Eutanasia: El derecho a morir con dignidad

Eutanasia: El derecho a morir con dignidad.

“La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo y para muchos un favor”

• Lucio Séneca.

La palabra eutanasia deriva de los vocablos griegos eu = bueno y thanatos = muerte, por lo que literalmente significa “buena muerte”. De esta manera, entendemos a la eutanasia como el acto de poner fin a la vida de una persona sin probabilidad razonable de cura, con el objeto de evitarle sufrimientos permanentes innecesarios.

Debido a que este tema involucra la defunción de un individuo, se ha convertido en algo muy controversial y con opiniones divididas, muchos pueden llegar a pensar “cómo es posible que te plantees la idea de morir, de matar o de asistir el suicidio de una persona”, pero no nos detenemos a pensar ¿Qué siente verdaderamente el paciente?

El novelista André Malraux una vez dijo “La muerte no es tan grave, el dolor sí”, claro que vivir es un privilegio, siempre y cuando no estemos sometidos a un sinfín de medicamentos y procedimientos dolorosos.

Dicho esto, creo que mi punto de vista queda más que claro, para mí la eutanasia es un método aceptable, puesto que cada persona tiene el derecho de decidir sobre su vida y sobre el tratamiento que quiere recibir en su cuerpo como paciente.

Tener derecho a la vida no debe entenderse como tener derecho a la simple existencia, sino como el derecho a existir con una calidad de vida mínimamente digna.

Es claro que a ti como familiar y amigo te va a pesar la idea de tener que despedirte de un ser querido, sin embargo, es algo cruel, egoísta e inhumano negar a alguien morir cuando está sufriendo de un modo intolerable. No podemos obligarlos a llevar una existencia que él mismo no considera digna, ninguna persona quiere verse dependientes de otros de por vida.

Ahora bien, te doy a la tarea de pensar ¿Y si fuera yo? Si debido a un accidente tuvieras que estar postrado en una cama, o debido a una enfermedad tuvieras que depender de una cantidad incontable de medicamentos o tuvieras que estar conectado a un aparato que realizara por ti una función tan simple y vital como es  respirar. ¿Crees que eso es una vida con calidad? ¿Es la vida que vale la pena conservar? La plenitud se olvida, y todo se convierte en una lucha por mantener las funciones cerebrales y cardiopulmonares de un cuerpo que está en marcha hacia su fin. Una lucha sin sentido, en la que tu cuerpo deja de pertenecerte, pero los padecimientos y el dolor siguen siendo tuyos.

Entonces ¿vale la pena sufrir para obtener el mismo final? El proceso de morir es parte de la vida, es algo totalmente inevitable, así que las personas tienen la libertad de intentar que los eventos que forman parte de su existencia sean tan buenos y placenteros como les sea posible.

Podrán criticar tu decisión final, o decir que no lo permiten Dios o las Leyes, pero permíteme decirte que vivir con dignidad es un derecho, morir con dignidad también lo es.

“Se hace demasiado por retrasar la muerte, y demasiado poco por evitar el sufrimiento”

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