Facultades Latentes

FACULTADES LATENTES QUE TIENEN QUE FLUIR

Desde antes que Sócrates lo expresara ya en el templo de Delfos existía la inscripción de “conócete a ti mismo”. En el interior de cada ser habitan unas facultades latentes que, necesariamente, tienen que fluir y conocerse a sí mismo ha sido una constante que podría decirse es obsesiva para el ser humano: desde la antigüedad, ya los filósofos insistían en proceder ante tal evento para llevar una vida plena y crecer en la escala evolutiva.

Aristóteles fue uno de los primeros que incursionó en el estudio de cómo funcionaba el cuerpo humano y lo hizo muy seriamente.

Hoy, desde el siglo IV antes de Cristo, se sigue estudiando por científicos, sicólogos, sociólogos y otros más.

Grupos de expertos han penetrado en el fascinante mundo de la mente. En lo más profundo del cerebro, allí donde habitan cien mil millones de neuronas que conectadas a otras miles de ellas, activan el pensamiento.

El cerebro es una obra maestra igual que todo cuanto existe sobre la faz de la tierra. De aquí que el hombre, con todo lo que existe en su interior, sea también una de ella.

Él es movido por este órgano que pasa a constituirse en su motor y éste lo lleva a realiza proezas extraordinarias. Es así como se reafirma el hecho de que la raíz del conocimiento no está en la construcción de un solo bloque de neuronas sino que requiere de muchos millones de elementos que actúan en cooperación puesto que cada región del cerebro ocupa una función distinta pero que se complementan.

Precisión, destrezas y nuevas tareas para llevarlas a cabo con precisión tienen función en el cerebelo y cuando se practica una técnica el cerebelo se hace cargo de ella e inmediatamente se activa un pensamiento y envía instrucciones al resto del cuerpo.

Qué maravilla y qué grandeza se aviva en el interior de cada ser y pensar que muchas facultades están latentes y no fluyen porque se desconocen pero si se ejercieran el poder del hombre sería extraordinario.

De aquí que esté en boga el tema del trabajo colaborativo. Este tipo de trabajo es el que da la oportunidad para que los seres se ayuden en la consecución de tareas y pese a que hay unos que son más expertos que otros debido a la práctica de una técnica, es de anotar que todos están en capacidad de adquirir las mismas habilidades.

Es necesario entonces que cada quien tome conciencia de cómo funcionan las cosas y se comprometa a asumir el rol que le corresponde.

La concepción que cada quien tiene de su mundo está medida por el empeño en que se ponga para procesar las experiencias. Cuanta más experiencia se tiene, mejor se hacen las cosas a la vez.

Aprender del otro, explorar, adquirir conocimiento y aplicar es un proceso que aumenta

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