Escrito reflexivo basado en el libro “El líder sin cargo”
Enviado por jupaheta33 • 15 de Agosto de 2023 • Ensayo • 1.437 Palabras (6 Páginas) • 82 Visitas
Escrito reflexivo basado en el libro
“El líder sin cargo”
Robin Sharma
Por:
Juan Pablo Henao Taborda
Área:
Electiva III
Docente:
Estefany Salazar Castaño
Uniremington
Facultad de ciencias empresariales
Medellín
2023
Si lideras tu mundo, lideras el mundo
Generalmente cuando se escucha o se lee la palabra “liderar”, inmediatamente se viene a la mente la idea de dirigir a otros. Puede que en algunos aspectos tenga algo de relación, pero nada es más alejado de la realidad cuando nos damos a la tarea de concentrarnos en aprender sobre lo que realmente abarca esta palabra; la rica variedad de conceptos que rodea la idea del liderazgo me impactó mucho y más aún, cuando me doy cuenta, que no sabía, que siempre había podido ser un BUEN líder. Si, el primer, mejor y verdadero líder que mi vida ha debido tener, soy yo y hago énfasis en lo de ser un buen líder porque sé que todos somos líderes de nuestra propia vida, pero, ¿Buenos? Eso queda puesto muy en duda después de que nuestro autor en cuestión nos indica como podemos empezar a liderar bien, al menos nuestra propia vida.
Consciente o inconscientemente siempre estamos a la espera de que alguien nos diga que hacer con el rumbo nuestra vida. Es un miedo rotundo a tomar las riendas de algo, de ser responsables por algo y de que algo dependa de las decisiones que tomamos. Tenemos tanto miedo, que nos acostumbramos, incluso, a que un anuncio nos diga como vestir, qué comer, a quien querer, qué hacer, qué ver; permitimos que nuestra vida se rodee de distracciones que evitan que seamos nosotros mismos y que nos enteremos que podemos hacer de nuestra vida algo superior a cualquier deseo que nos domine. Con esto no trato de mentirme pensando que no necesitamos a otros para desarrollarnos como personas, sino, que no necesitamos que nada ni nadie nos digan qué hacer, sino, que nos enseñen cómo lo debemos hacer bien.
La vida, día a día nos muestra diversos caminos que podemos escoger y en ese andar nos topamos con personas a las que tomamos como un modelo a seguir; ya sea porque nos guste su forma de ser, el ejemplo que da, la paz que emiten, la vida que lleva, las cosas que tienen, lo que sabe, en fin, de alguna forma nos enamoramos de lo que reflejan y muchas veces, nunca nos preguntamos por qué y la razón es muy sencilla, porque son buenos líderes de su propia vida. Muchos tenemos la oportunidad de que personas como estas sean muy cercanas, ya sea porque son familiares, compañeros de trabajo, profesores, amigos o parejas; algunos desperdiciaran la oportunidad de aprender de ellos, otros aprovecharemos esa cercanía para lograr como primer meta, ser como ellos, para posteriormente superar nuestras propias metas y nunca parar de aprender.
Pero algo que el liderazgo nos enseña es, que de todas las personas se puede aprender algo. No existe nadie tan vacío como para que no pueda aportar algo, somos nosotros los que creamos esas barreras, negándonos así el aprendizaje de las experiencias ajenas, las cuales, son las enseñanzas más valiosas que existen, porque es el error o el acierto cometido por otro y que con eso tenemos la valiosa oportunidad de saber que es lo que debemos o no hacer en las diferentes situaciones de la vida. Es por esto que lo más estúpido que puede hacer una persona con respecto a otra es despreciarla por esas razones tan inicuas que actualmente se reflejan en nuestra sociedad, como, por un apellido, un rango laboral o un estrato social; si llegamos a un nivel tan bajo, jamás podremos aspirar a un liderazgo ni siquiera de nuestra propia vida. Así, es como tambien debemos darnos cuenta de que para ser líder no necesitamos ser el presidente de ninguna multinacional, tener un gran abolengo o un gran estatus, solo debemos creer que podemos alcanzar el nivel que nos propongamos, pero que ese “creer”, lo debemos acompañar de acciones, esto quiere decir, que sea a lo que sea que nos dediquemos, debemos darle el valor que se merece y no es con palabras bonitas que se logra esto, es siendo detallista en cada acción que desarrollemos, que si somos barrenderos creamos que podemos ser los mejores del mundo, nos sintamos bien siéndolo y hagamos que eso suceda y los primeros que debemos darnos cuenta de que así es, somos nosotros, porque con eso el resto del mundo se dará cuenta. Nos encontraremos con retos, obstáculos, malos comentarios y peores deseos, pero eso es lo que menos debería importarnos si tenemos esa convicción de ser los mejores en lo que hacemos y nos impulsa el enseñar a otros que ese camino es el que nos conduce a esos pequeños pasos que cambiaran nuestro mundo y por ende el mundo, que aunque la situación no sea la misma para todos y las oportunidades sean diferentes, somos actores que podemos tomar al decisión de qué papel asumir y que este nunca debería ser el de víctima, porque ahí es donde empiezan las excusas que nos llevan al conformismo y terminaremos plantados en una zona estéril que es la mejor manera de morir en vida, ya que seremos como una hoja que se lleva el viento, sin control esperando cuándo terminará.
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