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Ensayo de abuso de psicofármacos


Enviado por   •  4 de Abril de 2017  •  Ensayo  •  1.996 Palabras (8 Páginas)  •  287 Visitas

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ABUSO DE PSICOFÁRMACOS

Por: José Andrés Rodríguez

La adicción a los psicofármacos es un problema grave y cada vez más frecuente. Hay diferentes tipos de psicofármacos, pero los tranquilizantes (como los sedantes, los hipnóticos y los ansiolíticos) generan más problemas de abuso que cualquier otro. Cada vez se atiende a más personas por problemas derivados del abuso de los psicofármacos, una cuestión que afecta más a mujeres que a hombres, porque ellas los consumen en mayor medida. La primera dificultad para solucionar esta adicción es que muchas personas son adictas, pero no son conscientes. Además, estos medicamentos son legales, fáciles de conseguir y, sobre todo los tranquilizantes, baratos. Lejos queda del perfil del adicto a drogas ilegales, como la heroína, asociado a población marginal y con mala salud.

Para Blanca Brigos, psicóloga clínica del centro de desintoxicación Instituto Hipócrates, "el factor importante para hablar de una adicción no es el tiempo que dure la toma de psicofármacos, sino la necesidad de tomar más cantidad para conseguir los mismos efectos, la incapacidad de enfrentarse a situaciones de la vida sin tomarse una pastilla, el miedo a quedarse sin ellas...". Es una adicción que afecta a tres niveles: el fisiológico, porque el cuerpo pide más dosis; el cognitivo, pues el pensamiento de la persona está centrado en conseguir o consumir las pastillas; y el conductual, porque algunas personas realizan acciones que nunca harían si no tuvieran la adicción.

Los síntomas más fáciles de detectar por parte de amigos, familiares o compañeros de trabajo son "el aislamiento, los cambios de actitud o de humor, dejar de realizar actividades habituales, la pérdida o deterioro de las relaciones sociales o problemas en el trabajo", apunta Fidel Riba, director médico del Centro Terapéutico Marenostrum. Aislamiento, cambios de humor, abandono de hábitos o el deterioro de las relaciones sociales son algunas de las señales de una adicción

Es infrecuente que una persona sea adicta sólo a estos medicamentos. La combinación más habitual es la adicción al alcohol y los psicofármacos, seguida de alcohol, cocaína y psicofármacos. "Muchas personas llegan a la clínica convencidas de que su problema tiene que ver sólo con un tipo de droga (legal o ilegal) y debemos decirles que también tienen un problema con los tranquilizantes", comenta Brigos. Los psicofármacos no tienen la mala fama del alcohol, la cocaína, el cannabis o la heroína. Por eso, numerosas personas con problemas de dependencia no son conscientes de ello. "Como se los ha recetado el médico, piensan que no pasa nada. Sin embargo, sólo si se consumen bien no habrá ningún problema", explica José María Vázquez-Roel.

Una explicación para el abuso de tranquilizantes es que muchas personas se acostumbran a evitar la ansiedad y las situaciones que la provocan. Prefieren el atajo de la pastilla antes que enfrentarse a los problemas con sus recursos personales y, así, no aprenden a gestionar su ansiedad. Los afectados pueden ser de edades y niveles sociales muy diferentes, pero comparten unos rasgos comunes: sufren miedo, acostumbran a padecer síntomas depresivos, evitan las situaciones que les causan ansiedad y han interiorizado que no pueden resolver sus problemas sin fármacos e, incluso, los toman antes de una situación que, tal vez, les pueda crear ansiedad. Por otro lado, las personas adictas tienen una predisposición biológica a serlo. No todo el mundo que toma psicofármacos o que no sabe enfrentarse a la ansiedad desarrolla una adicción. Todas las drogas actúan en el sistema de recompensa cerebral. "Cuando un acto es placentero, el cerebro quiere que se repita. Pasa con el sexo, con la comida, con la diversión. Y las drogas en general actúan en este sistema", explica Riba. Los tranquilizantes causan el efecto placentero de reducir la ansiedad. Además, es una adicción que no avisa: poco a poco se aumenta la dosis y llega un día que ya no hay vuelta atrás.

Aparte de los factores biológicos y psicológicos, es necesario señalar otras causas que provocan el continuo aumento de su consumo, como la falta de tiempo y dinero, además, la psicoterapia privada exige un desembolso económico que no todo el mundo está dispuesto a asumir.

Los expertos recomiendan que, siempre que se quiera reducir o interrumpir el consumo de psicofármacos, se haga bajo control médico: Hay que ponerse en manos de un profesional pues si una persona adicta deja de tomar dichas sustancias de repente, sufrirá un síndrome de abstinencia con náuseas, vómitos, mareos, ansiedad y taquicardia.

ABUSO DE PSICOFÁRMACOS

Ensayo

En la actualidad diversos problemas aquejan a la sociedad y muchos de ellos son producto del estilo de vida que hemos adoptado; el ritmo de vida ahora es mucho más rápido y posee una gran variedad de oportunidades y nuevas responsabilidades, lo que provoca que nos veamos preocupados día con día por situaciones tales como la falta de tiempo, la carga excesiva de trabajo, enajenamiento de la familia, poco o nulo interés por la reflexión personal y la introspección, o el deseo considerable de ser parte de grupos sociales específicos o poseer ciertas características físicas, morales o materiales que son hasta cierto punto demandadas por el entorno, provocando consecuencias tales como estrés excesivo, diversos tipos de ansiedad o depresión (por mencionar algunos), mismos que si nos ponemos a meditar, son cada vez más comunes en el léxico y experiencia personal de quienes nos rodean en comparación con lo que ocurría en generaciones anteriores.

Hoy en día es sumamente común escuchar a alguien que afirma ser bipolar, obsesivo o más comúnmente estar deprimido”, cuando en realidad solo está pasando por alguna situación que le hace sentir “bajo de ánimo” y con poca disponibilidad para enfrentar el hecho que lo provoca, engrandeciendo la problemática para convertirse en víctima de la situación,  lo cual, sucede en parte por la necesidad del individuo de mostrarse íntegro y feliz ante las personas que le rodean en un mundo que exige tales representaciones, y en donde la imagen y el goce son lo metas máximas, lo que resulta en un rechazo total del individuo hacia la vivencia de sensaciones displacenteras o hacia el enfrentamiento de sus conflictos.

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