Es fácil hablar... pero hay que pensar primero
Enviado por azulmaestrante • 29 de Febrero de 2016 • Ensayo • 390 Palabras (2 Páginas) • 178 Visitas
A dónde vamos a parar!!!
Con esta frase llena de razón, mi compadrito Marco Antonio Solis hace algún tiempo ya nos anticipaba su utilidad… me refiero a la canción que hace algunos años “El Buki” nos compartió a toda la fanaticada y a los no tanto. Y el asunto es que con esta frase quiero poner en común una de mis reflexiones sesudas con respecto a la vida que nos acontece.
Hace algunos días se estrenó la taaaan sonada película “50 sombras de Grey”… y los comentarios no pararon desde antes de su estreno y en las primeras semanas de proyección. Estos comentarios –la mayoría cargados de puritanos argumentos- no hacían más que denotar la grotesca forma de “amar” del Señor Grey. Lo cierto es que un buen número de éstos fueron emitidos por quienes ni leyeron el libro y ni conocen la historia. Sí, ok, ok, la verdad es que yo sí leí la trilogía completa y mi confesión alcanza a decirles que además, la leí como en una semana! y que no me apena declarar que me gustó y mucho. Pero el punto aquí no es defender la película o criticarla, ni tampoco sugerir que a la autora E.L. James le den el premio nobel de literatura… obvio no. A donde me quiero acercar es precisamente a preguntar a ustedes, a mí …¿a dónde vamos a parar? No estoy escandalizada por la sugerencia “sui géneris” de las relaciones entabladas por el Sr. Grey, de lo que me escandalizo y mucho, es de la cerrazón existente todavía alrededor del tema del sexo. Mientras unos podrían sostener que la práctica sexual debe –por mandato- estar aderezada de amor, otros apuntan a que se trata de un encuentro entre dos donde se pone en común todo, todo. Cada quien su cama, cada quien su puerta, cada quien su compañía y su aderezo, en este sentido y como analogía les digo que me encantan los frijoles refritos con limón… los disfruto tanto! … y sin excepción, cada vez que los preparo soy víctima de alguna que otra mirada indiscreta que completa con gesto de desaprobación mi preparado tan suculento, pero ni eso me detiene. Total, ellos que se queden con sus muecas, con sus desaprobaciones, pero yo… con lo que me quedo es con el placer de disfrutar algo que me encanta.
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