Ensayo Sobre La Pintura

Ensayo sobre pintura

Lo que caracteriza a un artista, es poder identificar en su obra, una marca, un rasgo de su personalidad y la capacidad que él posee, para crear con su fantasía e imaginación, un mundo que podemos reconocer como propio. Es así, el mundo pictórico de Wilbert, en el que según sus períodos, predominaron las imágenes femeninas, las imágenes con elefantes, con sillas y también con retratos. Imágenes densas y suntuosas, que establecieron un sólido dialogo con el arte de la pintura y que tienen su origen en la historia del arte. Indudablemente, Vincent Van Gogh, también fue uno de estos artistas creadores de un universo personal y con una marcada identidad. Su presencia, traspasa el restricto mundo de las artes y seguramente, invade buena parte del imaginario del mundo occidental. Un imaginario que se alimenta con la saturación de colores y de formas atormentadas, un imaginario que fue construido mucho más desde su biografía que desde su propia obra y desde la intersección de estos dos universos, (el de la obra y el de la biografía del artista) fue que Wilbert, constituyó el conjunto de pinturas que nos presenta en esta muestra.

Cuales son las afinidades establecidas entre una obra tan distante en el tiempo, de un pintor pos impresionista y de nuestro artista hoy? Ciertamente el sentido pictórico, hecho con garra y sentimiento, una pintura hecha con la mente de Wilbert, pero con el corazón puesto en Van Gogh. Fácil sería hablar aquí del enorme instinto pictórico y de la estupenda técnica del holandés, pero es necesario resaltar estas características en la obra anterior de nuestro artista. El ataque a la sensibilidad del espectador, que en Van Gogh, tienden casi a la vulgaridad y a la pereza, principalmente por la falta de elaboración y preocupación por cuestiones éticas, llevó al holandés a ser condenado en vida, por no corresponder a determinados patrones de buen gusto. Su arte, estaba despreocupado y lejos de esa discusión de valores, pero su obra, inevitablemente, consiguió traducir una visión del mundo con tal intensidad y capacidad de persuasión, que llevó a las generaciones futuras a experimentar aquello que denominamos simpatía, que proviene del latín “simpathia”, vocablo que a su vez tiene su raíz en un concepto griego que significa “comunidad de sentimientos” es decir, comprender que se siente, por qué es así, de un modo o de una forma determinada (referido a un sentimiento).

Así, como en Van Gogh, en la actual obra de Wilbert, podemos reconocer que existe una perfecta conjunción entre el fin y el medio. Su facilidad para componer con refinamiento cromático y su modo personal de actuar, permitió que se dedicara a establecer un diálogo entre la pintura y su obra. No nos dejemos engañar, ya que aquí no se trata de una relectura, una cita, una admiración o simplemente un mero homenaje. Esta serie de pinturas, reflexiona sobre las razones de la pintura misma y va en la búsqueda de la idea y del mensaje que está detrás de obra en si misma.

Podemos observar que fueron tres años y quince trabajos. El artista, pone de manifiesto que desde el inicio, siempre pensó en una exposición, pero es necesario que comprendamos el concepto de exposición, como un acontecimiento temporal, dentro del cual el artista se manifiesta, se declara y pone al espectador, en contacto y en situación con su propia obra. El proyecto Van Gogh (llamémoslo provisoriamente así) partió de de una idea de hacer autoretratos tomando como modelo otros autoretratos de artistas ya consagrados. Un ejercicio de apropiación, que fue dificultoso, pues, según Wilbert, es imposible apropiarse de un modo de pintar el autoretrato de un artista, sin pintar el propio retrato (del artista copiado). “Las pinceladas de otro no sirven para que un artista

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