Familia, Escuela y Sociedad. Actividad: Educación formal y no formal
Enviado por JudAG • 2 de Mayo de 2022 • Trabajo • 693 Palabras (3 Páginas) • 86 Visitas
Asignatura | Datos del alumno | Fecha |
Familia, Escuela y Sociedad | Apellidos: Amer Giró | 11/04/2021 |
Nombre: Judit |
Actividad: Educación formal y no formal
En términos generales está muy claro en qué consiste la educación, que podríamos describirla como un proceso en el que se facilitan los conocimientos, el aprendizaje y otras competencias. Pero realmente la educación tiene una amplia diversidad de ámbitos en el que se desarrolla, a parte del ámbito escolar o puramente académico. Así, uno puede aprender en casa, en un museo, en un seminario, en el trabajo, en una reunión de amigos y en infinidad de situaciones más. Por lo tanto, es aquí cuando cabe distinguir entre la educación formal y la educación no formal[1].
La educación formal es aquella que se desarrolla en el ámbito escolar y académico, de una forma sistemática y según unos objetivos marcados por la normativa educativa. A diferencia de la formal, la educación no formal se realiza fuera del entorno escolar y no está regulada por una normativa (Silvero, M.; 2007).
Encontramos un ejemplo claro de educación no formal en los programas universitarios para mayores, en los cuales se brinda una oferta formativa muy variada, académica o no, normalmente para gente mayor de 50 años. El artículo que nos ocupa, “Envejecimiento activo y solidaridad intergeneracional: claves para un envejecimiento activo”, desarrollado dentro del marco de Programas Universitarios para Mayores y Vejez Activa de la Universidad de Granada, expone la importancia de mantenerse activo intelectualmente cuando se llega a cierta edad para tener una buena calidad de vida, tanto física como mental. Y es que es fundamental, a partir de cierta edad, incentivar la actividad para sentirse o mantenerse integrado en una sociedad que avanza a la velocidad de la luz en todos los aspectos. En este sentido, la educación tiene un papel primordial ya que contribuye al crecimiento de las personas; un enriquecimiento tanto a nivel personal, como a nivel social, físico, mental, o incluso espiritual.
Para ello, es muy interesante que haya una oferta amplia también para estos destinatarios y que tengan la oportunidad de iniciar un proceso de aprendizaje individual, aunque quizá es más adecuado hablar de seguir con el aprendizaje continuo del ser humano a lo largo de su vida[2].
En cuanto a las actividades que se pueden llevar a cabo para favorecer la educación no formal en los programas universitarios para mayores, encontramos, por ejemplo, la asistencia a asignaturas sueltas, la colaboración en distintos programas de voluntariado, o la realización de cursos monográficos o seminarios. Además, estas actividades no comportan una evaluación vinculante o la otorgación de unas credenciales o título, con lo cual, la persona pude sentirse libre de esa presión y estrés tan característico del alumnado que está ejerciendo una actividad en el marco de la educación formal.
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