Futuro de la Democracia
Enviado por frics • 4 de Octubre de 2020 • Ensayo • 3.117 Palabras (13 Páginas) • 140 Visitas
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Contenido
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA (Resumen) 3
KEYWORDS 10
INTRODUCCIÓN 10
DESARROLLO 11
CONCLUCION 12
EL FUTURO DE LA DEMOCRACIA (Resumen)
Un tema de provenir muy insidioso, donde en autor inicia defendiéndose con dos citas, una que es de Hegel donde en sus lecciones de la historia en la Universidad de Berlín, un estudiante le hace una pregunta la cual es el que, si el país de estados unidos debería de ser considerado como el país del mañana, a lo que él le respondió molesto que eso no le compete a él, porque el filósofo no tiene nada que ver sobre las profecías, ya que el solo se encarga del razonar y que con eso ya es suficiente. Y otra es Max Weber en una conferencia que tuvo con los estudiantes de la Universidad de Múnich en el final de la guerra, que le preguntaban sostenidamente sobre el futuro de Alemania, a lo cual él respondió que: "La cátedra no es ni para los demagogos ni para los profetas."
Lo que se reconoce de ser un profeta es que es una profesión muy difícil y peligrosa, ya que lo difícil está en saber sobre lo que pasará en el mañana, también esto dependerá de las aspiraciones e inquietudes que tengamos en un futuro. Esto es un camino está conformado por millones de millones hechos de la sociedad, tantos que nadie es capaz de procesar lo que pasara a futuro, ya que esto es muy esquemático. Es por eso que las predicciones de los grandes señores del pensamiento se an mostrado equivocadas.
Todo aquel grupo social siempre tiende a tomar decisiones que están elegidas para la supervivencia para todos los miembros del grupo. Las decisiones del grupo son por individuos, esta tendrá que ser tomada como una decisión colectiva, pero es necesario que sea tomada en base a reglas que establezca de quienes sean esos individuos quienes tomen las decisiones por parte de todo el grupo.
Por respeto a la modalidad de la decisión del grupo, la regla fundamental es la regla de la mayoría, o sea, decisiones colectivas y, por lo tanto, estas son obligatorias para todo el grupo. Es válida una decisión tomada por unanimidad. Pero la unanimidad es posible solamente en un grupo restringido u homogéneo, y puede ser esta necesaria en casos extremos.
Es necesario que aquellos que deciden quienes van a decidir, estén en condiciones de seleccionar entre una u otra persona y planteen alternativas reales. Aquí es donde de igual manera podría aplicar el derecho de libertad de opinión, en ello los individuos podrán dar su punto de vista, su expresión asía los candidatos, etc. Estos son los fundamentos que caracterizan un régimen democrático.
La democracia se ha transformado en un régimen semi-anárquico que tendrá como consecuencia la "destrucción" del Estado. La democracia parlamentaria se está transformando cada vez más en un régimen autocrático.
El contractualismo del siglo XVII y XVIll, parte de una hipótesis que según antes de la sociedad civil existe el estado de la naturaleza en el que los individuos eran libres, y ellos se ponían de acuerdo para dar vida a un poder el cual lo utilizaban como para garantizar la vida y su misma libertad. El nacimiento de la economía política se caracterizó por el individuo, el individuo especifico que, persiguiendo el interés propio, frecuentemente promueve el interés social de manera más eficaz que lo que pretendía realmente promover.
La hipótesis trata de que el individuo soberano que, al ponerse de acuerdo con otros individuos igualmente soberanos, crea la sociedad política a, la doctrina democrática había ideado un Estado sin cuerpos intermedios, característicos de la sociedad corporativa de las ciudades medievales y del Estado estamental.
Lo que ha sucedido en los Estados democráticos es exactamente lo opuesto: los grupos se han vuelto cada vez más los sujetos políticamente pertinentes, las grandes organizaciones los sindicatos de las más diversas actividades, los partidos de las más diferentes ideologías y, cada vez menos, los individuos. No son los individuos sino los grupos los protagonistas de la vida política en una sociedad democrática, en la que ya no hay un solo soberano, ni el pueblo o la nación, compuesto por individuos que adquirieron el Derecho de participar directa o indirectamente en el gobierno.
La democracia moderna, nacida como democracia representativa, en contraposición a la democracia de los antiguos, debería haber sido caracterizada por una forma de representación en la que el representante, al haber sido llamado a velar por los intereses de la nación, no puede ser sometido a un mandato obligatorio.
En la Asamblea constituyente francesa, de la que nació la Constitución de 1791, fue el que contempló el triunfo de quienes sostuvieron que el diputado, una vez elegido, se convertía en el representante de la nación y ya no podía ser considerado el representante de los electores. El mandato libre, expresión incuestionable de la soberanía, fue transferido de la soberanía del rey a la soberanía de la asamblea elegida por el pueblo. Desde entonces, la prohibición de mandato imperativo se transformó en una regla constante de todas las constituciones de democracia representativa.
Nunca había sido tan violada una norma constitucional como la violación del mandato imperativo.
El principio fundamental del pensamiento democrático siempre ha sido la libertad entendida como autonomía, es decir, como capacidad de legislar para sí mismo. La democracia representativa, que es la única forma de democracia existente y practicable, es en sí misma la renuncia al principio de la libertad como autonomía.
La democracia no ha logrado derrotar totalmente al poder oligárquico, mucho menos ha conseguido ocupar todos los espacios en los que se ejerce un poder que toma decisiones obligatorias para un completo grupo social.
Después de la conquista del sufragio universal, si todavía se puede hablar de una ampliación del proceso de democratización, dicha ampliación se debería manifestar, no tanto en el paso de la democracia representativa a la democracia directa.
El modelo de la democracia moderna fue la democracia de los antiguos, especialmente la de la pequeña ciudad de Atenas, en los momentos felices en los que el pueblo se reunía en el Agora y tomaba libremente, a la luz del sol, sus propias decisiones después de haber escuchado los diversos puntos de vista de los oradores. Una de las razones de la superioridad de la democracia con res pecto a los Estados absolutos que habían reivindicado los arcana impertí, y defendían con argumentos históricos y políticos la necesidad de que las grandes decisiones políticas fuesen tomadas en los gabinetes secretos, lejanos de las miradas indiscretas del público, está basada en la convicción de que el gobierno democrático pudiese finalmente dar vida a la transparencia del poder, al "poder sin máscaras".
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