Ensayo: La Patagonia Rebelde
Enviado por nicolassdiazz123 • 21 de Junio de 2018 • Ensayo • 881 Palabras (4 Páginas) • 991 Visitas
La
Patagonia
Rebelde
Ensayo
Nos encontramos en el año 1920. Todavía resuenan cercanos los obuses y las metralletas de la “Gran Guerra”, la Primera Guerra Mundial, que había terminado tan sólo dos años atrás. El Tratado de Versalles –que entra en vigencia este año– empieza a demandar exacerbados impuestos a una Alemania destruida y hambrienta que empieza a engendrar un sentimiento de venganza y odio hacia los Aliados de tal forma que el fenómeno Hitler comienza a dar sus primeros pasos. También es el año de la Ley Seca en Estados Unidos, de las pequeñas naciones recién independizadas que incursionaban en el plano político, como Estonia y Lituania y, en nuestro país, en nuestra Argentina, se viviría una de las mayores huelgas de los obreros del sur como nunca había sucedido.
El voto universal y obligatorio hacía su primera aparición en la escena política argentina en el año 1916, año en que asume la presidencia Hipólito Irigoyen, responsable de las acciones contra los trabajadores patagónicos en complicidad con el gobierno conversador de la provincia de Santa Cruz. En este periodo, la Argentina estaba integrada a la economía mundial como economía primaria exportadora, vendiendo al exterior trigo, maíz, lino, cueros y lana. Más tarde, la venta de carnes superó a las demás exportaciones, siendo este producto una de las mayores rentas en exportaciones que tenía el país. El modelo era el siguiente: agro-exportador. En lo que respecta a la división internacional del trabajo, la Argentina era denominada el “granero del mundo”, es decir, un país exportador de materias primas elementales y no un país manufacturero e industrializado como lo eran los países que estaban bajo la doctrina del fordismo, el modelo económico de producción en masa propuesto por Henry Ford, que llevó a Estados Unidos a ser potencia mundial. Este modelo, donde en la destreza del obrero incrementa la cantidad de trabajo que puede efectuar, y la división del trabajo, al reducir la tarea del hombre a una operación sencilla, y hacer de ésta la única ocupación de su vida, aumenta considerablemente la pericia del operario[1], fue fundamental para una nueva concientizaciones del proletariado mundial; concientización que en la Argentina ingresó de manera lenta y progresiva en las mentes de los obreros.
La Primera Guerra Mundial le trajo números positivos a la Argentina con respecto a la exportación de alimentos y productos de ganadería en general, y también trajo una gran cantidad de inmigrantes que huían de la guerra. Entre ellos, anarcosindicalistas y socialistas que prepararon los cimientos para las protestas venideras.
El campo en la Argentina, desde La Pampa hasta el punto más al sur, desde la –mal llamada– “Conquista del Desierto” encabezada por Roca, ha sido propiedad de un número pequeño de familias acomodadas, terratenientes latifundistas y oligarcas extranjeros. Esta repartición injusta de las tierras –y su apropiación por parte de naciones extranjeras– sumado al descontento de los trabajados por los malos tratos, las incansables horas de trabajo, el salario de hambre y las condiciones inhumanas e insalubres que soportaban, fueron el caldo de un estallido social inminente. Los anarcosindicalistas –como el gallego Antonio Soto o el alemán Schultz- iniciaron la defensa de los sectores trabajadores y populares, levantando las banderas de los anarquistas y de la Internacional Socialista para proteger a los trabajadores del campo. Sin embargo, el gobierno nacional radical y el gobierno conservador de la provincia de Santa Cruz decidieron defender los intereses de los extranjeros –principalmente los intereses de Inglaterra– y reprime a los trabajadores, en el año 1921, de una manera brutal y vergonzosa.
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