El terremoto de México de 1985
Enviado por Antonio Torres • 10 de Diciembre de 2016 • Ensayo • 1.441 Palabras (6 Páginas) • 302 Visitas
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Ensayo
Maestra: Elizabeth Hernández Torres
Integrantes :
“De repente todo comenzó a moverse y se derrumbó”, “¿cuánto va a durar esto?”(1), estas son algunas de las palabras de las personas que fueron sobrevivientes a la terrible catástrofe del 85, el terremoto en la Ciudad de México el 19 de septiembre de 1985.
El terremoto de México de 1985 fue un sismo ocurrido a las 7:17, del jueves 19 de septiembre de ese mismo año, éste alcanzó una magnitud de 8.1. El epicentro se localizó en el Océano Pacífico mexicano, cercano a la desembocadura del río Balsas en la costa del estado de Michoacán, y el hipocentro a 15 kilómetros de profundidad bajo la corteza terrestre. El sismo afectó en la zona centro, sur y occidente de México, en particular a la Ciudad de México, en donde se percibió a las 7:19 hora local. Ha sido el más significativo y mortífero de la historia escrita de dicho país y su capital, y superó en intensidad y daños al registrado en 1957, que hasta entonces había sido el más notable en la ciudad. La réplica acontecida un día después, la noche del 20 de septiembre de 1984, también tuvo gran repercusión para la capital al colapsar estructuras reblandecidas un día antes.
Fue de los peores días de aquella ciudad, como lo dice el periodista Miguel Ángel Granados Chapa:
“Caída la noche, la negra noche de este día negro, todavía se escucha, en el centro de la ciudad, el correr de las ambulancias que hacen sonar sus sirenas, para abrirse paso. Tienen que cuidarse de no atropellar a las personas que fuera de los límites del acordonamiento, ignoran qué hacer y a dónde ir, pues cuerdamente se les impide pasar a los sitios donde hasta esta mañana vivieron o trabajaron. Han permanecido de guardia, a lo largo de este largo día, como si imaginaran que en cualquier momento, por algún mágico influjo las cosas volverán a ser como eran antes de las 7:19 de ayer.”(2)
Ante esta tragedia en el país, una cultura de la protección civil, de protocolos de acción y de recursos de toda índole ante las grandes catástrofes y una generalizada inacción y minimización de las consecuencias por parte del gobierno encabezado a nivel federal por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el estado vivido en las 48 horas siguientes al sismo fue de un caos generalizado, que fue paliado por la organización por la organización de la sociedad capitalina al auto organizarse en el rescate y asistencia de las víctimas y damnificados.[pic 1]
Nunca se ha sabido el número exacto de víctimas debido a la censura impuesta por el gobierno de Miguel de la Madrid. Se sabe que, por medio de testimonios, la escala Mercalli en Ciudad de México fue de entre IX y X.
Vale la pena reflexionar, sobre todo muchos que no lo vivieron o éramos demasiados pequeños para entender la dimensión de la tragedia que embargaba a nuestra Ciudad de México. Los movimientos oscilatorios de desplazamiento y la trepidación generada por el terremoto provocaron el colapso de cientos de edificaciones, es impactante observar los destrozos, los esfuerzos de los voluntarios, de las organizaciones internacionales, de los bomberos de otros países, de los damnificados, y su vida paralela a toda la tragedia, de la solidaridad de los mexicanos, de los esfuerzos por sobrellevar las perdidas y los muertos.
La ayuda internacional fue rechazada en un principio por el primer mandatario, e incluso se sabe que un avión con ayuda humanitaria de Caritas Internacional sobrevolaba el espacio aéreo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ya que no se le daba permiso para aterrizar. Por orden de la primera dama, el avión y la ayuda internacional lograron entrar a la ciudad para apoyar a los cuerpos de rescate mexicanos que, dada la magnitud del desastre, en ese momento no daban abasto. Después de este incidente fue que el Gobierno Federal decidió aceptar la ayuda internacional al ver sobrepasada sus capacidades de reacción ante tal catástrofe. Años después se hicieron las siguientes apreciaciones al respecto:
Muertes: el gobierno reportó el fallecimiento de entre 6,000 y 7,000 personas. Sin embargo, años después con la apertura de información de varias fuentes gubernamentales, el registro aproximado se calculó en 10,000 muertos. El estadio de béisbol del Seguro Social se usó para acomodar y reconocer cadáveres. Se utilizaba hielo para retrasar la descomposición de los cuerpos.
Nunca se ha sabido el número exacto de víctimas debido a la censura impuesta por el gobierno de Miguel de la Madrid. Los mejores espacios más seguros durante un terremoto son los abiertos, sin estructuras altas ni árboles alrededor que puedan desplomarse. De estar en un lugar cerrado, a un mueble grande, pesado y tan robusto como sea posible. La única recomendación posible es tratar de no entrar en pánico, y no sumarse a estampidas que son iguales o más peligrosos que el sismo mismo. Recuerden que la duración del sismo es del orden de segundos a unos pocos minutos. Si se permanece calma en ese tiempo, las largas horas posteriores ofrecen mejores oportunidades de vida
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