Hay diamantes en la mina de datos por Gary Loveman
Enviado por fvargas424 • 21 de Julio de 2021 • Informe • 4.147 Palabras (17 Páginas) • 220 Visitas
[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4][pic 5][pic 6][pic 7][pic 8][pic 9]
[pic 10]
Hay diamantes
en la mina de datos
por Gary Loveman[pic 11]
Agosto 2004
Reimpresión r0408e-e
Harrah’s Entertainment ha superado a sus competidores y logrado beneficios impresionantes, a pesar del mal momento de la economía. ¿El secreto? Explorar las ricas bases de datos de la empresa para desarrollar incentivos atractivos para los clientes.
Hay diamantes
en la mina de datos
por Gary Loveman
s viernes por la noche en la arteria principal de Las Vegas, donde los vecinos son un espectáculo por sí mismos. El hotel-casino Mirage, de US$[pic 12]
750 millones, ostenta un volcán estilo Vesubio, que entra en ruidosa erupción cada 15 minutos. A su lado, en el Trea- sure Island, una falsa fragata británica entra en combate con un barco pirata a intervalos regulares. Más allá, el Bella- gio hace alarde de un lago festoneado de burbujeantes fuentes danzarinas que atraen a los turistas.
Mientras tanto, una clienta que hace su entrada en el Harrah’s Las Vegas resulta más deslumbrada por el servicio que por el edificio. Un valet sonriente la saluda por su nombre. Y en lugar de tener que sortear un lobby abarrotado para alcan- zar el casino, entra rápidamente a la sala de juego y se sienta frente a una máquina tragamonedas. El lector de tarjetas de la máquina avisa a un anfitrión que se acerca de vez en cuando para asegurarse de que está contenta con el servicio. Aunque ella no encaja con el estereotipo de los gran-
des apostadores de Las Vegas, Harrah’s se asegura de que se sienta especial. Esa clienta regresará una y otra vez, porque Harrah’s le procura el reconocimiento y el servicio que ella espera.
Harrah’s Entertainment tiene la clien- tela más devota de la industria de los ca- sinos, un negocio famoso por la volubi- lidad de sus clientes. Esa fidelidad hacia Harrah’s, que opera 26 casinos en 13 esta- dos de EE.UU., le ha permitido registrar 16 trimestres consecutivos de crecimiento de sus ingresos, medidos en establecimientos equivalentes. En 2002, Harrah’s reportó más de US$ 4.000 millones de ingresos y US$ 235 millones de utilidades netas.
A pesar del desafiante panorama eco- nómico actual, logramos incrementar la fidelidad de nuestros clientes de dos for- mas. Primero, utilizamos herramientas analíticas de la ciencia de decisiones y marketing de bases de datos para ampliar la brecha entre Harrah’s y los otros opera- dores de casinos, que basan los incentivos para los clientes más en la intuición que
en la evidencia. Segundo, entregamos el
gran servicio que los consumidores de- mandan. En resumen, somos los triunfa- dores de la lucha entre casinos gracias al profundo análisis de los datos de nuestros clientes, a experimentos de marketing y al uso de sus resultados para desarrollar e implementar afinadas estrategias de co- mercialización y de servicio que incenti- van a nuestros clientes a regresar.
Un negocio arriesgado
Cuando en 1998 dejé Harvard Business School para unirme a la corporación como director de operaciones, Harrah’s se había convertido en la primera empresa de casinos en Estados Unidos gracias a un plan de diversificación geográfica elabo- rado por Phil Satre, presidente del con- sejo de administración y por entonces su CEO. Satre lideró la ola de expansión del juego en los años 90, ampliando Harrah’s de cuatro casinos en dos estados a los ac- tuales 26 en 13 estados.
La visión de Satre difería sobremanera de la estrategia seguida por otros grandes
operadores de casinos, cuya filosofía de
Copyright ©2004 Harvard Business School Publishing Corporation. All rights reserved. Todos los derechos reservados. 3
H a y d i a m a n t e s e n l a m i n a d e d a t o s[pic 13]
“Si lo construyes, vendrán” se centraba en atraer clientes a una Las Vegas es- tilo Fantasilandia. Empresas tales como MGM-Mirage y Mandalay Resort Group invirtieron mucho en construir los casi- nos más costosos y ostentosos, con una amplia variedad de diversiones (spas fabulosos, centros comerciales de alto nivel, espectáculos deslumbrantes) dise- ñadas para atraer no sólo a los jugado- res. Creían que instalaciones como ésas atraerían un creciente número de nuevos clientes. En última instancia, esa estra- tegia transformó tanto el paisaje de Las Vegas como los patrones de consumo de los turistas: Las Vegas Convention and Visitors Authority informó que en 2001 los ingresos de la ciudad por comida, en- tretenimiento, compras y otras activida- des superaron los ingresos por juego en casinos por un margen de tres a uno.
Satre, en cambio, se concentró en ex- pandir los negocios de juego de la corpo- ración fuera de Nevada y de Atlantic City, entendiendo la diversificación geográfica como una oportunidad para presentar la marca Harrah’s a nuevos clientes y aislar a la empresa de las vicisitudes económi- cas regionales. Una vez que Harrah’s co- menzó a declarar ingresos altos en estos mercados emergentes, sus competidores también empezaron a expandirse hacia ellos. Pero Satre creía que hacer frente a la nueva competencia basándose fun- damentalmente en instalaciones multi- millonarias no era la inversión de capital más prudente, puesto que la rentabilidad de tales construcciones normalmente de- clina cuando decae la novedad.
Afortunadamente, Satre tenía dos importantes ases en la manga. Primero, sabía que, a diferencia de sus competi- dores, Harrah’s no dependía excesiva- mente de sus tiendas, restaurantes, bares o espectáculos. La mayor parte de sus ingresos (87,2% en 2001) provenía de sus casinos. Asimismo, Satre suponía que el fomento de relaciones duraderas con los principales clientes de la firma (los jugadores de máquinas tragamonedas) conduciría hacia un mayor y más firme crecimiento de las utilidades. Así, optó por invertir en el desarrollo de las capa- cidades intelectuales y tecnológicas nece-
...