Geografía del Género
Enviado por Gaby Ormeño • 7 de Febrero de 2017 • Monografía • 3.966 Palabras (16 Páginas) • 403 Visitas
NOMBRE Y APELLIDO: GABRIELA ORMEÑO
INSTITUCIÓN: UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PATAGONIA AUSTRAL-
UNIDAD ACADÉMICA RÍO GALLEGOS
ASIGNATURA: TEORÍA DE LA GEOGRAFÍA
TEMA: GEOGRAFÍA DEL GÉNERO
PROFESORA: MÓNICA NORAMBUENA
AÑO 2016
- INTRODUCCIÓN
Desde la institucionalización académica de la geografía, el espacio siempre fue considerado como un soporte neutro homogéneo y asexuado y no se consideraba al género como una variable que, junto con otras, fuera capaz de explicar los desequilibrios en el territorio y la reproducción/perturbación de los mismos en las sociedades. La progresiva introducción del enfoque de género en las disciplinas geográficas ha permitido establecer bases teórico- metodológicas y líneas de trabajo que se comporten con otros saberes vinculados a las ciencias sociales y humanas.
En el contexto de las ciencias sociales, la geografía es quizás la disciplina que tiene por definición una mayor preocupación por el espacio. Se ha definido la geografía como la disciplina que estudia, por una parte, la relación entre la sociedad y la naturaleza incluyendo en este concepto lo que entendemos hoy por ambiente (tradicionalmente se había consagrado la expresión sexista “relación hombre-medio”); y por otra parte, la geografía estudia también la localización de los fenómenos en el espacio y sus consecuencias. Pero hasta hace poco la geografía analizaba la sociedad y la naturaleza como un conjunto neutro, asexuado y homogéneo. Es decir, se interpretaba el mundo desde una visión masculina y se tenía en cuenta tan sólo las experiencias de los hombres. No obstante los resultados se presentaban como si el análisis se refiriera al conjunto de la sociedad. Ello ha cambiado de forma muy significativa en las últimas décadas y la incorporación de la perspectiva de género en la geografía internacional es un hecho muy destacado.
Es por ellos que desde la geografía de género, se intenta explicar la relación sociedad-naturaleza; rompiendo con la visión “masculinizada” y poder interpretar los resultados desde una perspectiva más igualitaria.
- DESARROLLO
II.I Geografía y género: evolución
En principio, el termino género se refiere a las diferencias originadas social y culturalmente entre lo femenino y lo masculino, mientras que el término sexo se refiere más bien a las diferencias biológicas entre hombre y mujer, aunque últimamente se insiste también en la idea de que el sexo se construye socialmente.
En el mundo anglosajón los términos “geografía feminista” y “geografía del género” son prácticamente intercambiables; en cambio, el los países de tradición latina el término de geografía feminista tiene una connotación que parece más aceptada académicamente y que pone énfasis en la idea de la construcción social del género.
En la breve historia de este enfoque se han utilizando diversos paradigmas reflejando con ello la evolución metodológica en la disciplina geográfica (García Ramón, 1989). La geografía teorético-cuantitativa, debido a un interés excluyente por las regularidades espaciales y su obsesión por la objetividad y la neutralidad, se interesó poco por los temas relacionados con el cambio social. Gracias a la geografía del comportamiento y la percepción que abrió las primeras brechas en el paradigma positivista, se llevaron a cabo las primeras investigaciones sobre el comportamiento específico de las mujeres en el espacio. Se centraba, primordialmente, en la constatación de las diferentes pautas de desplazamiento entre hombres y mujeres, ya se tratase del viaje al trabajo o el acceso a servicios.
En la segunda mitad de los años ’70 del siglo XX, se intentó construir un marco teórico de más alcance para comprender (y no sólo describir) las desigualdades entre hombres y mujeres en relación con el espacio y el medio. Una buena parte del esfuerzo se centró en el desarrollo de categorías marxistas de análisis y se identificaron las relaciones capitalistas como un factor importante de esta desigualdad (Bowlby, 1989). Este enfoque estudia las dimensiones de género dentro del marco conceptual de las relaciones sociales en sentido más amplio y tiende a explicar la subordinación de la mujer sobre una base materialista, la de su capacidad reproductora que no puede concebirse al margen de las relaciones de producción y reproducción de la sociedad.
Este enfoque fue muy importante en Gran Bretaña, en torno al Grupo de Trabajo sobre Género en el Instituto de Geógrafos Británicos, fundado en 1982 y que tuvo un papel crucial en el desarrollo de esta perspectiva. Como la geografía marxista y radical ponía más énfasis en el estudio de la esfera de la producción que en el de la reproducción –que es donde las mujeres son más visibles- las geógrafas marxistas británicas tuvieron que hacer un esfuerzo importante para adaptar las categorías marxistas de análisis a los estudios de género. Uno de los grandes temas en que se han centrado los trabajos en esta línea ha sido el del análisis del empleo femenino.
El enfoque materialista y el concepto de clase se han revelado eficaces para dar cuenta de la subordinación de la mujer y su relación con el mercado en lugares y períodos muy diversos, tanto en la Inglaterra del siglo XIX y siglo XX, como en la Grecia de los años 70’ y algo más tarde en Portugal.
Un enfoque de geografía feminista de estos momentos y que recoge estos enfoques es el escrito por el Grupo de geografía y género del Institute of British Geographers. De hecho es el primer manual sobre geografía y género y se considera como todo un clásico en el tema. Para muchos geógrafos indicó el camino para iniciarse en la geografía del género.
II.II Los estudios de género en Geografía
Todas las trasformaciones que afectan y producen los cambios sociales y culturales que afectan a las mujeres en cuatro dimensiones:
- 1. Cambios demográficos, que reflejan la disminución de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida femenina, lo que se traduce en mayor disponibilidad de tiempo para otras actividades
- 2. Cambios laborales con la entrada de las mujeres en el mercado laboral, que implica modificar la vida familiar, las tareas doméstica y la separación entre el espacio público y privado.
- 3. Cambios educativos que implican una mayor presencia de las mujeres en niveles educativos que implican una mayor presencia de las mujeres en niveles educativos secundarios y universitarios.
- 4. Cambios en el poder político y económico con una lenta, pero continua, incorporación de las mujeres en la política activa, puestos directivos, administraciones públicas y organizaciones sociales y profesionales y científicos.
Al amparo de estos cambios, surgen las Teorías Feministas, y a este respecto, A. Giddens (2006) distingue tres teorías que, si bien no existen entre ellas una línea clara de separación, se vinculan a la desigualdad de género. Diversos autores han identificado estas conexiones de las teorías feministas con la reinterpretación de los fenómenos geográficos desde la óptica del género. Así, el “feminismo liberal”, trata de explicar las desigualdades de género según las actitudes sociales y culturales de la población; tiene como propósito introducir una seria de reformas respecto al sexismo, discriminación en el ámbito laboral, instituciones educativas y medios de comunicación. Ha recibido críticas al presuponer que “anima” a las mujeres a aceptar una sociedad competitiva y desigual.
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