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Ensayo de libro el hombre lider


Enviado por   •  13 de Febrero de 2019  •  Ensayo  •  3.165 Palabras (13 Páginas)  •  137 Visitas

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DIRECCIÓN GENERAL ADJUNTA DE SANIDAD NAVAL

CENTRO DE ESTUDIOS NAVALES EN CIENCIAS DE LA SALUD

III DIPLOMADO DE ADMINISTRACIÓN DE HOSPITALES

Asignatura: Desarrollo de Habilidades Directivas.                                                                            a 12 de febrero de 2019.

Discente: Cap. Aidee Flores Juárez

Actividad: Lectura Líder hombre de poder                      Resumen:

El liderazgo se ha estudiado en los últimos 50 años, con el fin de contar con mejores líderes. Se realizó una investigación del liderazgo en la cultura mexicana, ya que se ha llegado a afirmar que el gran problema de México son la falta de líderes con mano firme, ética y comprometida dirijan al país. En la antigüedad, se planteaba el concepto de hombre de poder, quienes no se jubilaban, eran reconocidos, consultados, protegidos y amados por sus comunidades, era su responsabilidad visualizar el mundo que deberían heredar a sus nietos, el título hombre de poder es sinónimo de líder.

Capítulo 1. El líder hombre de poder. Alcanzar el poder, tenerlo, retenerlo es una de las más grandes aspiraciones. Actualmente no se puede entender aun líder sin poder, está desligada de la ética, del servicio y responsabilidad social y se centra en la obtención de privilegios desde lo económico hasta lo social, a diferencia de la nación mexicana del siglo X, donde los teotihuacanos, quienes alcanzaron los niveles tecnológicos y espirituales más altos de las culturas prehispánicas, tenían una visión diferente de lo que es ser líder u hombre de poder. Consideraban que su principal función era servir a sus comunidades, sin pedir nada a cambio, con congruencia, lealtad, respeto y espíritu de equipo. Los toltecas definieron el camino para llegar a ser hombre de poder como los Cuatro Tezcatlipocas. Tezcatlipoca era el señor del cielo y de a tierra; origen del poder y la felicidad. Quetzalcoatl y Tezcatlipoca eran deidades gemelas y antagónicas. El principio dual engendró a cuatro hijos, que representan los tránsitos para llegar al hombre de poder: Macehual, Ticitl, Guerrero y Tlamani.

Capítulo 2. El macehual: llegar a la consciencia. La primera tarea del Macehual es desarrollar el propósito de ser un hombre de poder con un profundo proceso para entenderse a sí mismo, sentido de vida, enfrentando miedos y obstáculos, identificando a su pinche tirano, aprende a respetarlo, retarlo y vencerlo; en ocasiones, los tiranos son nuestra parte sombra. Busca con humildad la armonía entre el cuerpo y el entorno, aprendiendo a enfrentar los procesos que lo llevan a la enfermedad. Recapitula, como método de sanación, retomar los errores, liberándose de ataduras energéticas. No debe tomarse en serio, ya que impide tener suficiente humildad para aprender. Aprende a ser productivo, no puede ser un parásito social, en esta etapa se desarrollan las habilidades necesarias para sostenerse económicamente.

Capítulo 3. El Ticitl: Construir la congruencia. Saber cómo curarse física y emocionalmente se fundamenta en la verdad, el perdón y amor a uno mismo. El Ticitl identifica su propósito vital y asume los costos vitales e inevitables que se han de pagar, es congruente, actúa sintónico con sus palabras, se prepara para enfrentar a su pinche tirano, quien es un gran maestro, si aprende a emplearlo. El Ticitl deberá aprender a identificar la fuerza del tirano y a desarrollar habilidades para enfrentarlo, cuando haya acumulado suficiente conocimiento, fortaleza y energía. Conocer y aceptar las reglas, para saber cómo emplearlas.  

Capítulo 4: Disfrutar la batalla y el cambio. En este momento, el hombre de poder ha sumado horas de trabajo consigo mismo y sirviendo a los demás. Ha guardado energía y está listo para enfrentar a su pinche tirano, su dirección y liderazgo es cotidiano, ha ganado una claridad de mente que borra el miedo, actuando con autoridad, ganando la confianza de quienes lo siguen. Define las reglas y busca cambiar su realidad, sabrá diferenciar lo que corresponde a su ética personal y lo que tiene que ver con las reglas de su entorno, sin pensar que es la única o la mejor. Enfrenta a sus tiranos con enorme alegría y entusiasmo y lucha contra el poder, llegando a un punto en que todo se domina con adaptabilidad y control sobre sí mismo.

 

Capítulo 5. El Tlamatini: guiar, confortar, corregir y soltar. El hombre de poder tendrá que dejar puestos de liderazgo, solamente por el paso del tiempo, tornándose en los principales consejeros de los grupos sociales. Ha crecido en el terreno psicológico y espiritual, gracias a una combinación de sufrimiento que le sirvió para aprender de la experiencia y el amor es lo que lo motiva, aprendiendo a soltar. Desarrolla su empatía y su compasión, sabe cómo decir las cosas sin rodeos, pero con claridad y afecto, también es tirano, consciente y con corazón, sigue la verdad, fortalece el espíritu de gratitud, ya no tiene miedos, se sacude el cansancio y vive su destino hasta el final.

Capítulo 6. Más allá de la responsabilidad social, la responsabilidad fundamental, el olvidado y ancestral respeto y compromiso con la naturaleza y todo lo vivo. Nuestros ancestros creían que la gente pertenece a la tierra, a diferencia de los modernos depredadores que creen que la tierra pertenece a la gente. Día a día son más evidentes los efectos generados por los cambios climáticos sin que los gobiernos hagan compromisos sólidos para evitar una catástrofe global y predecible. Debemos actuar de forma que los efectos de los actos sean compatibles con la permanencia de una vida humana genuina. El hombre de poder tiene una gran responsabilidad, asegurar las condiciones para que sus hijos y sus nietos, vivan en un lugar con mejores condiciones que las actuales, requiere nuestro compromiso con lo vivo, con nuestro planeta.

Capítulo 7. Nuestros líderes actuales: El síndrome del chingón. México enfrenta la ausencia de líderes. Los mexicanos nos hemos ocultado bajo la imitación de lo extranjero, por lo que nos auto denigrarnos y actuamos con carácter defensivo. Los mexicanos identificamos al chingón como aquel que puede romper límites, normas o usar algo para su beneficio, lo vemos como ejemplo aspiracional, con características de poder económico, el uso de la mentira para manejar su presencia en los medios de comunicación masiva y arrogancia. El gran problema es que la sociedad acepta estos comportamientos como normales. Quienes aspiramos a dejar a nuestros hijos un mundo mejor, una nación mejor, no sólo debemos voltear al pasado para explicar nuestro presente, es deseable un proceso de recapitulación, asumir la responsabilidad para cambiar las cosas y comenzar por nosotros mismos.

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