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Estado Social De Derechp


Enviado por   •  24 de Abril de 2012  •  3.776 Palabras (16 Páginas)  •  506 Visitas

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ESCUELA: POLITICA Y RELACIONES INTERNACIONALES

SOBRE EL ESTADO SOCIAL DE DERECHO EN COLOMBIA. APROXIMACIONES DESDE LA PERSPECTIVA DE LA FILOSOFÍA ANTROPOLÓGICA Y LA TEORÍA DEL DERECHO.

Estudiantes de política

Karen Milena Gaitan velez – felix Camilo Silva – Cindy dahiana Sanchez

21/03/2012

¿Cuáles son los alcances de la incidencia de las dinámicas de poder en el Derecho? ¿Son las categorías estructurales del Estado Social de Derecho consonantes con las relaciones reales de poder que atraviesan la sociedad Colombiana?, ¿Existe una relación especial entre la “naturaleza humana” y la “naturaleza del Estado” y cuál es su relación con las relaciones reales de poder que atraviesan a la sociedad colombiana?

Contexto:

La Constitución política de 1991 pretendió instaurar un nuevo orden económico, político y social a partir del derecho, encaminado a forjar un nuevo pacto nacional que posibilitara la superación de la profunda violencia recrudecida en los 80s y la consecuente limitación y violación de los derechos humanos – tanto por parte de los grupos armados ilegales como por el Estado bajo la figura del estado de sitio que pese a ser una medida excepcional fue implementada durante gran parte del siglo pasado-, el narcotráfico, la corrupción, la escasa participación ciudadana en la toma de decisiones políticas abismalmente distantes de los intereses del conglomerado social y el fenómeno paramilitar que empezaba a cobrar fuerza.

A casi veinte años de la promulgación del texto constitucional que se propuso modificar dichos factores desestructantes de la nación Colombiana y moldearla de acuerdo a los principios fundamentales consagrados en él, evidenciamos que la fatídica realidad de aquella época no sólo no ha desaparecido sino que ha adquirido dimensiones atroces con el incremento desmedido del narcotráfico instalado en distintas instituciones del Estado, la propagación de la violencia rural hacia los centros urbanos, la corrupción rampante en los diversos órganos del poder público, la violación sistemática de derechos humanos, incluso por miembros de la fuerza pública, la contrarreforma agraria consistente la apropiación de tierras de campesinos desplazados por los actores armados, en algunos casos con la colaboración o aquiescencia de funcionarios del Estado y militares, el incremento de los índices de pobreza y de desigualdad económica generados por un sistema económico diseñado para que convivan los más grandes capitales y la miseria más inaudita, aparejado todo esto a que ciertas decisiones políticas se toman al margen de los intereses del cuerpo social, bajo la fachada de la participación y la democracia.

Justificación:

Ante esa áspera amalgama de adversas circunstancias, se hace inevitable preguntarnos cómo a tan pocos años de existencia jurídica de la Constitución, el estado y la sociedad, que pretendió moldear de acuerdo a los que en el texto fueron denominados “principios fundamentales”, han adquirido formas contrapuestas a ellos y sin embargo legitimadas por las normas y protegidas e impulsadas por las instituciones del estado. Qué ha hecho posible que en la Colombia actual convivan prácticas políticas y dinámicas sociales contrarias al Estado de Derecho, a la democracia, a la soberanía popular, a la prevalencia del interés general, al precepto de integración latinoamericana, y que sean ejecutadas en nombre de la Constitución y la ley, y sean protegidas por el derecho, el estado y avaladas por el pueblo mismo. La sociedad y el estado colombianos parecen moverse al margen del derecho y, sin embargo, justificarse y resguardarse en él; dándose lugar a que en nuestro territorio subsistan una “realidad constitucional y legal” sustentada en la norma y que las instituciones del estado, los funcionario y los ciudadanos asumimos como si efectivamente determinara la vida institucional y social y, por otro lado, una “realidad económica, política y social” que nos ofrece diversos matices ajenos a lo reglado.

Este estado de cosas nos conduce a cuestionamientos sobre la operancia del derecho mismo, entendido como sistema de regulación social más allá de las normas en concreto, que se sirve del Estado y demás formaciones políticas y jurídicas típicas de la modernidad.

El surgimiento del estado de derecho, en el marco histórico de la modernidad, no sólo formuló una nueva forma de organización política y jurídica fundamentada en la necesidad histórica de limitar el ejercicio arbitrario e ilimitado del poder monárquico, esto a través del reconocimiento de iguales esferas de derechos a los “ciudadanos”-garantizando de esa forma mayor participación a la burguesía en el poder político-, sino que basó su pretensión de limitar el poder absoluto en una especial concepción racional de la naturaleza del ser humano como “individuo-ciudadano libre que merece igual trato legal”. De esa forma, tal y como se desarrollará posteriormente, en este caso la definición de lo que es el hombre, como “ciudadano libre y merecedor de igual trato legal”, cumplió la función de fundamentar el sistema jurídico y político liberal y de señalar los parámetros de legitimación de las acciones del Estado, velando por la restricción del abuso ilimitado y arbitrario del poder en aras de garantizar los derechos conferidos al ciudadano. Por otro lado, en el caso del Estado Social de Derecho, la definición de lo que es el hombre, “como ser dotado de dignidad humana, fin en sí mismo, a quien debe brindarse condiciones materiales mínimas para su desarrollo en condiciones de dignidad”, cumplió igualmente la misma función de fundamentación y legitimación.

Lo anterior nos muestra la importancia de la definición de lo que es ser hombre o ser humano en la medida en que cumple una función de fundamentar el sistema jurídico y político y de establecer un parámetro de legitimación de las acciones del Estado, tal y como se explicará posteriormente. Es en razón a esto que abordaremos como primera medida la importancia de tal cuestión.

Puede decirse que ha sido una constante en la historia del pensamiento filosófico- no sólo en occidente- el llevar a cabo definiciones sobre la esencia o naturaleza del hombre, sobre las raíces y alcances de lo que implica estar revestidos de tal condición, dando respuesta así a la pregunta de ¿qué es el hombre? Algunas de esas definiciones se han fundamentado en principios inherentes al hombre que fraguan o constituyen su esencia metafísica, tal y como lo encontramos, por ejemplo, en el pensamiento de la antigua filosofía Hindú, según la cual “el hombre

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