FACTOR X DE FRANCIS FUKUYAMA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL ECUADOR

GRUPOS SOCIALES CON DERECHOS ESPECIFICOS

SEBASTIAN SALGADO                                                                  PARALELO 5

El fin del hombre, Francis Fukuyama

¿Qué nos hace seres humanos?

Esta es la pregunta directriz y principal motivación por la que Francis Fukuyama comienza la redacción de “El fin de hombre”.

Para responder esta duda, el intenta buscar un supuesto “Factor X”, una cualidad propia de cada individuo de la especia humana, inmutable e inalienable. Es decir, incluso si, en un hipotético caso, se despoja a una persona de todas sus características, este factor incognito la seguiría definiendo como un ser humano que merece respeto por sobre todas las cosas. Pero, ¿Qué es o que conforma el factor x?, Fukuyama entra en un debate exhaustivo intentando definir esta supuesta peculiaridad humana, comienza hablando de la dignidad y menciona que: “Estamos obligados a valorar el factor x en todas las personas, porque, eso es parte de reconocer su dignidad humana”. Pero, otra duda surge de pronto, si alguien no posee factor X, ¿Estaría bien despreciarlo?, El autor dice que sí. Un claro ejemplo, es la propia historia del mundo; cuando en la antigüedad no se reconocía la “dignidad” (entendida como factor x) de los esclavos, si estaba permitido (y socialmente aceptado) el tratarlos como cosas, actividades como: el comercio, el maltrato o incluso el deshacerse de ello/as, no tenía ninguna repercusión en la ética social, por lo tanto, podríamos asumir que “el factor x”, depende bastante del contexto cultural en el que se plantee buscarlo. Esto es algo que Fukuyama también llega a asumir, diciendo: “Muchos de los argumentos para negar o privar de su dignidad a los grupos sociales tienen sus bases en condiciones culturales y naturales”.

Para ampliar la información acerca de esta cualidad intrínseca humana, el plantea dos visiones: “El factor X proviene de Dios” y “El factor X se basa en la capacidad de elección moral”, la primera, es defendida por todos los creyentes. Al reconocer a todos los seres humanos como criaturas creadas por un mismo ser omnipotente, no es nuestra potestad el juzgarnos/violentarnos los unos a los otros. Todos somos hijos del mismo ser, por lo tanto, todos poseemos el mismo factor X. Acerca de esta concepción, podríamos argumentar muchas cosas en contra, por ejemplo, ¿Qué Dios? ¿De qué religión?, esto, hace que las personas no creyentes, comiencen a protestar sobre la necesidad de un concepto de factor x “laico”. Es aquí donde observamos la segunda definición antes planteada, cuyo exponente más reconocido será Immanuel Kant. “Todos somos diferentes pero actuamos conforme a la ley moral” y  “Dignidad humana es la concepción de que hay algo único en la humanidad que da derecho a todos los miembros a una condición moral superior a la del resto del mundo natural”, son concepciones que plantea Kant al respecto.

Pero ¿El solo poseer dignidad ya basta para ser humano? No, realmente esto va más allá, por citar el mismo ejemplo de antes, lo esclavos eran considerados “sin dignidad”, pero ¿Eso les quitaba la posibilidad de ser humanos?, para responder estas dudas complejas, Fukuyama comienza a construir más cualidades que podrían colaborar en la empresa de definir a una persona.

Hay que evaluar el contexto social-evolutivo de la especie humana para intentar sacar conclusiones, Darwin menciona que: “El comportamiento de la especie humana cambia conforme interactúa con el ambiente, por lo tanto, la esencia de una especie es tan solo un accidente dentro de un proceso evolutivo”. Es interesante esta idea, entramos en otras cualidades muy características que nos podrían facilitar el trabajo, el aspecto físico (resultado de la evolución) y la genética. Y si, efectivamente podríamos definir que un ser humano es tal, mediante un análisis genético o solo con observar su aspecto físico, y aunque, hay un porcentaje de personas con anomalías genéticas que podrían quizás, confundirnos, un estudio genético seria infalible para determinar si es un humano o no, en la conclusión ampliare el tema. Al respecto de la genética, Lee Silver acota una frase interesante pero polémica: “En un futuro el hombre no será esclavo de sus genes, sino su amo”. ¿La ingeniería genética, la eugenesia es moral/ética?, aquí se entraña un debate muy fuerte, varios expertos en el tema consideran que, inevitablemente llegara el día en que el hombre pueda modificarse y mejorarse mediante la ingeniería genética, y quizás, eso no es tan “malo” como parecería sonar, una sociedad sin enfermedades, sin problemas congénitos, la erradicación de las pandemias, podría ser algo extremadamente beneficioso para el progreso de la especie humana.

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