Extimidad
Enviado por tamiii • 11 de Junio de 2013 • 2.010 Palabras (9 Páginas) • 292 Visitas
Extimidad 13
Frustración de goce. Frustración de amor
Aun se conserva en esta clase el efecto que ha dejado el Encuentro. En esta ocasión la invitada es Diana Rabinovich, después de su exposición Miller invita a los asistentes a formular preguntas o comentarios.
Él mismo introduce la distinción entre frustración de amor y frustración de goce, referida al Seminario 4 sobre la Relación de objeto de Lacan, lo que lo lleva a plantearse ¿Cómo se introduce el goce en Lacan? Y nos recuerda que él, Lacan, lo introduce a nivel de la necesidad, el empleo del término goce se refiere al uso de algo. En el vocabulario jurídico, el derecho de goce es un derecho de uso, goce va con uso, así se tiene derecho a gozar de un bien pero no se tiene derecho a venderlo o enajenarlo. En este Seminario necesidad y goce pertenecen al registro de lo real y que Lacan en esta época lo trata igual que lo hace Lévi-Strauss.
Cuando Lacan distingue frustración de goce y frustración de amor, esta distinción es correlativa de la que existe entre la demanda y demanda de amor. La primera es demanda de goce, demanda de tener la cosa en mano, demanda de uso. La segunda está atrapada en un circuito más amplio que supone el don. No se apunta allí al uso en tanto tal sino al hecho de que este objeto nos haya sido dado y entregado.
Luego la diferencia entre frustración de goce y frustración de amor responde a la diferencia entre la demanda que concierne a la necesidad o al goce del uso y la demanda de amor. Desde que Lacan decide centrar el psicoanálisis en la función y el campo de la palabra y del lenguaje, hay una lógica implacable. El paso siguiente es estructurar las cosas partiendo del significante y del significado. Después tenemos un paso más que es la distinción entre la demanda y el deseo, que obedece a la misma repartición que la del significante y el significado.
La dicotomía de la demanda y del deseo está construida sobre la dicotomía significante/significado.
Arribados a este punto surge la pregunta por la localización del goce en el nivel de lo real, del uso o del objeto, Qué pasa cuando se trata del goce sexual. Cuando se introduce el sexo, hay que considerar cómo se introduce en esta economía la función sexual, pero a nivel del cuerpo propio, con todo el problema de lo que puede querer decir gozar del cuerpo del Otro. Lacan continúa planteando esto hasta el final de su Seminario 20, Aun. A nivel del goce sexual hay una paradoja, porque sólo se goza sexualmente del cuerpo propio. Entonces ¿Qué significa gozar del cuerpo del Otro?
La distinción de la frustración de goce y la frustración de amor nos lleva a plantearnos el estatuto del objeto, estatuto que es evidentemente fenomenológico, la sorpresa surge cuando se llega a mostrar que este objeto es un significante, es entonces cuando la sustancia de este objeto se desvanece; se encuentra una metáfora y el objeto se eclipsa. Se trata del estatuto del objeto en el Otro y es lo que Miller escribe a<A.
Así en la fobia el objeto está completamente reabsorbido en el Otro. Si se toma la fobia como punto de referencia, el objeto se reduce a una concreción significante, se trata de un significante para todo uso, no es a, sino un objeto imaginario.
Miller distingue a partir de intervenciones de la sala, la oposición planteada entre idealización y perversión que suscribe la teorización kleiniana, de hecho hay una exterioridad entre las funciones que llamamos significantes y a, entre el Otro y el objeto a.
A//a
Idealizaciones//perversiones
Para los kleinianos es impensable la estructura de extimidad, que inscribe en el corazón mismo del espacio del Otro este punto éxtimo al que la perversión está especialmente unida.
Lacan resume la posición del linaje abrahamiano y kleiniano por dos ecuaciones. Hay una que es la capacidad de transferencia, es decir la capacidad de amar, y que mide el acceso a lo real y es esta ecuación la que domina la corriente abrahamiana y kleiniana.
¿Qué quiere decir que la capacidad de amor mide el acceso a lo real? Hemos estado más cerca de pensar que es la voluntad de goce la que mide el acceso a lo real, que lo real como tal, por el contrario, no tiene nada de amable. Lo que mide el acceso a lo real-y no a la realidad, es decir, a lo imaginario que lo envuelve-, lo que permite el acceso a lo real como tal, es que haya división del sujeto.
Me parece oportuno referirme al Seminario 20 -Aun, en el que Lacan plantea que en el amor se parte de la premisa: “no somos más que uno”. De allí parte la idea del amor, pero percatarse de que el amor, si es verdad que está relacionado con el Uno, nunca saca a nadie de sí mismo, esto es lo que dice Freud al introducir la función del amor narcisista, el problema que se introduce es que todo el mundo lo siente, o ha sentido y más bien la pregunta que se pone en el centro es como puede haber amor por otro.
El hombre es quien aborda a la mujer, sin embargo al hacerlo, solo aborda la causa de su deseo, que se designa como el objeto a. El acto de amor es eso. Hacer el amor, tal como lo indica el nombre, es poesía. Pero hay un abismo entre la poesía y el acto. El acto de amor es la perversión polimorfa del macho, y ello en el ser que habla.
Lo que se vio, aunque sólo por el lado del hombre, es que tiene que vérselas con el objeto a, y que toda su realización respecto a la relación sexual desemboca en el fantasma. Desde luego, esto se vio en los neuróticos. ¿Cómo hacen el amor los neuróticos? Se partió de allí. Fue imposible dejar de percibir la correlación que había con las perversiones, y esto viene a apoyar el a, porque el objeto a está allí como causa, sean cuales fueren dichas perversiones.
El goce sólo se interpela, se evoca, acosa o elabora a partir de un semblante.
El amor mismo se dirige al semblante, hemos de encontrar aquí
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