Fechas Civicas De Mayo
Enviado por BRCL1 • 16 de Mayo de 2012 • 2.037 Palabras (9 Páginas) • 4.387 Visitas
Fechas civicas de mayo
1° de Mayo
Día del trabajo
El 1º de Mayo de 1886 fue convocada una huelga general en EEUU, en reclamo por la reducción de la jornada de trabajo a ocho horas diarias (ocho horas de trabajo, ocho horas de recreación y cultura, ocho horas de descanso).
Las condiciones laborales de la clase obrera eran deplorables. Niños, mujeres y hombres eran explotados en jornadas de hasta dieciocho horas diarias sin descanso semanal y con remuneraciones ínfimas. La Revolución Industrial avanzaba con su tecnología y su injusticia, y con ella EEUU comenzaba a crecer como país industrializado atrayendo a miles de obreros de Europa que buscaban mejores condiciones de trabajo.
A mediados del siglo XIX se formaron las grandes Ligas de Ocho Horas en las principales ciudades manufactureras. En su IV Congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, la Federación Norteamericana del Trabajo, de origen anarquista, aprueba una moción por la que se resolvía que "la duración legal de la jornada de trabajo desde el 1° de Mayo de 1886 sería de ocho horas' recomendando a todas las organizaciones sindicales que trataran de hacer promulgar leyes con ese contenido en todas las jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de todas las organizaciones y durante esos dos años se acrecentó la compatibilidad y solidaridad de los trabajadores.
El 3 de Mayo, dos trabajadores habían sido asesinados por la policía cuando ésta intervino en un enfrentamiento entre un grupo de trabajadores que bloqueaban el acceso de la fábrica a las que no se los dejaba ingresar y quienes iban a ser sus remplazos no sindicalizados. Este había sido uno de tantos enfrentamientos que se daban en aquellas jornadas de tensión en demanda del cumplimiento de la ley de las ocho horas. Al día siguiente se organizó una marcha para protestar por la muerte de estos trabajadores.
5 de Mayo
Día de La Batalla de Puebla
La Batalla de Puebla fue un combate librado el 5 de mayo de 1862 en las cercanías de la Ciudad de Puebla, entre los ejércitos de la República Mexicana, bajo el mando de Ignacio Zaragoza, y del Segundo Imperio Francés, dirigido por Charles Ferdinand Latrille, conde de Lorencez.
Siendo Benito Juárez Presidente, y por propuesta de éste, el Congreso declaró, por Ley del 17 de julio de 1861, la cesación de pagos de la deuda internacional, por el término de dos años, debido a la bancarrota en que se hallaba el gobierno de México.
Francia, gobernada en ese tiempo por Napoleón III, decidió invadir México, deponer al Presidente Juárez, e instalar una Monarquía que respondiera a los intereses franceses, por lo que eligió para esto a Maximiliano de Habsburgo, los franceses, desde Veracruz, con sus fuerzas militares se dirigieron hacia el centro del país.
Asegurado el paso de Acultzingo, el 2 de mayo de 1862 la columna principal del ejército expedicionario francés salió de San Agustín del Palmar, en Veracruz, para cruzar la Sierra Madre Oriental y dirigirse hacia Puebla, paso obligado para llegar a la Ciudad de México que era además uno de los bastiones del Partido Conservador en país, y donde esperaban ser recibidos "con una lluvia de rosas", como le aseguró Saligny a Napoleón III en una carta. El 3 de mayo por la noche, el general Zaragoza arribó a Puebla, dejando en su retaguardia una brigada de caballería para hostigar a los invasores. Los efectivos del Ejército de Oriente se organizaron por las calles desiertas de la ciudad, ya que la mayoría de la población era partidaria de la invasión.
El 4 de mayo, los exploradores mexicanos volvieron con noticias de que una columna de conservadores a caballo, al mando de Leonardo Márquez y José María Cobos, marchaba por la zona de Atlixco para unirse con las fuerzas de Lorencez en el ataque a Puebla. Zaragoza envió una brigada de 2,000 hombres bajo el mando de Tomás O'Horan y Antonio Carbajal, con el fin de detenerlo, lo cual lograron. Aunque sus fuerzas habían disminuido, los mexicanos se prepararon para la defensa de Puebla. Contaban con dos baterías de artillería de batalla y dos de montaña, cubriendo los fuertes con 1,200 hombres y formando a otros 3,500 en cuatro columnas de infantería con una batería de batalla y una brigada de caballería por el lado del camino a Amozoc.
A las 9:15 de la mañana del 5 de mayo, los franceses aparecieron en el horizonte, cruzando fuego con las guerrillas de caballería que se batían en retirada, cuyos jinetes no se replegaron hasta que las líneas francesas estuvieron formadas y listas para avanzar. La batalla se inició en forma a las 11:15 de la mañana, anunciándose con un cañonazo desde el Fuerte de Guadalupe y acompañado por los repiques de las campanas de la ciudad. En ese momento se dio una maniobra sorpresiva: la columna francesa, que venía avanzando en orden de oriente a poniente, se dividió en dos: la primera, compuesta por aproximadamente 4,000 hombres y protegida con su artillería, dio un violento viraje hacia la derecha y se dirigió hacia los fuertes; mientras que la segunda columna, compuesta por el resto de la infantería, quedó como reserva.
Mientras se libraba la batalla, en el Palacio Nacional y en la Ciudad de México en general se vivía un ambiente de tensa espera. Lo último que se sabía de Puebla era el telegrama enviado por Zaragoza hacia las 12:30 del día, en el que avisaba que el fuego de artillería de ambos lados había iniciado. Luego, silencio. Ante la incertidumbre, el gobierno había hecho salir precipitadamente al general Florencio Antillón al mando de los Batallones de Guanajuato, quedando como guardianes de la capital sólo 2,000 hombres del Regimiento de Coraceros Capitalinos y algunos centenares de milicianos pobremente armados. Si las tropas guanajuatenses se perdían, la capital quedaría desprotegida.
Zaragoza envió más tarde otro telegrama en el que dijo que los franceses habían iniciado la retirada hacia Amozoc, pero sin mencionar el resultado final de la batalla. Finalmente, a las 5:49 de la tarde se recibió otro parte, dirigido al ministro de Guerra, que causó júbilo en palacio nacional
El saldo final de la batalla fue de 476 muertos y 345 heridos del lado francés, así como 83 muertos, cerca de 250 heridos y 12 desaparecidos para el Ejército de Oriente. A
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