Golpe de Estado 1976. El litoral, Corrientes

Corrientes 

El Golpe de Estado en el Diario El Litoral

La tranquilidad que nunca existió

El matutino de mayor tirada en la región también formó parte de los cientos de medios que justificaron al Gobierno Militar. Mientras que en las calles reinaba el caos, la violencia y el desastre económico, otra realidad ocurría en las páginas del diario correntino.

El llamado Proceso de Reorganización Nacional que tomó el poder el 24 de marzo de 1976, utilizó a los medios de comunicación como un elemento para la difusión de sus comunicados oficiales, y eliminó otras voces a través de la censura a medios o a personas hasta llegar al extremo de su detención, desaparición o exilio forzado, tanto de periodistas como de personas de diferente ideología política. El diario de mayor tirada de la época en Corrientes, El Litoral, no fue la excepción.

Es necesario situarnos en el contexto que vivía la Argentina antes del ascenso de la Junta Militar. A principios de 1976 el panorama del país era alarmante, el Gobierno Nacional había perdido el control económico, político y social. El diario La Opinión publicaba estos datos: “cada cinco horas se produce un asesinato político y cada tres estalla una bomba. La Presidenta ha nombrado un ministro cada 25 días”. 

Los enfrentamientos entre la policía y “extremistas” o “subversivos” iban aumentando constantemente. Los rumores de que acercaba un golpe de Estado eran cada vez más fuerte, aunque los militares lo desmentían. El entonces gobernador de La Rioja, Carlos Saúl Menem decía: “Siempre se habla de que va a haber un golpe de Estado, pero nunca pasa nada, nada”.

Sin embargo, en la madrugada del 24 de marzo de 1976 la entonces Presidente de la Nación fue detenida y trasladada a Neuquén, permitiendo así que la Junta de comandantes integrada por Rafael Videla, Eduardo Massera y Orlando Agosti se hagan cargo del país. En Corrientes, ese mismo día “El Litoral” publicaba a través de los comunicados 3 y 4 que los ex funcionarios quedaban a cargo del interventor militar. “Estas actividades, realizadas en todo el ámbito de la provincia, se cumplieron en un marco de total tranquilidad y absoluta normalidad”. Curiosamente en toda esa semana no se dio a conocer la destitución del entonces gobernador Julio Romero.

Los comunicados nº 40, 41 y 42, publicados el 31 de marzo en El Litoral. En el primero se referían a la correcta designación de los docentes de todos los niveles educativos, dejando en claro las trabas que imponían al libre pensamiento. En el segundo destacaban la actitud de tranquilidad y aceptación de la población de Corrientes Capital. Y en el tercero se podía ver la promesa de bienestar general que se les hizo a los habitantes. Ese mismo día también se publicaba un titular que decía “satisface a la población la intervención militar en Goya”, señalando y generalizando la opinión pública luego de la asunción del Gobierno de facto.

Luego del golpe de Estado, el diario “El Litoral”, sin imaginarse las consecuencias posteriores del proceso, publicaba los reconocimientos de países como España, Chile, Ecuador, Perú, Israel, Brasil, Bolivia y Costa Rica hacia la Argentina por el nuevo Gobierno. Anexo a eso, un artículo titulado: “Una Brillante Trayectoria es la del Teniente General Videla”. Se volvía evidente el apoyo del medio para con el Gobierno de facto.

El Gobierno militar dejaba en claro que un elemento importante en su proceso era la intervención en los medios y lo expresaba mediante el Comunicado nº 19: “Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales que será reprimido con la pena de reclusión de tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta 10 años, el que por cualquier medio, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósitos de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades delas Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales”. (Diario El Litoral, 24 de marzo de 1976).

En la página cuatro del diario “El Litoral” del 27 de marzo, se publicó la primera relación que existió entre el Gobierno y la prensa local. En la cual el interventor militar dialogó con los periodistas locales. El entonces director de este diario, Gabriel Feris, dijo “que la Constitución Nacional y Provincial se mantienen vigentes, y que en las mismas se ampara el derecho de la ciudadanía a expresar sus ideas por medio de la prensa”. En contraposición a esto, durante el mandato militar, en el diario no se encontraban noticias que reflejen la realidad que se vivía en ese momento.

Durante la complicada situación inflacionaria que atravesaba la Argentina, el Gobierno presentó un plan económico de manos del Ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz,  que buscaba contener la inflación, detener la especulación  y estimular las inversiones extranjeras. Con titulares como estos, los diarios de la época disfrazaban la realidad: “La moneda Nacional en alza en Uruguay”, “El Peso argentino cotiza bien en Paraguay”, “Cifras Record en la Bolsa de Valores y descenso del Dólar”. Sin embargo esto nunca sucedió, la deuda empresarial y las deudas externas públicas y privadas se duplicaron.

Para empezar a combatir la mala situación económica, Martínez de Hoz consiguió un crédito de 300 millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Este préstamo era reflejado como un logro positivo para el país. El viernes 6 de agosto de 1976 “El Litoral” publicó en su tapa: “Mereció Argentina  el más importante crédito del FMI” y en un artículo de ese ejemplar se preguntaba: “¿Puede considerarse que la inflación esta frenada?”. Algo que no coincidía con la realidad. El préstamo otorgado jamás fue devuelto por la junta militar y endeudó aún más al país.

En este gobierno se prohibió la libertad ideológica y política. Las universidades sufrieron diversos allanamientos por parte de los militares en busca de material “subversivo”, de tal manera que se quemaron libros y textos que no eran acordes a la ideología de la junta militar. Para justificar estos hechos el diario “El Litoral” publicaba que “estas inspecciones eran para eliminar la infiltración ideológica”. Otro rasgo notorio de la justificación del diario hacia este procedimiento, era cuando a las personas de  diferente ideología los llamaba: “delincuentes subversivos”.

...