Historia de la biblioteca municipal

SIN BARRERAS                          TEHUACÁN / No. 77                    VIERNES 4 DE JULIO DE 1997

                                                                                                                                     POR

 Juan Manuel Gámez Andrade

HISTORIA DELA BIBLIOTECA MUNICIPAL

Nuestra Biblioteca Municipal está a año y medio de cumplir su primer centenario de existencia, ya que fue fundada en 1898 y desde entonces sido una bastante una   bastante fuente de cuyas aguas del saber muchos hemos bebido alguna vez.

Por tal motivo me permito exponer los resultados de una investigación realizada en el Archivo Histórico, en donde conoceremos los orígenes de nuestra biblioteca, los detalles de su inauguración y algunas de las personas que la han atendido  a lo largo de casi cien años de existencia.

En 1842 encontramos la primera mención sobre algún centro de lectura y consulta de carácter público, al inaugurarse el 25 de abril el llamado gabinete de lectura a iniciativa del entonces comandante militar de esta ciudad, Agustín Alcérreca y del entusiasmo del alcalde Juan Díaz Ceballos  y de distinguidos miembros de la comunidad encabezados por José María Gómez, Manuel Mendizábal y José María Nieva. El gabinete fue instalado en un pequeño cuarto anexo al salón de sesiones del ayuntamiento- hoy portal Hidalgo- y que servía como encierro para los burros de las personas que llegaban a comerciar al mercado que estaba en el rectángulo que hoy ocupa el parque Juárez . La intención de Alcérreca era permitir que las llamadas “gentes de razón” pudieran leer el periódico oficial y La Gaceta. Al principio la respuesta de la gente fue buena pero al paso de los meses el Gabinete permanecía casi vacío por lo que las autoridades decidieron clausurarlo cuando aun  cumplía su primer año de vida, aunque esto no les resto merito a su noble intento de dotar a Tehuacán de un espacio educativo y cultural.

Tuvo que pasar más de medio siglo para que alguien se volviera a interesar en fundar una biblioteca pública; esta responsabilidad recayó en la persona de Joaquín Paredes Colín quien el 4 de julio de 1896 en el semanario local El Crepúsculo inicio la campaña Pro-Biblioteca Publica respaldado por el director del periódico profesor Alfredo Méndez Ponce. La respuesta a lo que en ese tiempo significaba una autentica cruzada fue muy positiva por parte de la población, mas no a si por las autoridades municipales, mismas que alegaban carecer de fondos en sus arcas. Don Joaquín sin desanimarse público el 15 de agosto otro artículo en donde hace mención de la importancia que tenía para los tehuacanos el contar con una biblioteca; proponiéndole al Jefe Político Coronel Josu Vicente Altamirano que la ciudadanía ayudaría con el sueldo del encargado y con los gastos del alumbrado de petróleo (aún no se instalaba el eléctrico), pero la respuesta fue negativa.

En noviembre de aquel 1896 Paredes Colín acompañado de su amigo Mariano de la torre acudió al gobierno del Estado para proponerle que se destinara una parte de los fondos de instrucción para el sostenimiento de una biblioteca, pero igualmente la respuesta fue desalentadora. Un año se la paso tocando puertas de los funcionarios, siempre con resultados negativos y ya desesperado  tuvo que recurrir a su última instancia: sus amigos. Fue así como el 18 de enero de 1898 logro formar la juta directiva  Pro-Biblioteca de Tehuacán encabezada por él y auxiliado  por los señores Mariano de la Torre, Tomás G. Méndez, Lic. Juan María  Romero, Carlos Calderón  y Rafael Urrutia.

Después de varias entrevistas en las que fungió como mediador el Regidor de instrucción, Mariano Ruiz Tirado, por fin lograron convencer al ayuntamiento de Tehuacán sobre los beneficios que aportarían a la niñez y a la juventud contar con una biblioteca pública. Fue así como en solemne sesión de cabildo del 28 de agosto de 1898 se acordó destinar el local ubicado en el costado sur del palacio municipal (hoy parte del área del Registro Civil) para instalar la biblioteca, comprometiéndose el ayuntamiento a pagar solo 300 pesos anuales como sueldo del encargado.

Por lo tanto don Joaquín se comprometió a dar el petróleo para el alumbrado y consiguió que Francisco Juárez Martel, dueño de la tlapalería El jonuco donara la estantería de madera con valor de 389 pesos, además de invitar a la ciudadanía  a donar libros. Vencidos todos los obstáculos, se acordó que la inauguración de la biblioteca fuera el 22 de diciembre de 1898, aniversario luctuoso de José María Morelos, pero debido a problemas de instalación el acto se propuso para el último día del año. Fue así como el 31 de diciembre de 1898 a las 12 horas fue inauguradla biblioteca pública de Tehuacán, tocando a Nicolás González Monterd director del periódico Siglo XX pronunciar el discurso alusivo, en el cual hizo un reconocimiento a la ardua y tenaz labor de Joaquín Paredes Colín para dotar a Tehuacán de u centro cultural de esa naturaleza, añadiendo que: “Pongamos todos, los medios de cada uno dispone, para darle vida a esta biblioteca que hoy se inaugura , y enriquecerla aportando el mayor número de volúmenes, y estamos seguros de que de este modo estamos impulsando a nuestro querido Tehuacán en la preciosa senda del progreso.

El primer encargado de la Biblioteca de Tehuacán fue el licenciado Juan María Romero y el primer libro que ingreso fue el titulado “Biografía de Porfirio Díaz”, donado por don José María Gómez; el horario era de 7 a 9 de la noche, todos los días excepto el domingo que abría de 9 a 12 horas. La Biblioteca empezó a funcionar con 100 libros que fueron obsequiados por Jesús Cortez, Alfredo Méndez Ponce, Justino Díaz Ceballos, Ardelio Melgarejo, Francisco robles, Vicente Ariza, enrique J. Román, Nicolás Ponce, Félix García Heraz, Carlos Retif, Francisca Orduña, Manuel Haza, Hilario Baltazar, Manuel Llave, Ana María Paredes, Willebaldo Gómez Castro y Marcos Castresano entre otros.

Durante los tres primeros meses de vida, la biblioteca reporto un ingreso de visitantes superior al que se había contemplado, pero pasado un año los problemas surgieron cuando el ayuntamiento ya no pudo pagar el sueldo del encargado y este tuvo que renunciar, cerrándose el inmueble el 15 de julio de 1900 cuando ya poseía un acervo de 1,145 volúmenes. Tres meses después Joaquín Paredes Colín  logro convencer a Nicolás Gonzales Monterd para que sustituyera al Lic. Romero, obteniendo solo medio sueldo es decir 150 pesos anules. Bajo estas condiciones la biblioteca continúo funcionando hasta 1904 en que don Nicolás fue sustituido por Julio Nájera.

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