Ensayo Importancia de la Resiliencia Organizacional en tiempos de Crisis

Importancia de la resiliencia organizacional en tiempos de crisis

Guillermo Cabrera

La resiliencia organizacional es ya una obligación para generar ventaja competitiva y subsistir en el tiempo para las empresas. Es tan importante como hacer una revisión mensual del balance general o idear el plan operativo anual. Aunque suene extremado, espero demostrar este juicio en el siguiente artículo.

Muchos líderes centran sus objetivos en los números meta que les exigen las organizaciones a las que representan, y consideran que el logro de dichos objetivos cotidianos es la única razón de ser de su rol como líderes. Sin embargo, esta posición está bastante alejada de la eficiencia en la gestión de liderazgo de un equipo de trabajo.

Un buen liderazgo unifica aptitudes y actitudes bastante marcadas en la gestión organizacional: por ejemplo: el empoderamiento a los trabajadores, la autonomía en las decisiones, un buen feedback de las tareas, la conexión entre los integrantes del grupo y la cualidad más importante de un equipo eficiente y efectivo: la comunicación. Un equipo motivado que logra sus objetivos demuestra un liderazgo positivo y resiliente. La resiliencia es un término que aún crea dudas en su concepto y ejecución.

Podemos iniciar a entender a la resiliencia como la capacidad de las organizaciones a adaptarse a la imprevisibidad, a lo desconocido y a la incertidumbre, sin dejar de cumplir los objetivos de la empresa para subsistir en el tiempo y prosperar. La resiliencia no es una cualidad innata, es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida. Los hay que son flexibles porque han tenido un modelo a seguir, mientras que otras personas han encontrado el camino de la resiliencia por sí solas. De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas.

Las características principales de la personalidad resiliente son: en primer lugar, y como elemento fundamental, la autoestima estable y positiva, capaz de resistir los acontecimientos traumáticos de la vida por graves que estos sean; la capacidad de introspección por la cual son conscientes de sus aptitudes y actitudes; la independencia que les ayuda a establecer límites entre la propia persona y la sociedad que les rodea, sin quedar aislados del resto; la capacidad de establecer relaciones sociales de carácter íntimo y empático, reconociendo las necesidades de los demás y estableciendo lazos de amistad verdadera; la asertividad, que les lleva a conocer y hacer valer sus derechos ante los demás; la iniciativa, que les lleva a investigar y querer probar nuevos retos en la vida; la creatividad que es la capacidad para realizar nuevas obras y proyectos; el humor, como capacidad para la percepción de los acontecimientos cómicos de las situaciones cotidianas; la ética, como la conciencia para hacer llegar a los demás la situación de bienestar que viven; y la capacidad de crítica, que les ayuda a analizar las causas y las consecuencias de su comportamiento.

Como es lógico, esto no quiere decir que una persona desarrolle todas estas características al mismo tiempo ni de igual manera, sino que existen diferencias entre los sujetos resilientes. Otra definición exacta a la resiliencia proactiva, es la capacidad de saber aprovechar los recursos que tenemos para afrontar situaciones adversas futuras. Una empresa con resiliencia es aquella que ha tenido la fuerza suficiente para rebotar y salir aún más fortalecida de una crisis.

Pero, ¿qué es una crisis?, un poderoso ejemplo de esto es la coyuntura actual en la que vivimos, causada por la pandemia del Covid 19, la cual afecta a las familias, a la salud, al entorno social y laboral. Obligando así, a hacer cambios sustanciales en cada situación vivida.

Por ejemplo: hoy en día es muy común ver pocos trabajadores en una oficina porque la coyuntura te obliga a hacer trabajo a distancia, esto incluye diversos cambios a nivel tecnológico, familiar, social y en general en la rutina diaria, estos cambios generan niveles altos de estrés en las personas los cuales deben ser manejados estratégicamente.

Una crisis puede ser climática, financiera, tecnológica o de distintos tipos, según el origen y la afectación que esta tenga en las personas. Es importante saber cuándo un problema llega a convertirse en una crisis, y la respuesta radica en el tiempo e impacto que esta genera, y el hecho en que una crisis obliga a hacer cambios radicales, y quizás irreversibles, en una organización.

Una crisis tiene grandes manifestaciones en las organizaciones de hoy y, en muchos casos, un gran índice de probabilidad de causar daños mortales en las empresas. Una de estas manifestaciones es el síndrome del superviviente, que radica en la afectación de la salud física, el bienestar psicosocial y autorrealización de las personas causado por el sentimiento de culpa de un trabajador al sobrevivir a un ajuste de personal que otros no lograron. Esto afecta su desenvolvimiento y desempeño dentro de la empresa en la que labora.

Otra de estas manifestaciones es el efecto de focalización, es decir, el estado de un trabajador en enfocarse en lo que va mal, en encogerse a la resignación de seguir haciendo las cosas aun sabiendo que estas acciones solo le permitirán no ser despedido sin tener algún valor agregado o cambio sustancial en su desempeño.

Entonces, ¿deberíamos pensar que una crisis es lo peor que le pude ocurrir a una empresa? La respuesta es no. Etimológicamente, la palabra crisis en japonés significa peligro y oportunidad: peligro, por cuanto un cambio en la estructura o en la forma de trabajo significa un riesgo que podría originar un caos y una oportunidad, porque de aplicar una buena resiliencia estaremos preparados para continuar y unirnos a ese proceso de adaptación que te impone una crisis y con esto generar ventajas competitivas en la industria.

La capacidad de poder convertir la crisis en una fuente de oportunidad estratégica es una de las funciones importantes que tiene el término resiliencia, siendo esta una característica común de sistemas complejos como: las empresas, ciudades o los ecosistemas. Las empresas en su desarrollo siempre enfrentarán problemas, por lo tanto, es inevitable que se produzcan alteraciones en su estructura que impidan u obstaculicen el logro de sus objetivos, en este caso el alcanzar la sostenibilidad, la gerencia debe estar preparada para responder a estos cambios que se producen, es decir deben ser resilientes

La resiliencia en las empresas se mide considerando varios factores: el liderazgo, las redes organizacionales que posean y la orientación al cambio que contribuya a manejar los cambios inesperados. En este contexto, podemos apreciar que una empresa es resiliente cuando resiste y cambia, cuando da cara a los golpes de una crisis. El camino para ser una empresa flexible inicia con la cultura organizacional y la alta dirección, la cual debe pensar en la resiliencia como un paracaídas muy útil para que la empresa pueda caer de forma suave e incluso jovial.

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