Historia ensenada “Sin 16 de junio, no hubiese habido 16 de septiembre “
Enviado por cecilia789 • 15 de Octubre de 2016 • Ensayo • 14.591 Palabras (59 Páginas) • 294 Visitas
“Sin 16 de junio, no hubiese habido 16 de septiembre “
Mario Amadeo
Introducción
Todo comenzó el 17 de octubre de 1945, cuando los trabajadores de la región sur (Berisso, Ensenada, La Plata, Avellaneda y otras), partieron encolumnados para exigir la libertad del Coronel Juan Domingo Perón (secretario de Acción Social) preso por el gobierno de facto en la isla Martín García y quién fue el presidente desde entonces hasta 1955, promoviendo como banderas doctrinarias la justicia social, la independencia económica y la soberanía política.
El 16 de septiembre de 1955, fuerzas de la Marina de Guerra se sublevan contra el gobierno constitucional, con focos en Bahía Blanca y Río Santiago. El contraalmirante Rojas al mando de las tropas sublevadas intenta desembarcar en ciudad de Ensenada, donde el pueblo junto a la policía bonaerense resisten, logrando contener el avance y la toma del continente hasta el medio día, cuando las tropas del regimiento 7 de infantería y el batallón 2 de comunicaciones arriban al sitio.
El mayor punto de conflicto se desarrolló a las 14hs en el Barrio Campamento, donde los aviones del ejército dejan caer bombas sobre la ciudad, destruyendo una manzana por completo, causando la muerte del Compañero CHOLO ORTIZ y su familia; que se quedaron para apoyar a pesar que el barrio había sido evacuado.
Las actas de defunción determinan que el golpe del 16 de septiembre causó ciento cincuenta y siete muertes.
Hipótesis Histórica
En septiembre de 2014 se colocó en la que fue la casa del compañero Cholo Ortiz una placa, en conmemoración de su heroica muerte. Esta acción desembocó en la certera hipótesis -que a pesar de las acciones armadas destituyentes-, No hubo caída de Perón y por ello comenzamos una investigación.
En este 60 aniversario del golpe, contamos con una base sólida provista de documentación probatoria, que nos permite volcar sobre el mundo académico, una cifra de muertos y un despliegue de fuerzas militares, mas cercanas a la guerra civil que a un golpe militar. Esta reflexión nos llevan a pensar, que “la renuncia” del Gral. Perón” y su huida a la cañonera, fue para evitar más destrucción y muertes. Y que estas definiciones dejen de ser consideradas especulaciones teóricas; porque cuando Perón, presenta su carta a la junta de generales, ya los hechos violentos superaban las centenas de muertes, se habían volado puentes y la destilería de YPF en Mar del Plata, además de dinamitar terminales de ferrocarril, vagones y cuarteles.
A nuestro entender, fue este contexto lo que determinó éxito del golpe de septiembre, a diferencia del bombardeo de junio, y es el punto de vital importancia para cualquier análisis que se pretenda desarrollar. La traición al orden constitucional de buena parte de los oficiales al mando de tropa, la complicidad de los partidos políticos, los comandos civiles, la jerarquía eclesiástica y el guiño (o mas) de los imperios en pugna, posibilitaron el derrocamiento de un gobierno, con un proyecto de producción nacional independiente, a pesar que entraba en colisión con la hegemonía de los países en pugna.
Las consecuencias inmediatas en materia económica, primero se vislumbraron en la sociedad que se forjó con el FMI del golpe en términos económicos, fue la toma de deuda disfrazada de “sociedad” con el FMI y el Club de París, deuda que en parte sigue vigente hasta la actualidad. En segundo lugar, el vaciamiento y la “reorganización del IAPI (Instituto Argentino de Promoción e intercambio), auténtico motor del financiamiento para la industrialización y sustitución de importaciones, se terminó convirtiendo en 1963 en la Junta Nacional de Granos y permitió a los sectores privados el dominio del intercambio.
La secuencia en la avanzada represiva, no supo de pausas: al 16 de junio le siguió el 16 de septiembre; en noviembre el Gral. Aramburu desplaza a Lonardi (jefe de la Revolución Libertadora) e interviene los sindicatos. Lombardi respetaba los acuerdos con los sindicatos e incluso la constitución de 1949, creía que había que extinguir lo que consideraba negativo en el peronismo como el personalismo, por eso al asumir el 23 de septiembre frente a Plaza de Mayo exclama la famosa frase : “NI VENCEDORES, NI VENCIDOS”. Aramburu fiel al objetivo de la “Revolución Libertadora” de desperonizar el país.
En enero de 1956 se disuelve la Fundación Evita, en marzo se dicta el DECRETO -LEY 4161 que prohibía la propaganda y la afirmación ideológica peronista, en abril se deroga la Constitución de 1949, en junio los fusilamientos a militares, políticos y civiles, producidos como escarmiento por el levantamiento de los coroneles Valle y Tanco para que cese la persecución al peronismo.
La escalada represiva no se detuvo, porque como dijo Mario Amadeo (uno de los líderes de los comandos civiles “Este no era un golpe más, sino el triunfo de una clase sobre otra”. La proscripción del peronismo duró 18 años y durante ese lapso se intentó destruir cada emblema peronista que había en la Patria; como los materiales sanitarios de los hospitales , libros de conducción política, los planes quinquenales, los manuales educativos; en las fundaciones se destruían las camas, vajillas, sábanas, frazadas y todo material que lo identificase; en definitiva se destruyó cada objeto que lleve la insignia peronista, pero el peronismo siguió vivo en el corazón del pueblo, porque estaba vivo en su obra.
LEY 26.564
Desaparición forzada de personas
2009
Las divisiones gestadas dentro del cuerpo de oficiales, no se circunscribió solo al acompañamiento al orden constitucional; aquellos oficiales y suboficiales que lo defendieron fueron no solo dados de baja sino que pagaron con penas de prisión que en muchos casos superaron el periodo del gobierno de facto.
Dentro de las fuerzas armadas se fue incubando un claro antagonismo que tenía como eje la mirada sobre el peronismo; concretamente se reflexionaba sobre la participación política y social del peronismo en la sociedad. Los llamados Azules, creían que debían cooptar el voto peronista, incluso permitiendo la participación de ciertos dirigentes abogando por la normalización institucional y combatir la extrema izquierda; los Colorados abogaban por la exterminación del peronismo por considerarlo comunista; sobre lo que no tenían dudas era el trato que debían recibir aquellos militares que seguían manifestándose peronistas, debían gozar de la baja del servicio y el encarcelamiento.
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