Familia aritocratica

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UNIVERSIDAD NACIONAL  AUTONÓMA DE MÉXICO

ESCUELA  NACIONAL DE TRABAJO   SOCIAL

FAMILIA ARISTOCRÁTICA  Y FAMILIA DEMOCRATICA

De acuerdo a lo que nos dice  Tocqueville que la “familia, si tomamos esa palabra en su sentido romano y aristocrático, no existe”. Él detecta y examina a la luz del ejemplo europeo. Si los pueblos aristocráticos” las familias permanecen durante siglos en el mismo estado, y con frecuencia  en el mismo lugar” en los pueblos, democráticos, al contrario, “nuevas familias salen sin cesar  de la nada, otras vuelven a esta sin cesar y las que pertenecen cambian de aspecto”.

La familia dependiente de este tipo de sociedad se inscribe en un tiempo corto, el de las relaciones familiares inmediatamente rememorables, y a la conclusión perentoria de Tocqueville no tiene sentido sino en relación  con ese contexto; “sólo interesa  los íntimos”.

Cuando la filiación  parece interrumpirse  en la generación  siguiente, la identificación  siguiente, la definición  social del matrimonio registra una revalorización y se incrementa la visibilidad cultural.

Tocqueville identifica  un segundo factor de la vida familiar por el lado de las leyes que “en  cierto modo atrapan a las generaciones antes de su nacimiento. El derecho  de sucesión está aquí en el centro de la atención. Donde la sucesión se organiza  alrededor  del derecho de primogenitura, la tierra se Transmite de generación en generación  sin dividirse. Tocqueville señala  que “de allí resulta  que el espíritu  de familia se materializa de cierto modo en la tierra. La familia  representa la tierra, la tierra representa la familia, perpetua su nombre, origen, su gloria, su poderío, sus virtudes.

La tierra  es la  herencia al mismo tiempo que seguridad para el futuro. En cambio, donde las leyes de  sucesión  establecen el reparto  igualitario , “ la familia no acude a la mente más que como una cosa vaga, indeterminada incierta”., y lo único que ocupa a todos  es el presente y el establecimiento  de la generación siguiente. Al oponer  la familia democrática.

El régimen fetichista  instaura una marcada división sexual de los roles, liberando  a la mujer de los trabajos prácticos mediante la institución de un principio fundamental de la constitución doméstica: “El hombre debe alimentar a la mujer”.

El régimen fetichista cumple  así un papel  determinante al consagrar los gérmenes de los mejores sentimientos espontáneos, en especial los de la solidaridad. Si bien no es un ideal , la poligamia permite no obstante multiplicar las alianzas familiares y desempeñan en ese sentido el papel de un ¡”correctivo” al atenuar las luchas entre tribus y generar el vínculo  social en sociedad cuya primera característica es la orientación militar conquistadora. También Durkheim confronta las relaciones familiares con cambios  sociales generales. De todas maneras, como no dispone de una clasificación confiable y sistemática de las diferentes formas de vida doméstica.

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