Hasta que Elizabeth ingresó al salón de Netherfield

Hasta que Elizabeth ingresó al salón de Netherfield, había estado segura de encontrar al señor Wickham allí. Cuando ella no lo hizo, ella sospechó que no había recibido una invitación por el señor Darcy. Lydia le preguntó al Sr. Denny, quien les dijo que Wickham había ido a la ciudad por negocios el día anterior. Más tarde le dijo a Elizabeth que la presencia de cierto caballero en el baile era la verdadera razón de la ausencia del señor Wickham.

Elizabeth lamentaba no ver a Wickham y disgustó tanto a Darcy que le resultó difícil responder cortésmente cuando él le habló. Pero ella no estaba hecha para el mal humor y pronto se estaba riendo con Charlotte Lucas sobre los absurdos del Sr. Collins. Ella estaba mortificada, sin embargo, al tener que bailar los primeros dos bailes con él. Bailó mal, parecía serio, se disculpó y no prestó atención.

Elizabeth estaba conversando con Charlotte cuando el señor Darcy repentinamente le pidió su mano en el siguiente baile. Estaba tan sorprendida de que ella aceptara. Cuando comenzó la música estuvieron de pie durante un tiempo sin hablar. Aunque primero decidió no decir una palabra, en ese momento pensó que podría castigar más a su pareja al obligarlo a hablar. Ella hizo algunas observaciones sobre el baile.

Él respondió y volvió a guardar silencio. Después de algunos minutos, ella volvió a hablar.

'Ahora debe decir algo, señor Darcy. Hablé sobre el baile. Deberías hablar sobre la habitación o la gente.

Él sonrió y le aseguró que diría lo que ella deseaba.

'Muy bien. Ahora podemos estar en silencio.

'¿Entonces tienes que hablar de cierta manera mientras bailas?'

'A veces. Uno debe hablar un poco, ¿sabes?

Estuvieron de nuevo en silencio hasta que él le preguntó si ella y sus hermanas no caminaban con frecuencia hacia Meryton.

'Sí', respondió ella, y no pudo evitar continuar: 'Cuando nos conocimos allí el otro día, nos habíamos encontrado con alguien nuevo'.

Inmediatamente Darcy pareció serio, pero no dijo una palabra.

Elizabeth no pudo continuar. Finalmente, dijo: "El señor Wickham es afortunado con sus modales tan felices que hace amigos con facilidad. Si siguen siendo amigos, es menos seguro.

Ha sido tan desafortunado como para perder su amistad -respondió Elizabeth cálidamente- y de una manera que puede hacerle sufrir toda su vida.

Darcy no respondió. En ese momento, Sir William Lucas apareció cerca de ellos y, al ver al señor Darcy, se detuvo para felicitarlo por su baile y su pareja. Esperaba tener el placer de otras danzas pronto, especialmente cuando tuvo lugar un cierto evento deseable, dijo, mirando a Jane y al señor Bingley.

El señor Darcy miró a su amigo y a Jane, que estaban bailando juntos, con una expresión muy seria por unos momentos hasta que dijo: "Sir William me ha hecho olvidar de lo que estábamos hablando".

"No creo que estuviéramos hablando en absoluto. No puede haber dos personas en la sala con menos que decir por sí mismas. Ya hemos probado dos o tres temas con pocos resultados, y de lo que podemos hablar a continuación no me lo puedo imaginar ".

Poco después de terminar el baile, la señorita Bingley se acercó a Elizabeth y le dijo: "Entonces, señorita Eliza, me enteré de que está encantado con George Wickham. Tu hermana me ha estado haciendo mil preguntas. Escuché que el joven olvidó decirte que él era el hijo del mayordomo del viejo señor Darcy. Como amigo, debo decirte que no le creas. Sus historias sobre Darcy son falsas, aunque el comportamiento de George Wickham ha sido impactante. Lamento a la señorita Eliza por este descubrimiento del verdadero personaje de tu favorito, pero teniendo en cuenta que no es un caballero, no se puede esperar nada mejor.

Lo único que ha hecho mal es ser el hijo del mayordomo del señor Darcy -dijo Elizabeth enojada-, y eso, te lo aseguro, me lo dijo él mismo.

Se fue a buscar a Jane, que había prometido preguntarle a Bingley sobre Wickham, pero cuando los encontró juntos, Jane parecía tan feliz que olvidó el asunto. Cuando imaginaba a su hermana viviendo en esa casa con Bingley, en un matrimonio de verdadero afecto, incluso creía que era posible tratar de querer a sus hermanas.

Desafortunadamente, cuando se sentaron a cenar, Elizabeth fue colocada cerca de su madre y el Sr. Darcy. Claramente los pensamientos de la Sra. Bennet también estaban en el matrimonio y ella le hablaba libremente a Lady Lucas de nada más que su expectativa de que Jane pronto se casaría con el Sr. Bingley. Elizabeth vio que el señor Darcy podía escuchar la conversación e intentó contarle a su madre, pero la señora Bennet no se cansó de hablar sobre las ventajas del matrimonio. El señor Bingley era un joven encantador, tan rico, que vivía tan cerca. A sus hermanas les gustaba tanto Jane y deseaba el matrimonio tanto como ella. Y fue algo tan bueno para sus otras hijas. Si Jane se casaba tanto, se encontrarían con otros hombres ricos.

Terminó con muchos buenos deseos de que Lady Lucas pronto podría ser tan afortunada con sus hijas.

Cuando por fin se levantaron para irse, la Sra. Bennet invitó a toda la familia a Longbourn, diciéndole al Sr. Bingley lo feliz que los haría al comer una cena familiar con ellos en cualquier momento.

Bingley prometió visitarlo después de un breve viaje a Londres que estaba planeando. La señora Bennet salió de la casa segura de que vería a su hija casada en Netherfield en pocos meses. Estaba tan segura de tener otra hija casada con el señor Collins. Elizabeth era la menos querida de todas sus hijas, y pensó que el hombre y el matrimonio eran lo suficientemente buenos para ella.

P8: ¿Crees que Elizabeth tiene razón sobre George Wickham? ¿Por qué? ¿por qué no?

Capítulo Cinco El Sr. Collins propone: ¡dos veces!

Al día siguiente en Longbourn, Collins propuso matrimonio a Elizabeth. Al encontrar juntos a la señora Bennet y Elizabeth, él le pidió permiso a la madre para hablar solo con su hija.

Elizabeth estaba demasiado sorprendida para responder, pero su madre se fue de inmediato.

Elizabeth se sentó para escuchar y trató de no mostrar sus sentimientos, que estaban divididos entre la diversión y la aversión.

"Casi en cuanto llegué a esta casa", comenzó el Sr. Collins, "Yo te elegí para la pareja de mi vida, pero antes de que mis sentimientos se vuelvan demasiado fuertes para mí, debo explicar mis motivos para casarme y para venir aquí a Longbourn a busca una esposa ".

La idea de los fuertes sentimientos del Sr. Collins hizo que Elizabeth estuviera tan cerca de reírse que no podía detenerlo.

"Mis motivos para casarme son primero, que creo que es correcto para todos los hombres de la Iglesia. Segundo, estoy seguro de que me hará muy feliz, y tercero, lo que quizás debería haber dicho primero, que me lo pidió la muy noble dama a quien tengo el honor de llamar patrona. Permítame observar, querido primo, que la amabilidad de Lady Catherine de Bourgh no es la menor de las ventajas que tengo que dar. Queda por decir por qué miré en Longbourn en lugar de en mi propio barrio, donde, les aseguro, hay muchas jóvenes agradables.

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