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Filosofía De La Liberación


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2012  •  6.303 Palabras (26 Páginas)  •  556 Visitas

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FILOSOFÍA DE LA LIBERACIÓN

El año 1970 puede servir como fecha aproximada que marca el nacimiento de la filosofía de la liberación (FL). En ese año se celebra en Argentina el II Congreso Nacional de Filosofía con las aportaciones de un grupo de filósofos, quienes proponen una ruptura de la filosofía oficial con la tradición filosófica occidental, europea, por ende se concibe, desde los inicios, como una crítica a esta filosofía. La FL es expresión de la realidad cotidiana, de pobreza, en la que comenzó y en la que todavía busca su inspiración, por ello no es una filosofía de despacho, realizada por un filósofo apartado de la realidad, una «filosofía para filósofos» a la que se refirió Kant. Por el contrario, la FL pretende hacerse cargo de los mayores interrogantes suscitados por la cotidianidad existencial en donde se desenvuelve, y quiere ser una reflexión estrictamente filosófica, pero que dé respuestas a la situación de sometimiento en la que viven pueblos y personas en el 'Sur.

En el surgimiento de la filosofía de la liberación hubo factores de diversa índole, que posibilitaron su surgimiento, como lo fueron:

Factores políticos: La incidencia que en todo el continente latinoamericano tuvo la revolución cubana, la proliferación de los populismos, etc.

Factores sociales y económicos: La crítica que muchos sectores realizaron hacia la teoría del desarrollo, que sostiene que el subdesarrollo es un estado natural de los pueblos y un estadio pasajero. Frente a este modelo interpretativo se alzaron muchas voces, que sostenían que ese subdesarrollo latinoamericano, lejos de ser natural y coyuntural, era la consecuencia lógica y real de un largo proceso de dominación colonial y un resultado inevitable del orden económico mundial, es decir, de su desorden. Por eso se hablará, frente a la «teoría del desarrollo», de la «teoría de la dependencia», en la que el subdesarrollo de unos pueblos es el efecto del superdesarrollo de otros; los unos se enriquecen en la medida en que otros se empobrecen. Con la teoría de la dependencia se produce un cambio en el análisis de la realidad latinoamericana.

Factores religiosos: En 1968 se celebró la segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, cuyos documentos insisten en la necesaria liberación de la situación de dominación en la que viven las masas populares del continente.

El sociólogo colombiano O. Fals Borda había publicado su libro Sociología de la liberación, a raíz del cual muchos se cuestionaron, si era posible una filosofía original y propia.

La FL se caracteriza por su crítica a la subjetividad de la modernidad, y toma posición frente a las principales tesis racionalistas. Kant a través del idealismo trascendental, afirmaba la existencia de lo trascendente al sujeto, se ha convertido en un idealismo que puede permitirse prescindir de lo trascendente. Con Hegel y su magno sistema, el idealismo absoluto estará servido, pudiendo filosofar sobre las ideas de las ideas, sin tocar jamás la realidad empírica, real, cotidiana. La FL se presenta como un pensar que parte de la existencia real de la persona pobre, el oprimido, tanto individual como colectivamente (desde los países y pueblos dependientes). Así pues, se sitúa desde la exterioridad y alteridad del otro, desde la persona empobrecida que existe, pero fuera del sistema políticamente imperante, más allá de donde se dictan las leyes del mercado económico que les empobrece, y donde esas leyes se ejecutan sin compasión.

Una filosofía que se realice desde la perspectiva de las necesidades de los oprimidos, y que tome en cuenta los condicionamientos históricos, económicos, políticos, culturales y de todo tipo, desde la dependencia, no puede dejar de plantearse la liberación de la opresión, y será, por ello, filosofía de la liberación. Por ello pone especial atención a la realidad, se sitúa en la posición originaria en la que el hombre vive cotidianamente: posición de la persona ante la otra persona, relación que puede ser de respeto o de violencia en cualquiera de sus formas, sutil o patente. La vinculación entre la filosofía y la dominación aparece perceptible cuando nos percatamos de que la ontología, la concepción del ser que uno posee, ejerce un claro influjo en la praxis cotidiana y, desde aquí, se explaya en las concreciones políticas, económicas y culturales, así como en la moral y en el derecho.

Comenzar a pensar filosóficamente desde una perspectiva de liberación, significa hacernos conscientes de los condicionamientos que se ejercen desde el interior del discurso filosófico, hasta convertirlo en una justificación ideológica del orden vigente, del desorden mundial establecido. Cuando el filósofo griego piensa el ser, reduce lo que es el ser únicamente a lo visto por él, a lo controlado por su razón; y Europa, no vista por completo por él, es reducida a lo bárbaro, al no-ser; sus habitantes son nadies, bárbaros. Posteriormente, cuando Europa (bárbara según los griegos) piense su propia concepción del ser, comprenderá al ser como lo visto por ella, relegando a la barbarie lo allende sus fronteras.

Para Salazar Bondy la América hispanoindia está en situación de dominación, dependencia y subdesarrollo, en todas sus manifestaciones. La tesis básica del filósofo peruano es la siguiente: "Sostengo que la filosofía, como producto de expresión de una cultura, cuando se trata de una filosofía que se hace dentro de un país que está en situación de dominación, es una filosofía que tiene los mismos caracteres, o sea, es una filosofía de la dominación" .La filosofía importada de América Latina no hace otra cosa que encubrir la propia realidad: "Tenemos la pretensión de ser algo distinto de lo que somos o sea, vivimos alienados respecto a la propia realidad que se ofrece como instancia defectiva, con carencias múltiples". Nuestra filosofía fue un pensamiento originalmente impuesto por el conquistador europeo de acuerdo con los intereses de la corona y la Iglesia españolas.

Esta posición produjo la reacción que cabía esperar. Leopoldo Zea sostiene que el problema viene cuando una determinada respuesta o logos ante las preguntas fundamentales del hombre se presenta como única, imponiéndose al resto por medio de la colonización y el dominio, ya sea político, cultural, económico. Cuando los filósofos latinoamericanos se plantean la posibilidad de una filosofía genuina, lo hacen desde el convencimiento de que se saben distintos. A esta diferenciación debería corresponder una determinada filosofía que fuera propia y original. Zea, aunque mantiene la posibilidad de una filosofía original del Sur, se da cuenta de que los latinoamericanos viven encandilados por los grandes

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