Eutanasia en la bioética
Enviado por Lucy Belial • 13 de Marzo de 2019 • Ensayo • 2.685 Palabras (11 Páginas) • 172 Visitas
Introducción
Este ensayo tiene como finalidad realizar una breve reflexión acerca de la eutanasia o el derecho a la buena muerte. Con lo que se pretende analizar hasta qué punto es ideal una interferencia médica y hasta qué punto la voluntad autónoma debe ser tomada o no en cuenta, para definir si es una intervención importante y decisiva.
En este trabajo se apoya plenamente a la decisión libre y autónoma sobre el derecho a decidir sobre el propio cuerpo y con ello a decidir sobre la propia vida, por lo que la reflexión siempre procurará estar encaminada al sustento de las ideas que se presentan ante el conflicto de preguntarse por una buena muerte.
Se define a la eutanasia como la buena muerte por sus raíces griegas (eu) bueno o buena y (thanatos) muerte, la RAE define a la eutanasia como el procedimiento que sirve para evitar sufrimientos que los enfermos no puedan soportar ni prolongar sus vidas de una manera artificial, y que la eutanasia puede realizarse con o sin el consentimiento de la persona enferma. Dos maneras diferentes se presentan de la eutanasia la activa y la pasiva, la activa es aquella se trata del acto directo del médico que tiene como orden fundamental ponerle fin a la vida de un paciente y víctima de la enfermedad incurable o ya en fase terminal, y de la activan se derivan la indirecta que trata de aminorar el dolor del enfermo con el fin de acortar poco a poco la vida del individuo, también está directa que es la que se propone terminar de modo inmediato con el sufrimiento del individuo, y ya por último está la eutanasia pasiva en la que se quita la ayuda que esté recibiendo el enfermo para prolongar su vida sufriente.
Antecedentes históricos, sobre la eutanasia.
Dentro de la investigación que me he puesto a hacer en relación con la historia de la eutanasia, si es que se conociera como una historia de la eutanasia, me he encontrado con la particularidad de que no hay una certeza como tal de datos suficientes que nos señalen como tal el origen de dicha práctica, sin embargo sí existen previamente algunos datos que nos puedan ayudar a tener una referencia al respecto.
Al parecer existen un par de referencias acerca del posible surgimiento que nos acerca al tema, dichas referencias nos guían a comienzos de la época clásica griega, sólo que no se hace la referencia como tal de llamar eutanasia a esta práctica, sino que se conocía como un acto similar al suicidio, con el propósito de que al momento de finalizarse la vida, pudiera la persona en cuestión deshacerse del dolor incurable que padeciera.
Y aunque fueron los primeros en consentir el suicidio, lo hicieron bajo a ciertas condiciones.
Aristóteles consideraba el suicidio incluso como una ofensa hacia el Estado, el no consideraba que el acto de quitarse la vida, por escapar de alguna situación difícil demostrase valía.
Más tarde los griegos adoptaron el término de la eutanasia como la muerte buena, eutanathos.
En el momento en que se aprobó en el Estado el suicidio en dicha época, no sólo era una práctica que fuera promovida sino que también era protegida, en algunas partes como en Atenas de hecho se contaba con venenos disponibles para quien lo pidiera, sin embargo se necesitaba un permiso en donde se avalara el porqué la decisión de querer terminar con dicha vida.
Sin embargo todo cambió en la llegada del cristianismo, época medieval en la cual se le consideraba al suicidio como una abominación y quien lo hiciese no merecía cristiana sepultura, pues creían que Dios les había regalado la vida, y al cometer suicidio se rechazaba dicho regalo, y que iba en contra del sexto mandamiento donde dice que no matarás. Así que no se tomaba en cuenta la situación de la persona, y no importaba que tanto sufrimiento le causara el hecho de seguir viviendo, aunque se deseara una muerte por piedad, no se era permitida.
No fue sino hasta el renacimiento en donde la idea de condenar el suicidio se abrió paso, Montaigne creía que la muerte voluntaria era la muerte más justa, este ajuste de pensamiento se debió a que cambiaron las ideas sobre la decisiones morales con respecto a la vida y la muerte, se convirtieron en temas más cuestionables y a su vez discutibles, considerándose que si la vida llegaba a un punto de ser inútil, insoportable e imposible de manejar entonces lo más conveniente era permitirle la muerte a la persona desdichada, incluso se consideraba al suicidio como un acto loable.
Más tarde Schopenhauer insistió en el derecho del hombre a disponer sobre su propia vida y con ella su propia muerte, explicaba que si era más el horror de vivir que el de enfrentar la muerte entonces era natural que el hombre prefiriese la muerte.
En 1897 Emile Durkheim publica una obra que habla sobre el suicidio intentando con esta quitar de alguna forma el estigma que aún producía dicho acontecimiento.
Médicos comenzaron a discutir dicho tema, y con ello algunas de sus opiniones se encontraban concordando con el hecho de auxiliar al paciente si para este ya no había esperanza alguna de continuar de manera gozable con su vida, en 1901 el médico inglés C.E Goddard impartió una conferencia en la asociación médica Willesden, acerca de las enfermedades incurables y terminales, expresándose a favor de la eutanasia y 5 años más tarde se anunció un proyecto de ley sobre la eutanasia dentro de la legislatura de Ohio, sin embargo continuaba siendo un tema que preocupaba a la opinión pública.
Tanto en Europa como en Estados Unidos apareció un movimiento que dio tanto apoyo como legislación a la eutanasia con el fin de que no se prolongara un sufrimiento innecesario.
De todas maneras el hecho de reflexionar acerca del suicidio y del valor moral o inmoral del que pueda prescindir está sumamente influenciado en los temas de las religiones monoteístas, donde se considera como un acto antinatural y con gran peso inmoral, no obstante este hecho no permite que no deje de discutirse como problema ético médico, donde se ha llegado a considerar la ayuda del médico en el suicidio.
Donde seguramente ya en algunas ocasiones doctores debieron ayudar a pacientes poner fin a su vida así como los caídos de guerra a poner fin a sufrimientos que posiblemente era irreversibles, y a pesar de estos hechos trágicos no acercaron a preguntarse de ninguna manera a la deontología profesional.
Sino que a finales del siglo XIX y principios del XX, gracias a ideales que provenían de un ámbito humanista filosófico, implanta la idea de que el médico goza con la posibilidad de no solo ayudar al paciente a llegar más rápido a su muerte sino a que también este mismo la ocasione si es necesario.
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