Homofobia y Vulneración de Derechos Humanos

Homofobia y Vulneración de Derechos Humanos

El termino homofobia  creado en 1972  por el psicólogo Estadounidense George Weinberg, bajo la consideración de objeto de estudio patológico para la psiquiatría, ha demarcado desde ese entonces un término en referencia a quienes de manera arbitraria desde sus ideologías, costumbrismos, culturas y percepciones con reflejo de aparente “moral”, no solo cuestionan sino que arremeten y atenta contra la vida de aquellos que tienen una orientación y/o conducta sexual “diferente” esto quiere decir: quien sostiene relaciones de tipo afectivo y físico con personas de su mismo sexo. La concepción que se tiene frente a la homosexualidad ha estado encadenada directamente a la interpretación y los juicios de valor emitidos por terceros que por lo general desconocen el trasfondo que se desarrolla al ser parte de la comunidad LGBT,  ni de las incidencias a nivel psicológico, individual, colectivo y estructural que esto tiene en una sociedad tan arraigada a los costumbrismos y a los legados de familias patriarcales, donde no se concibe la idea de amor entre mujer – mujer, hombre – hombre. Osma. J. Concluye que “no es la homosexualidad en sí misma la que provoca sufrimiento en la persona homosexual ni en los demás, sino los pensamientos que esa persona tenga de este hecho”. Como reivindicación desde la psicología científica y la APA se retira de manera efectiva y duradera la  palabra homosexualidad de sus consideraciones como objeto de estudio causado por un trastorno mental. Posterior a esto en Diciembre de 2000 la Apa publica una guía de psicoterapia para personas LGBT (Conger 1975).

Lo anteriormente expuesto nos conlleva a pensarnos en la  constante vulneración de los Derechos humanos de los homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales entre otros conformadores de este grupo, quienes realmente más allá de su condición frente a  la sociedad siguen siendo seres humanos que tienen los mismos derechos y deberes  y a su vez la misma legitimidad para que lo antes expuesto sea validado, respetado y cumplido. Claro está que la lucha de las personas LGBT no ha sido fácil ni en vano, pues actualmente son reconocidos y apoyados en algunos escenarios donde se busca la restitución de sus derechos fundamentales dentro de lo cual reza la inclusión y participación activa dentro de la comunidad.

 Uno de los derechos más violentados a las personas de condición sexual diferente, es su derecho a la intimidad, el cual bajo la Constitución Política de Colombia en su Art. 15 divulga lo siguiente: “Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar”. Bajo esa consideración ¿Dónde se valida este Derecho en la comunidad LGBT, frente a las constantes agresiones verbales y físicas que reciben por parte de homofóbicos? ¿Es acaso entonces no solo una agresión contra los sujetos afectados sino también una omisión y burla a los referentes que regulan a través de normas y leyes el orden en la estructura social? A consideración propia diría que inicialmente el papel todo lo aguanta y que la aplicación como tal de este tipo de normas, tipificadas en los artículos de la constitución de un Estado como Colombia invalidan cualquier tipo de significación frente a realidades sociales como la de los homosexuales trasgredidos y por ende se queda siendo solo una utopía con aspiraciones para unos cuantos y que así mismo este escudo de defensa para estos individuos es omitido y burlado por otros cuantos, que consideran que tienen el poder y la sabiduría para agredir y romper la estructura del tejido social. El derecho al desarrollo de la libre personalidad no solo presenta una  afectación  en  la connotación que tiene desde el homofóbico y del homosexual, sino también en el desarrollo de la identidad colectiva que mediante una variación de percepciones reflexiona frente a la consideración de la construcción de una personalidad individual, demarcando así estereotipos que indirectamente están condicionando los modos de expresión  en la identidad y que por  ende entran en choque con la individualidad y el desarrollo  de dicha personalidad de los homosexuales a su vez flagelando los derechos fundamentales de estos. Bien ahora profundizando un poco más, empecemos por concebir y desarrollar el pensamiento que impulsa a un homofóbico a  atentar y vulnerar a los homosexuales; este presupone que tiene el poder y la facultad moral para juzgar, desde la ignorancia en referencia con biología considera que el ser homosexual tiene una  enfermedad, la cual es contagiosa y no se le considera ni mujer ni hombre; desde la religiosidad se concibe como un pecado ante un ser supremo “Dios”  el cual tendrá un castigo divino y que por ende su espíritu se encuentra trastornado por un “ente oscuro” y ante la sociedad en general se convierte en un sujeto excluido que  aunque tiene derechos, no debe gozar de estos porque su condición ataca toda convicción y todo pensamiento bien recibido en la estructura cultural y costumbrista en la población, lo que nos lleva al mismo punto; juicios de valor emitidos sin ningún tipo de argumento válido que haga que de algún modo sea bien visto el vulnerar los derechos fundamentales de estos seres humanos. La afectación que se ha venido presentando desde hace mucho tiempo en las diferentes sociedades a nivel mundial, en materia de vulneración de derechos humanos radica en todo tipo de ofensa de índole y fuerza ejercida de modo arbitrario, que han permitido el desarrollo de espacios u escenarios que se consideran regulan el orden social, pero que por el contario están alterando este orden y ultrajando la dignidad, la honra, la libertad de personas con una condición sexual diferente, claro ejemplo de estos son escándalos bien conocidos como el presentado en el Huffintong Post. Que relataba la situación que se daba en Uganda en África en 2012, donde se pretendía endurecer y aplicar el uso de la fuerza mediante penas impuestas a quienes fuesen hallados culpables de ser homosexuales, fue entonces tal la tensión que las personas bajo esta condición no solo se encontraban solos sin apoyo de la ley, ni de ningún ente representante y velador de sus derechos, sino que tal fue el atropello que ni siquiera estando en sus propios hogares con sus seres queridos estaban seguros, pues cualquiera tenía la obligación de  denunciarlos; esto es solo uno de  los tantas realidades en diferentes partes del mundo. La flagelación, la desvalorización que se le da al ser humano “diferente” en cualquier contexto ha generado una gran afectación y consolidación de fallas sistémicas en aquellos que estructuran y equilibran actualmente la organización, el desarrollo y que se “supone” garantizan el gozo de una vida digna y respetable para los seres humanos. Todo esto proyectado con una manta que recubre los errores y reluce los pequeños pasos que han podido dar los homosexuales en contra de la homofobia. Evidencia de estos pasos es  el desarrollo de la Asamblea general de Naciones Unidas del consejo de Derechos Humanos del 17 de Noviembre de 2011 donde el tema tratado se designó a “leyes y prácticas discriminatorias y actos de violencia cometidos contra personas por su orientación sexual e identidad de género” y así mismo como una Utopía perfeccionista, planteo la protección de estos individuos la inclusión y demás validación de sus derechos, lo cual se ha quedado desde esta visión  romántica plasmado y como garantía de que si se ha pensado en la problemática, se ha desarrollado en algo a regañadientes, pero no más.

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