Fuerza de voto evangélico en Colombia

La fuerza del voto evangélico en Colombia

Por: Nicolás Mariño Rodríguez

Actualmente en el contexto político  colombiano se deslumbran los efectos colaterales que ha traído el post-conflicto, por lo tanto en las elecciones que se realizaran en el 2018 son decisivas para continuar con lo acordado en la Habana Cuba con el grupo de las Farc, por tal motivo  hay que analizar el protagonismo del uso político de la religión ya que disponen de gran influencia en los resultados, por ello se puede contraer  conclusiones para comprender las estrategias políticas que se despliegan por  líderes políticos como Alejandro Ordóñez, Viviane Morales y Álvaro Uribe  que  ya están iniciando sus campañas electorales  influenciando la decisión a partir de grupos religiosos tanto como cristianos, católicos, pero con mayor fuerza los evangélicos con visiones de “la Colombia creyente”  del próximo año en las elecciones.

En pasados escenarios con movilizaciones multitudinarias como las que tuvo 10 de agosto del 2016, se pudo evidenciar la fuerte fuerza de  la comunidad cristiana evangélica que se distribuyó en las  calles para protestar contra los manuales de convivencia escolar que buscan evitar la discriminación sexual dispuestas por el Ministerio de Educación, pero eso no fue todo, también grupos evangélicos tuvieron gran peso en las decisiones del plebiscito tras ganar el no, por campañas con  informaciones corruptas de los no simpatizantes de los acuerdos de paz; los evangélicos son una comunidad que ha venido creciendo desde los años noventa y que representa alrededor del 20 por ciento de la población nacional: casi 10 millones de fieles, según la revista semana en un artículo llamado Plebiscito por la paz: el decisivo voto de los evangélicos, Estas características demuestran la gran capacidad  de movilización para convertirse en una fuerza política en Colombia.

Aunque los evangélicos sean un grupo religioso, por los líderes políticos no son vistos de esa manera, sino simplemente como electores que los pueden ayudar a ganar la presidencia, por lo tanto logran simpatizar con estos movimientos religiosos. En el caso de Ordoñez aunque sea un católico conservador tiene gran apoyo evangélico por las ideas que comparten. En el caso de Álvaro Uribe ha creado afinidad con diversas organizaciones evangélicas, entre las que se destaca la Misión Carismática Internacional, que se constituye una de las organizaciones religiosas más poderosas del país, aunque no profese este movimiento evangélico, pero la comunidad evangélica les ha dejado de creer por no ser creyentes como ellos, lo cual los hace sentir usados tras las votaciones. 

En un estudio realizado por  Beltrán Cely sobre la pluralidad religiosa en Colombia, determinó que católicos y católicos carismáticos representaban el 70.9% y los protestantes (todas las denominaciones) el 16.7%, menos un 1% compuesto por los Testigos de Jehová que no votan, dejando un voto protestante aproximado del 15.7%.

En un análisis realizado por Arboleda Mora establece que si se utiliza el 15.7% y se  multiplica por el total de la votación de la segunda vuelta en las elecciones presidenciales del 2014 que fueron 14.756.343 da una aproximado de 2.316.745 que podríamos especular que es el voto evangélico. No son muchos, pero sí una cantidad determinante en una votación. Y si se multiplica por la votación total del plebiscito 12.808.858 por 15.7% resultaría con una población evangélica votante de 2.010.990, lo que se  analiza a partir del aporte de Arboleda es que la comunidad Evangélica que va en alto crecimiento,  es una fuente de  fuerza y poder de voto evangélico en Colombia, pero la pregunta es ¿si los deberes políticos se deben alejar de las ideas morales religiosas para poder tomar una decisión a la hora de votar? Pues la verdad es difícil responder por la complejidad de diversidad cultural, religiosa y de pensamiento lo que no deja vislumbrar una respuesta  objetiva; o más bien los colombianos en especial los  evangélicos deben conocer más acerca del historial de un candidato presidencial y  no dejarse influir por un aspecto externo como es el pensamiento y creencias religiosa; o será más bien, un agente donde las transacciones de dinero e influencias son las que crean el efecto del votante evangélico, lo cual ha estado tomando papel fundamental en la política Colombiana, aunque también se evidencio en las últimas elecciones presidenciales de los Estados Unidos  con el apoyo del 81 % de los votantes evangélicos, según datos del Pew Research Center.

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