FEMINISMO UN MOVIMIENTO IGUALITARIO O ABUSIVO

FEMINISMO UN MOVIMIENTO IGUALITARIO O ABUSIVO

        En el presente ensayo se pretende llegar a un punto de discusión entre el feminismo católico que surgió durante el siglo XX y el feminismo actual, es decir, en el siglo XXI donde se puede evidenciar como un ejemplo a Juana Salas quien se desempeñaba como abogada y era una activista católica quien se inscribía dentro de una corriente de pensamiento católico y mantenía una estricta postura confesional, donde la dependencia de la institución eclesiástica, las acciones de las militantes católicas y la existencia de sus organizaciones han sido explicadas como producto de la manipulación e instrumentalización ejercidas sobre las mujeres por parte del clero.

        Por el contrario, el feminismo actual no se apega en lo más mínimo a la religión ya que apunta a la democratización de los espacios políticos, sociales e institucionales. Denunciando el contexto cultural actual donde se naturaliza la diferencia sexual, como también al sistema patriarcal en tanto eje estructurante de las divisiones sexuales y sociales; En el caso de la Iglesia Católica, se consideran dos factores que explicarían la influencia de esta institución en el delineamiento de las políticas sexuales de la post-dictadura: la autoridad moral y el rol otorgado por las elites a la iglesia en la búsqueda del consenso político.

        El desarrollo del feminismo católico, tanto en su inclinación ideológica como en su dimensión de movimiento social, no fue ajeno ni a la práctica del occidentalismo ni a la aceptación posibilista del liberalismo por parte de ciertos sectores católicos, en 1919 se creó la Acción Católica de la Mujer (ACM), con la finalidad explícita de contrarrestar el movimiento feminista laico. El ACM enmarcaba sus objetivos en el proyecto católico que percibía a la sociedad española en proceso de ateísmo, Sin embargo, este mismo movimiento introdujo novedades significativas en el panorama de la conformación católico femenino. Buscaba unir en una única organización nacional española a todas aquellas entidades, ya fueran de carácter local, regional o nacional ya de naturaleza benéfica, educativa o piadosa.

        El activismo católico favoreció su presencia en la esfera pública y la probabilidad de promoción, dentro y fuera de las empresas católicas, a puestos de responsabilidad. Aun cuando varias fueran casadas o viudas, el matrimonio había dejado de ser el exclusivo destino por el que su historia debía transitar: quedaba abierto el camino al ejercicio de la maternidad social y patriótica, que podía desarrollarse por medio de su profesión, la colaboración en las ocupaciones de la organización, y del ejercicio, reducido a ciertos sectores, de la funcionalidad pública. (Morant.I,2006, p.64)

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