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Ensayo sobre El encierro ¿seguridad o crisis ante la pandemia?


Enviado por   •  7 de Junio de 2020  •  Ensayo  •  1.482 Palabras (6 Páginas)  •  321 Visitas

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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Filosofía y Letras

Letras Hispánicas

PIA del Taller de Ensayo Literario

El encierro ¿seguridad o crisis ante la pandemia?

Marina Lizbeth Rodríguez Silva

1835928

Prof. Víctor Barrera Enderle

Taller de Ensayo Literario

Cd. Universitaria, San Nicolás de los Garza, a 08 de junio de 2020


El encierro ¿seguridad o crisis ante la pandemia?

Un gran momento acontece en nuestro presente y la humanidad aún no tiene las armas suficientes para detenerlo; a este enemigo no debemos darle la espalda ni un momento, mucho menos decir que no existe por el simple y sencillo hecho de no poder verlo: a veces lo más peligroso es lo que no podemos ver, como las emociones o el estado mental de una persona.

Contra el virus mortal, que ahora cubre a todo el globo terráqueo, se tomaron contingencias sanitarias muy fuertes, mismas que llevan a las personas a estar encerradas en sus casas con la estricta prohibición de no salir más que para comprar víveres. A lo anterior se suma que hace unos días el gobernador autorizó el uso de la fuerza por parte de los elementos policiacos y de Fuerza Civil del estado, aumentando quizás el pánico, el miedo y la angustia entre los ciudadanos. Si los días anteriores a la pandemia no eran seguros, ahora con mayor razón no lo serán.

Pero ¿qué ocurre con los ciudadanos dentro de sus casas?, está claro que están seguros del contagio del virus, de la violencia autorizada e incluso de la lluvia (la bendita lluvia que pareciera que Dios mismo quiere evitar que el virus se propague más en el Estado); sin embargo, ¿qué hay de la seguridad dentro de casa?, si bien nuestro hogar nos ayuda a mantenernos a salvo de todo peligro al brindarnos protección, confort, privacidad y más; nos encontramos en familia y convivimos con ella en un ambiente sano y libre de la presunta violencia. Hasta aquí nada parece anormal, pero el ser humano como entidad sociable (y lo dice nuestro querido San Aristóteles) se topa con algo muy poco placentero: el encierro.

El estar encerrado nos remite a una imagen de encontrarnos dentro de un cubo, un cuarto, una habitación, una celda, el no poder escapar con facilidad del lugar donde nos encontramos aún si es nuestra propia casa. Sabemos que hay peligros afuera, por eso el encierro es hasta cierto punto involuntario y no gustamos de imposiciones a la fuerza. Este tipo de encierro nos hace recordar infancias complicadas como los encierros en nuestras habitaciones a manera de castigo, castigos algunas veces muy justos o injustos. Nos da además la sensación de estar en una prisión, en un vaso con agua, o peor aún: de ser atrapados en una jaula. En un ensayo recientemente leído, El encierro: ¿protección o mutilación del ser humano? de Claudia Paz Román, expresa que lo involuntario remite a las diversas modalidades de prisiones e instituciones de exclusión (p. 57), y es en esta exclusión donde encontramos problemas ya que el ser humano puede pensar en mil y un cosas posibles a suceder en su rutina de encierro o generar problemas con los otros integrantes confinados.

La palabra encierro nos remite a la imagen de un espacio reducido que incide de manera tajante en la vida de quien o quienes lo habitan (Paz, p. 57), estar en una jaula, entre cuatro paredes, hace que el progreso del tiempo sea diferente, para algunos muy largo para otros demasiado corto o inclusive repetitivo puesto que la rutina cambia: ir al trabajo, a la escuela, de compras, salidas familiares o de parejas, fiestas, etc. ya no son lo mismo.

El gobierno tomó esta decisión de mantener a las personas en sus casas porque sería la forma más rápida de mantener el control del contagio a raya, pero hasta después de un tiempo se dieron cuenta de que la actitud psicológica de la población podría cambiar, de ahí que idearan las atenciones psicologías por teléfono pero ¿es acaso un asunto sencillo de tratar? El encierro involuntario provoca salir, desear estar afuera y caminar aunque sea por un momento al aire libre, sino ¿por qué los presos desean su libertad?, aunque para esta pregunta hay muchas respuestas, la más inmediata es que desean estar afuera, y Claudia Paz Román es quien da cuenta de ello: se encierra por protección de algún peligro exterior que acecha o se es encerrado por actuar en contra del exterior o suponer crear algún peligro extremo (p. 57), se encarcela, aprisiona, encierra a quien es peligroso para la sociedad, y nosotros ahora somos el peligro por estar expuestos al contagio del COVID-19.

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