Gobierno De Fujimori

Durante el gobierno de Alberto Fujimori se produjo una serie de acontecimientos que afectaron la democracia del Perú. Hechos como el golpe de estado, la disolución del parlamento, y el tipo de gobierno (dictatorial) representaban cambios en la opinión pública de la aprobación del presidente.

El 5 de abril de 1992 el ex presidente justifica que el relativo quiebre del régimen constitucional en Perú había sido democrático. Esto es gracias a la sorpresiva aprobación presidencial de 53% en marzo de 1992 a 81% en abril. Algunos estudios expresan que la causa de esta sorpresiva popularidad fue posible gracias a la existencia de una cultura política plebiscitaria en los peruanos y los aparatos de manipulación política de una camarilla representada por Alberto Fujimori, Vladimiro montesino y Nicolás Hermosa Ríos. Sin embargo cada una de estas interpretaciones es criticable. En primer lugar, mientras la cultura política apela a la permanencia de la legitimidad autoritaria, la popularidad del fujimorismo cambio según la coyuntura en el periodo de 1990-200, teniendo los mayores índices de aprobación entre 1992-1995. En resumen las explicaciones sobre el popularismo fujimorista en la opinión pública se concentraba en variables relacionadas a la cultura política, el control político el dominio social y la economía política.

Los momentos centrales en el gobierno de Alberto Fujimori fueron el golpe de estado de 1992, la crisis de los rehenes en la residencia del embajador japonés ya la campaña de reelección del 2000.

Golpe de Estado (1992): En los noventa el Perú afrontaba problemas como la hiperinflación y la guerra interna contra grupos subversivos; esto provocaba que la situación económica fuese caótica. En este contexto Alberto Fujimori gana la segunda vuelta de la elecciones del 1990. Sin embargo no significo el logro de la mayoría política, ya que, su partido “Cambio 90” solo obtuvo 46 de los 242 asientos en el parlamento. Frente a esta situación, entre el julio de 1990 y marzo de 1992 Alberto Fujimori se encargó con mucho éxito de desprestigiar a los partidos políticos, los organismos defensores de DDHH y los críticos más importantes del gobierno. Para luego convencer a la mayoría de la población de que las demandas de orden (lucha contra el terrorismo y la hiperinflación) no eran compatibles con la propuestas constitucionales, prueba de esto fue que 58% afirmo que le presidente estaba haciendo bien su trabajo y un 67% afirmo que el parlamento como el poder judicial estaban haciendo mal su trabajo. Sin embargo el tema fundamental era para legitimar el golpe de estado fue el argumento de Fujimori: La consolidación de la democracia real peligra porque hay quienes se oponen a la imposición de orden en el país. Así, la aprobación presidencial paso de 53 % en marzo de 1992 a 81% en abril.

Rescate de los rehenes en la casa del embajador Japonés y campaña de reelección

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