Embarazo adolescente - Definicion y revision de literatura

I.        Definición del Problema y Antecedentes

Para el 2017, la Republica Dominicana (Rep.Dom.) estaba enlistada como el quinto país con la mayor tasa de fecundidad en adolescentes de 15 a 19 años (Unicef, Cepal). Así mismo, según la UNFPA, de cada 1,000 mujeres de 15 a 19 años, la Rep. Dom. se encuentra en el 6to lugar en Latinoamérica, demostrando los altos niveles que posee el país.

De acuerdo con la Encuesta Demográfica y de Salud (ENDESA) realizada en el 2013, la tasa de mortalidad materna en la República Dominicana es una de las más altas dentro de nuestra región latinoamericana. En el 2007, por cada 100,000 nacidos, morían 178 madres, de las cuales el 20% se trataba de mujeres entre los 15 y 19 años. Es decir, en el 2007 una de cada cinco muertes maternas era una adolescente.

Otra manera la cual el embarazo en la adolescencia influye en la desigualdad y la pobreza de la familia es en la ocurrencia del embarazo precoz. De acuerdo con la UNICEF, en su estudio sobre la prevención del embarazo en adolescentes realizado en 2011, en las familias que se repite la maternidad adolescente pueden existir normas o creencias culturales en las que intervienen factores contribuyentes al embarazo precoz. De igual manera, estudios de la misma entidad indican cómo el ser madre adolescente aumenta la probabilidad de ser pobre en un 16% a 28%.

ENDESA (2013) explica que el embarazo y la maternidad adolescente se asocia directamente a la pobreza y a la baja educación. Haciendo comparación desde el punto de vista educativo, el riesgo de una adolescente en quedar embarazada es 6 veces mayor en mujeres que tuvieron una educación primaria respecto a mujeres en educación superior. Desde otra óptica, tomando en cuenta el factor económico, en el 2013 se concluyó que es 25% más probable que una adolescente del quintil inferior sea madre respecto a una adolescente del quintil superior.

Sin duda alguna, nunca se podrá reducir con totalidad el embarazo adolescente, pero si se puede disminuir. A pesar de que, al existir una mayor clase social y un mayor nivel educativo de la persona, las probabilidades de que una adolescente resulte embarazada sean menores, dichas variables se ven afectadas por como responderían ambos grupos ante la misma situación. De acuerdo con la UNICEF, el embarazo se manifiesta de formas diferentes por el medio social de la adolescente. Diversos estudios indicaron como la clase media y media-alta tienen relaciones sexuales en promedio más tempranamente que en generaciones diferentes; pero, es más probable que el ámbito social oculte un número creciente de embarazos a través de la interrupción del embarazo. Ciertamente, los incentivos entre clases sociales son diferentes, la importación de los estudios universitarios es más importante que un embarazo en ese momento en su vida.

II.        Revisión de la Literatura y búsqueda de datos

Existe una extensa literatura acerca de los orígenes, efectos y desafíos del embarazo en la adolescencia tanto a nivel global, como en el contexto latinoamericano. Debido a los efectos adversos que traen altas tasas de embarazo en jóvenes menores a 20 años, no es sorpresa que organismos internacionales como la CEPAL, UNICEF y el BID realicen colaboraciones con investigadores para tratar esta problemática que aportó a la incapacidad de cumplir los Objetivos del Milenio y promete ser una amenaza para los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las consecuencias de las altas tasas de embarazo en menores van desde la reproducción de la pobreza, hasta el aumento de las tasas de morbilidad y mortalidad infantil (UNICEF, 2007) y a través de estas tienen repercusiones contundentes en el desarrollo de una sociedad.

En muchas sociedades Occidentales la incidencia de las relaciones sexuales entre adolescentes y los números de embarazos aumentaron considerablemente luego de la Segunda Guerra Mundial. En los 70´s ya era evidente que el embarazo en la temprana edad era un problema, principalmente en países pertenecientes a Latinoamérica y África Sub-Sahara. Estos cambios llevaron a estudios como el de Ojwang y Maggwa (1991) en el que se observó que dicha tendencia coincidía con el cambio gradual de las estructuras familiares de las regiones, pasando de una estructura extendida hacia una estructura nuclear. Con este cambio en la estructura familiar y la forma de vida, el papel de los miembros de la familia, hasta ahora extendida, en la educación y la actuación como modelos a seguir para los jóvenes ha desaparecido. Estos resultados implican el supuesto de que convivir con una mayor cantidad de familiares aporta a la educación sexual de los adolescentes.  

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