“IDENTIDAD CULTURAL Y EDUCACIÓN”

La vida de cada persona depende de un contexto y una suma de decisiones seleccionadas, ambos factores son igual de importantes y una disociación de ellos podría provocar pérdida de identidad. Considero que los pilares fundamentales para que esa unión de elementos sea permanente es la enseñanza de los docentes

 En la carta “IDENTIDAD CULTURAL Y EDUCACIÓN” de Paulo Freire, se hace hincapié en lo relevante que es que los maestros enseñen la importancia del valor cultural y el aprecio por las raíces, desde la forma de hablar, hasta la forma de vestir. En algunas ocasiones los alumnos de sectores rurales no entienden una materia, simplemente porque no se ven involucrados. Si un profesor lo motiva a aprender geología en el contexto de su ubicación o biología en base a sembrados, pueden adoptar una mayor asociación práctica, por su relación con ella. Sin olvidar que también deben conocer cosas nuevas y que pueden progresar, ética y profesionalmente.

El hecho de que una persona aprecie sus raíces es muchas veces confundido con “Romantizar la pobreza” y no es así. Se tiene estigmatizado que el que nace en el campo tiene que salir de ahí. Un niño puede crecer obtener una carrera universitaria y no necesariamente establecerse en una gran ciudad o vivir del consumismo exagerado. Así como también puede elegir no ir a la universidad y aprender el trabajo de su tierra e innovar en ciertas áreas. Existen muchas maneras de educarse y progresar.

El profesor no tiene el deber de obligar a un alumno a interesarse por algo. Sin embargo, el alumno tiene el derecho a ser respetado por su origen y sus tradiciones. Desde ese punto el maestro debe orientar para enseñar lo nuevo y practicar lo inherente.

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