Globalización Y CulturA
Enviado por mgl2006 • 8 de Enero de 2014 • 1.459 Palabras (6 Páginas) • 220 Visitas
Globalización y cultura
Conferencia de Carlos Monsiváis en Venezuela.
Con la supresión de las diferencias nacionales o regionales canjeadas por la uniformidad de tercer orden, con el regreso a la incomunicación entre los países, en medio la marea de la comunicación internacional de manera creciente, lo que se comparte en Latinoamérica proviene de la globalización comercial, promotora del ingreso a la modernidad o la posmodernidad de las franquicias y de la agricultura.
Entre las ofertas de esta globalización hay modos de vestir, estilos de lenguaje y métodos para la conversación. Por eso creo que se puede más o menos afirmar que ya en toda América Latina se habla spanglish, que se continuará haciendo uso de este idiolecto, que se transformará, creo irremediablemente, en idioma. Por lo menos todos los secretarios de Estado de México ya hablan spanglish, naturalmente con la toda fluidez posible. Estilos del habla y métodos para la conversación, franquicias de cadenas estadounidenses que, al extenderse, producen la ilusión de ciudades que se construyen en su función de modelo común, transformación del conocimiento útil en manuales de autoayuda, promoción desenfrenada de la industria del espectáculo de Star War y Spiderman, reducción de la infancia al punto de Pokemon, seguridad de que un pensamiento original es aquel que sólo ocurre simultáneamente en apenas un millón de cerebros. También interviene un atractivo ilimitado de la irracionalidad que lleva a los grande crímenes, a verse convertidos en fotos en la página de sociales planetaria. Elevación de la celebración al rango de la santidad postmoderna, ahora lo milagroso es la sensación de acercamiento a lo excepcional, vislumbre del gran privilegio, así como lo mostró la muerte de la princesa Diana. Uso monopólico del tiempo infantil hasta grados increíbles.
La industria estadounidense del espectáculo decide que divierte y que aburre a los niños, en materia de películas, de series televisivas. Educación en la femineidad, la sensualización o desexualización de Barbie. Dibujos animados, dependencia eternizada de la informática, construcción sectorial de modos de vida a semejanza de las idealizaciones estadounidenses.
Al mismo tiempo, la globalización modifica los niveles culturales, diversifica la información, permite el seguimiento de fenómenos de la importancia de la bioética, o del combate al neoliberalismo, como ocurrió en Seattle y Washington.
Si se prodigan libros de John Grisham, también hay un público muy vasto para García Márquez, Saramago, Tabucchi, Vargas Llosa, y otros. La globalización tiene en materia de combate a la tolerancia una dimensión extraordinaria.
En gran medida el lugar común latinoamericano identifica la globalización cultural con los centros de poder de la comunicación y con el triunfo de la industria del espectáculo. En lugar de la anfitriona bolivariana, la suma de televisión por cable, el cine a lo Spielberg y la preeminencia de la televisión digital. El canon de la moda se renueva cada semestre y señala el rock que debe escucharse, las películas que norman las conversaciones de grupo y de pareja, los símbolos eróticos, el humor mecánico sin intervenciones del habla popular.
Hasta ahora el canon de moda no interviene en demasía en el acto sexual que sigue siendo más bien tradicional. Aquí participan el imaginario colectivo esquina con Bervely Hills y la religión de los efectos especiales, la cultura de masas, cuyas variantes nacionales son una concesión de lo hegemónico al localismo y al proceso criminal de la semana.
Si de políticas culturales se trata, la más efectiva es, con mucho, la de la comunicación, por conminar a la jubilación de esa premodernidad que es para las élites, el nacionalismo. Para las clases populares el nacionalismo es, en lo básico, un sistema de evocaciones y de oportunidades excepcionales de pertenecer a la nación.
Estoy describiendo un panorama semiapocalíptico y lo cierto es que hay excepciones, pero ellas se filtran en medio de una economía degradada y de terrorismo de la pobreza, uno de los más crueles que pueden existir.
Una vez más se prueba el peso de las palabras claves, o incluso de las palabras totémicas, con persistencia en el idioma de todos los días aplicado ritual o dogmáticamente: globalización. Sin necesidad de especificar que es lo que sigue al fin de la historia, y se lee con frecuencia que nos hemos globalizado.
Las costumbres nacionales son tristemente sectoriales. Son tan locales que sólo piensan en un idioma al mismo tiempo.
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