes directos de la dictadura impulsada en 1976 se encontraba una parte de la burguesía local, y el capital internacional –por medio de las multinacionales radicadas en el país-, quienes tenían la urgente necesidad de adaptarse a este nuevo modelo de acumulación.

El objetivo principal era desarmar las bases del modelo de industrialización por sustitución de importaciones para abrir paso al nuevo modelo. De esta manera se reformaría el campo económico y productivo, y se disciplinaría a los sectores que legitimaban el modelo anterior. Algunas de las características destacables del modelo neoliberalista son la reducción del gasto público y de los salarios. Por lo tanto, para poder implementar estas políticas –junto con otras de carácter más financiero- se hacía necesario “disciplinar” al sector trabajador, quienes lógicamente se oponían, y también contaban con una fuerte capacidad de organización y manifestación en defensa de los derechos adquiridos durante la etapa populista, potenciada además por la debilidad de la clase dominante que se hizo evidente a partir del golpe del ’55. La Junta adoptó las medidas impulsadas por la Doctrina de la Seguridad Nacional dirigiéndolas –entre otros- a la clase obrera.

Bajo estas condiciones se prohibieron todos los derechos de huelga y de organización sindical, y se redujeron un 40% los salarios en un marco adicional de despidos, y desindustrialización que provocaba aún más despidos. Como consecuencia, se generó un mercado laboral paralelo caracterizado por la informalidad y la precarización.

Por otro lado, se impulsó un “achicamiento” del Estado, descentralizando muchas de sus funciones, eliminando instituciones características del Estado de Bienestar, y privatizando total o parcialmente servicios y empresas estatales. La excusa era que el excesivo intervencionismo estatal desestimulaba la inversión en la producción, y que el gasto público masivo que generaba déficit provocaba inflación. Además, según las miradas neoliberales, las empresas privadas siempre son más eficientes frente a la burocracia estatal.

También se liberaron las operaciones financieras y los precios, se abrieron las barreras aduaneras permitiendo la entrada masiva de productos importados, y se buscó la fluidez y liquidez del mercado financiero para poder captar los fondos excedentes provenientes del exterior.

Según el Ministro de Economía de la dictadura, José Martínez de Hoz, la apertura de las barreras aduaneras que permitía la entrada de productos importados, junto con la quita de subsidios a ciertas industrias estimularía el desarrollo de la industria local para poder competir

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