Etica Y Politica
Enviado por victor_os1 • 22 de Octubre de 2014 • 2.037 Palabras (9 Páginas) • 254 Visitas
El hombre, por naturaleza tiene la capacidad de perfeccionarse y de superarse día a día, por lo que tiende a alcanzar la plenitud. Para llegar a tan preciada meta como lo es la plenitud, es necesario vivir en sociedad; el ser humano necesita de los demás para construir un mundo o ambiente propicio en el cual alcanzar la plenitud, causa esencial de la felicidad.
Es por ello que el hombre necesita de la sociedad política, pues nada es pleno si no se comparte, confronta y comunica a los demás, ya que el bien es expansivo, comunicativo: "De nada sirve la sabiduría si no se la comunica mediante la educación".
El hombre se reúne en sociedad para el logro de un bien común a todos. El bien común no es el bien individual, no es la suma de la porción de felicidad de cada individuo integrante de una comunidad, pero tampoco es un bien que nada deba a las partes. Es la integración sociológica de todo lo que hay de virtud y riqueza en las vidas individuales, y que tiende a perfeccionar la vida y la libertad de persona de cada ser. No es utilidad solamente, sino fin bueno es sí mismo, sujeto a la justicia y a la bondad. Es el fin último de la vida social.
La política es la ciencia social y práctica cuyo objeto es la búsqueda del bien común de los integrantes de una comunidad. El bien común no es sólo la tarea del poder político sino también razón de ser de la autoridad política.
Por lo tanto, es el bien común el principio y fin ético de la política. Será bueno todo aquello que beneficie, tienda, acreciente o promueva el bien común. Será malo todo aquello que tienda a perjudicarlo, disuadirlo, disminuirlo, etc.
El bienestar general se logra por medio de una auténtica justicia social cuya finalidad es obtener una más justa distribución de la riqueza entre todos los grupos sociales. Hace falta la presencia de un estado capaz de generar este equilibrio. Un estado que no elimine la responsabilidad de las personas, de las comunidades y de las organizaciones intermedias. Un estado que no convierta en dependientes a los ciudadanos y en pupilas a las comunidades y organizaciones intermedias. Un estado que no les quite sus obligaciones. Esa orientación de la intervención estatal ha sido nefasta para la sociedad civil, la ha hecho débil. Pero tampoco sirve un estado ausente, que deje la suerte de sus habitantes al juego de la oferta y demanda. Ni un estado indiferente a los problemas sociales. El estado debe intervenir para asegurar el mínimo de bienestar para todos. Sin demagogias.(1)
En resumen, la naturaleza de un estado o de la sociedad política, es la búsqueda del bien común. El estado se desnaturaliza, es decir pierde su esencia, cuando se corrompe. Corromper, entre otras acepciones posibles, es alterar la forma de alguna cosa; así el estado corrupto ya no tiende al bien común sino que se desvirtúa transformándose al provecho de unos pocos.
En la sociedad existen reglas básicas, principios y valores universales, que coexisten en forma independiente a cualquier ideología. Si hacemos un repaso de lo observado a lo largo de diferentes épocas, aunado a la experiencia y a la enseñanza de los precursores del conocimiento, representados fundamentalmente en Platón y Aristóteles; podemos mencionar algunas reglas básicas para que se considere que un decisor actúa dentro de parámetros de eficacia y eficiencia racional:
1.- Las decisiones deben ser lógicas, efectivas y tomadas a tiempo y sin dilaciones.
2.- Las reglas y normas deben ser de aceptación general, independientemente del criterio ideológico predominante.
3. Los actores que participan del proceso de toma de decisiones deben generar confianza en forma sostenida; entendida la confianza como el resultado de tomar decisiones con grados de certidumbre de corto, mediano y largo alcance para superar las dificultades o concretar logros, dentro de un rango que sea fácilmente entendido y aceptado por la sociedad.
4.- Es preferible invertir que gastar. El presupuesto de gastos debe basarse en lo producido o en lo que las sociedades aceptan como un nivel de endeudamiento racional. No se puede comprometer el futuro de otras generaciones.
5.- En el largo plazo las sociedades prefieren la austeridad y la transparencia, antes que la opulencia y la malversación.
6.- Los líderes deben ser proactivos, respetuosos, originales, productivos, eficientes, eficaces, oportunos y su comportamiento debe ser constantemente a favor del progreso de las mayorías y no de grupos aislados o privilegiados.
7.- Debe existir unificación de criterios en la toma de decisiones entre los actores que lideran los procesos.
8.- La sociedad debe percibir que el líder actúa ajustado a un código de ética y que se beneficia al conglomerado social y no a pequeñas parcelas. Citando a Aristóteles: "toda actividad humana tiende hacia algún bien. Así, se da un teleologismo, identificando el fin con el bien. La ética de Aristóteles es una ética de bienes porque él supone que cada vez que el hombre actúa lo hace en búsqueda de un determinado bien. El bien supremo es la felicidad, y la felicidad es la sabiduría (el desarrollo de las virtudes, en particular la razón).
9.- Los cambios de paradigmas no deben generar, per se, virajes de principios, ni cambios en los fundamentos racionales que sustentan las decisiones.
10.- Se debe comulgar con lo que se profesa, actuando tanto en gestión pública como privada, en un contexto cifrado por los valores y principios universales de honestidad, ética, moral y responsabilidad; asumiendo la suficiente y necesaria flexibilidad para actuar en beneficio del conglomerado social. El ejemplo debe ser signo del comportamiento de los que asumen la responsabilidad de dirigir los destinos de la sociedad.
Estas reflexiones surgen de nuestra constante preocupación por profundizar en el proceso de toma de decisiones y de sus actores; y su independencia de las ideologías imperantes en el quehacer social. No por sucintas, estas reglas carecen de importancia y la idea es que el lector amplíe su horizonte en cuanto a su significado y alcance, y el peso específico de estos principios básicos para el logro de adecuados resultados, partiendo del proceso de toma de decisiones.
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