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GABINO BARREDA Y EL POSITIVISMO


Enviado por   •  22 de Febrero de 2014  •  5.409 Palabras (22 Páginas)  •  627 Visitas

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GABINO BARREDA

Y

EL POSITIVISMO EN MEXICO

ENSAYO

PROFR. EBODIO RENE RAMOS GUERRERO.

MAESTRANTE: OCTAVIO RUELAS PEREZ.

Gabino Barreda nació en la ciudad de Puebla de Los Ángeles en 1818 y murió en la villa de Tacubaya, cercana a la ciudad de México, en 1881. Estudió originalmente Jurisprudencia, pero al poco tiempo abandonó el ejercicio forense para ingresar en la Escuela de Medicina. Interrumpidos sus estudios a causa de la guerra de liberación que el ala liberal del espectro político mexicano sostenía en contra del conservadurismoy posteriormente el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, viajó a París, en donde continuó su formación como médico, pero ahora bajo la influencia directa de las ideas positivistas de Augusto Comte. De vuelta a su patria radicó en Guanajuato, en donde realizó actividades propias de su profesión. A la caída del régimen imperial, dada su condición de liberal radical y de comprometido adepto al programa de reconstrucción nacional emprendida por el presidente Benito Juárez a su regreso al poder en julio de 1867, Barreda es comisionado para hacerse cargo, junto con Antonio Martínez de Castro y Francisco Díaz Covarrubias, de la reforma integral del sistema educativo nacional, en cuyo proceso Barreda participó directamente en el diseño de los planes de estudios de la educación básica y fundó los estudios de nivel medio superior a través de la Escuela Nacional Preparatoria. Su obra escrita es relativamente escasa, aunque su labor como educador y sobre todo como reformador del sistema educativo nacional entre 1867 y 1878 le ha valido un lugar destacado en el selecto grupo de intelectuales cuyo legado ha impreso una profunda huella en el quehacer cultural mexicano, ya quea Barreda, al margen de su labor como médico, educador, político y diplomático, se le reconoce como el introductor del positivismo en México —corriente de pensamiento que dominó prácticamente todas las esferas del quehacer educativo e intelectual en nuestro país desde su arribo, en la sexta década del siglo XIX, hasta la segunda mitad del siglo XX.

No siendo un filósofo en toda la extensión de la palabra, pero tampoco un simple aficionado, la obra escrita de Barreda, inspirada toda ella en el pensamiento de Augusto Comte, se caracteriza por el esfuerzo explícito por adaptar a la circunstancia mexicana, de la mano de la educación científica, un razonamiento y una actitudpositivos, racionales, mentalmente emancipados, de los cuales habrán de derivarse aplicaciones prácticas que aquella corriente considera absolutamente necesarias para llevar a las sociedades humanas —en este caso la mexicana— por el camino del progreso material y moral. Barreda no fue sin embargo un autor sistemático ni su obra se compone de libros, tratados o publicaciones de larga talla. Entre sus trabajos más conocidos encontramos principalmente artículos, pequeños tratados y manuales, discursos y cartas1 reunidos por José Fuentes Mares bajo el título de Obras y publicados por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1943, y cuya edición compendiada apareció ese mismo año con el nombre de Estudios. Años antes, Francisco Díaz Covarrubias había publicado la compilación Opúsculos, discusionesy discursos y una extensa biografía titulada :

Dr. Gabino Barreda, propagador del positivismo en México y fundador de la Escuela Nacional Preparatoria. HoracioBarreda, hijo de nuestro autor y fundador de la Revista positiva, por su parte había publicado unos Apuntes biográficos en 1880 y posteriormente algunos artículos sobre la obra de su padre en la Revista positiva. Posteriormente se han hecho cargo de su legado intelectual Agustín Aragón, Rubén Rodríguez Lozano, el propio José Fuentes Mares, Leopoldo Zea, Francisco Liguori y Alfonso Noriega.

Al promediar el mes de septiembre de todos los años, desde la tercera década del siglo XIX, se celebra en México el inicio de nuestra Guerra de Independencia, desencadenada ya hace casi doscientos años por el párroco de la comunidad de Dolores, Don Miguel Hidalgo y Costilla, justamente la madrugada del día 16 de septiembre de 1810. Se trata, por razones obvias, de una fecha emblemática, de modo que todo lo que suceda ese día, sobre todo en el ámbito de las conmemoraciones, está marcado por un enfático halo nacionalista y un profundo y comprometido espíritu patriótico.

Actualmente los estudios sobre la obra y la vida de Barreda no son materia corriente en México, sin embargo, durante la primera mitad del siglo XX tanto los autores mencionados como otros estudiosos de la historia intelectual y educativa mexicana se ocuparon de Barreda directamente o lo incluyeron en diversos estudios sobre la educación, el positivismo o el liberalismo intelectual mexicano. Sin embargo, el discurso que un 16 de septiembre de 1867 pronunciara el médico y educador Gabino Barreda en la Plaza de Guanajuato —como señala la edición preparada por la imprenta de los hermanos Hernández unas semanas después— no sólo era el discurso conmemorativo del quincuagésimo séptimo aniversario del inicio de la lucha por la Independencia, sino una pieza oratoria que traía a cuento la recientemente culminada “segunda independencia mexicana”, aunque ahora no se trataba de emanciparse de España sino del llamado Segundo Imperio Mexicano, a cuya cabeza aparecía el archiduque austriaco Fernando Maximiliano de Habsburgo pero cuyo verdadero sustento no lo era una potencia extranjera (ni acaso la patria del malogrado príncipe) sino las clases oligárquicas, la iglesia, la milicia y la reacción mexicana. Desde entonces, la Oración cívica de Gabino Barreda se ha convertido en una referencia obligada en las historias de las ideas en México, por considerársele un documento de carácter político-filosófico cuya riqueza temática, concreción expositiva y complejidad argumental rebasan por mucho otros ejemplos de piezas oratorias contemporáneas, e, inclusive, discursos y documentos políticos de connotados liberales que en torno a la fi gura y la investidura presidencial de Juárez se propusieron sacar al país de la anarquía y el atraso social y cultural en el que éste se encontraba hacía ya casi sesenta años. Entre otros méritos, a la Oración… se le ha reconocido como el evento que inaugura la trasformación radical del sistema educativo nacional, como la presentación en sociedad de la filosofía positivista, como un afortunado apunte histórico sobre el devenir de México, como un severo ajuste de cuentas contra el clero católico y, finalmente, como una denuncia explícita a la cobarde actuación del grupo de militares, clérigos y políticos que a lo largo de los últimos diez años, es decir, desde la promulgación de la Constitución

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