El trabajo ennoblece al hombre

EL TRABAJO ENNOBLECE AL HOMBRE

Todos los seres humanos debemos trabajar para subsistir y mantener a nuestra familia, para obtener los recursos monetarios suficientes y necesarios para solventar las diferentes necesidades. Debemos darle gracias a DIOS por el trabajo que nos repara cada día, pedirle fuerzas, guía, luz y dirección para trabajar con sapiencia, esfuerzo, dedicación, lealtad y ética profesional, sin importar el tipo de trabajo que desempeñemos y a la entidad que nos da la oportunidad de laborar.

El trabajo ennoblece al hombre, siempre y cuando no nos hagamos esclavos del trabajo, trabajemos con honradez y dedicación, sin sacrificar a nuestra familia, sin olvidarse de vivir, sabiendo distribuir muy bien nuestro tiempo y recursos.

El trabajo ennoblece al hombre si existe una remuneración justa, oportuna y adecuada por la labor desempeñada, si no existe discriminación por lo que hacemos, si alguien valora nuestro esfuerzo y aporte a la entidad para la que trabajamos. Si el patrono nos da las herramientas y facilidades para desempeñar una excelente labor, diremos que esto ayudará a ennoblecer el trabajo del hombre. Además de respetar la dignidad de cada trabajador y no explotar al niño, al joven, al anciano, al extranjero, sin diferencias de credo, políticas o de otra índole.

Si cada día sentimos la alegría de llegar a trabajar a nuestro puesto de trabajo, de tener buenas relaciones humanas con los compañeros y jefes, de trabajar con esmero, no solo por un salario justo, sino por ser parte de una empresa y de la consecución de metas y objetivos, tanto personales como de equipo, diremos que el trabajo ennoblece al hombre.

El trabajo ennoblece al hombre cuando se trabaja en equipo por un bien común, con humildad y perseverancia, trabajando en paz y armonía con el medio ambiente y la dignidad del hombre.

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