Homofobia

¿Homofobia?

En este tiempo, cuando el tema de la homosexualidad, así como el de la homofobia están siendo muy tratados desde varios frentes, quiero dejar en claro mí posición al respecto como ciudadano y como cristiano.

Como bien sabemos, la homosexualidad es la inclinación hacia la relación erótica con individuos del mismo sexo, y la aversión o rechazo por estas personas es lo que se conoce como homofobia.

Quiero dejar muy claro mi respeto a las personas que practican o que tienen inclinación hacia la homosexualidad. No soy homofóbico, al contrario, siento gran compasión por quienes manifiestan esta conducta. No es mi intención juzgar a nadie por su orientación o inclinación sexual, ya que cada persona posee libertad para decidir hacer con su vida lo que quiera, no obstante, es mi deber como persona que predica y defiende los valores cristianos, expresados en la Biblia, alertar al respecto.

¿Y por que desde la Biblia? Porque considero este libro como el código principal de conducta de los seres humanos, y así ha quedado demostrado en la gran cantidad de vidas que ha transformado y salvado a través de la historia, incluyendo la mía.

La Biblia nos enseña que Dios creó al ser humano “varón y hembra”, es decir, hombre y mujer (Génesis 1:27). En este mismo libro, también nos habla de la unión matrimonial entre el hombre y la mujer (Gen. 2:24) con el fin de la reproducción (Gen. 1:28). La homosexualidad no lleva a cabo ninguno de estos dos valores propios de la sexualidad humana (matrimonio heterosexual y procreación) tal y como Dios la creó.

En cuanto al comportamiento humano, a la luz de la Biblia conseguimos una serie de textos que condenan la homosexualidad como un pecado grave.

En la ley dada por Dios en el Antiguo Pacto, Él expresa su repulsión por ésta práctica al considerarla abominable (Levíticos 18:22).

El libro de Romanos señala que debido a su terca inclinación a esta práctica, Dios reprueba su conducta, recibiendo así el castigo respectivo a su necedad (Rom. 1:26-28).

La 1ª Carta a los Corintios alerta en cuanto a quienes debido a su rebelde conducta pecaminosa no disfrutarán de las bendiciones del Reino de Dios, y en ésta lista hace alusión a los homosexuales (1ª Cor. 6:9-10).

El capítulo 19 de Génesis relata la historia de dos pueblos destruidos a causa de la perversidad, especialmente en cuanto a la práctica de la homosexualidad (Gen. 19:1-28).

Es pues, desde el punto de vista bíblico (que es el punto de vista de Dios) concretamente explicito el rechazo y la condenación a la práctica homosexual, razón suficiente como para no aceptarla, sin que necesariamente esta actitud sea tomada como homofóbica.

Ahora bien, desde la perspectiva de la naturaleza, podemos ver como anatómica y fisiológicamente la mujer posee características propias de su sexo que le diferencian del hombre.

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