Genocidio De Hernan Cortes
Enviado por olvera21 • 21 de Abril de 2015 • 2.122 Palabras (9 Páginas) • 251 Visitas
CULTURA AZTECA ÉPOCA DE HERNÁN CORTÉS.
Se observa la Conquista de México desde el punto de vista del lenguaje, la figura de doña Marina como primordial en este proceso, y la comunicación como herramienta para alcanzar los objetivos. Doña Marina toma el poder por la palabra, por el lenguaje, por el conocimiento de las dos culturas, la sometida y la intrusa. Ella decide revelarse ante una historia que la regaló, la expulsó de su propio vientre para renovarse a través de la palabra, para volverse a significar, para recuperar su otra identidad perdida. Desde esta perspectiva el proceso de comunicación tanto de la intencionalidad de Hernán Cortés como la utilización de este recurso en la Malinche, son claves porque la Conquista de México no hubiera sido posible sin ella y sin la comunicación como estrategia.
“No sería exagerado decir, que la Conquista de México hubiera sido imposible sin ella…Es seguro que la Malinche no se contenta con traducir las palabras, sino que opera una especie de conversión cultural…revelando a éste el sentido indirecto de tal o cual comportamiento de los aztecas...”
El proceso de comunicación fue la herramienta más importante en el segundo período de la Conquista de México y la figura de doña Marina-Malinche fue clave, no sólo para recuperar su integridad como mujer, india, sino como ser humano. El ejercicio de su voz la convierte en transgresora de su realidad histórica, aunque la ubica posteriormente en el silencio, propio de una historia lineal, invisibilizadora y fragmentada. En la segunda parte de la Conquista, cuando Cortés llega a Tenochtitlán (1520), existía una división política interna entre los mexicanos, no sólo desde el punto de vista territorial, sino también de poder, cultural, lingüístico, que Cortés visualiza y aprovecha.
En esta etapa el proceso de comunicación fue diferente. Cortés asume como estrategia política, primero conocer al “otro”, entender su cultura, sus símbolos, observar su organización verdadera para luego someterlos. Desde este punto de vista, el lenguaje, y el proceso de comunicación cumplen un papel importante, porque Cortés lo utiliza para advertir las intenciones de los indígenas, distinguir cuáles eran sus debilidades, sus virtudes y es aquí donde la presencia de Doña Marina es fundamental. ¿Por qué? Porque Cortés logra el triunfo por la palabra.
CULTURA MEXICANA AFINES DEL SIGLO XX.
En 1867, después de una grave confrontación política e ideológica que escindió a la nación en dos bandos: conservadores y liberales y después de vencer a la intervención extranjera que impuso una monarquía encabezada por Maximiliano de Absburgo, las fuerzas liberales dirigidas por Benito Juárez triunfaron. Según Charles A. Hale, en su libro La transformación del liberalismo en México a fines del siglo XIX, el liberalismo se formula de 1820 a 1840; se expresa en la constitución de 1857 y las leyes de reforma, pero después de 1867 "dejó de ser una ideología de lucha contra unas instituciones, un orden social y unos valores heredados y se convirtió en un mito político unificador" (Hale 15). El triunfo significaba para los liberales también el compromiso de substituir la antigua estructura social por otra nueva. Hasta ahora, todo había sido controlado por la iglesia católica. Ahora se trataba de constituir una institución moderna y laica. Fue en ese contexto en que surge la idea de introducir en México al positivismo de Augusto Comte y la ocasión se presenta el 16 de septiembre de 1867 cuando el Dr. Gabino Barreda (1818-1881) pronuncia la Oración cívica del acto de independencia en Guanajuato y formula una interpretación filosófica de la historia de México, a partir de los tres estadios señalados por Comte. Así como la humanidad había pasado por una etapa mítica y otra metafísica ahora se iniciaba la positiva, que en otras palabras era la sociedad industrial capitalista.
¿Qué era el positivismo? Según Leszek Kolakowski, en su libro La filosofía positivista, el positivismo tenía, al menos cinco características:
1. sostenía una reducción cientificista de todas las ramas del saber, basada en la física.
2. era un fenomenalismo que consideraba que no había esencias detrás de los hechos o fenómenos.
3. era un nominalismo.
4. era una filosofía de la historia que culminaba en la era industrial.
5. sostenía una escisión entre hecho y valor.
El liberalismo sostenía un individualismo, la separación de poderes, el federalismo, la autonomía municipal, el constitucionalismo y el Estado laico.
El positivismo se opone al derecho natural, al utilitarismo, al individualismo; considera que en la sociedad debe haber un orden; una forma orgánica y una evolución histórica en cierto modo determinista: orden y progreso.
¿Cuál era la razón de que se introdujera en México el positivismo? A mi juicio, se requería una filosofía educativa distinta a la escolástica, (que era la que había normado la educación durante siglos) y una filosofía basada en la ciencia que propiciara una mentalidad progresista.
Como se sabe, la influencia del positivismo no fue sólo un fenómeno mexicano sino continental e internacional. Fue adoptado en toda Latinoamérica y tuvo representantes tan importantes como José Ingenieros en La Argentina; Enrique José Varona en Cuba; Gabino Barreda o Porfirio Parra (1854-1912) en México; José Victoriano Lastarria en Chile o José Enrique Rodó en Uruguay, entre otros.
También se fundaron sociedades positivistas en Inglaterra y los Estados Unidos.
La introducción del positivismo implicó una resistencia de los liberales y naturalmente de los escolásticos. El obispo Emeterio Valverde y Téllez (1864-1948) en su Bibliografía filosófica mexicana (publicada en 1913, en segunda edición) dice que "el positivismo hijo del demonio, ha hecho gravísimos estragos en la juventud estudiosa de nuestra patria" (II: 6) está en contra de la razón, de la verdad, del buen sentido, de la religión.
CULTURA ESTADOUNIDENSE DE ESTA EPOCA.
Estados Unidos está en guerra. Es una guerra extraña, furtiva, cultural. En ella se enfrentan, de una parte, los liberales multiculturalitas que afirman que no existe un pueblo ni una cultura norteamericana, que esta sociedad es esencialmente racista, discriminadora, machista, sexista, imperialista, represiva y que, por lo tanto, merece desaparecer. De otra parte están los que, pese a sus infinitos defectos, la consideran la sociedad más democrática y generosa del mundo, y luchan por conservarla. La afirmación puede parecer extravagante pero analistas tan importantes como George F. Will, Thomas Sowell, Robert Novak, William Buckley, Samuel Francis, Cal Thomas, John Leo y Suzanne Fields, entre muchos, utilizan constantemente
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