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IUSNATURALISMO


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2014  •  3.673 Palabras (15 Páginas)  •  281 Visitas

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E L C O N C E P T O

D E D E R E C H O

Iusnaturalismo y Positivismo

1. - Identificar las principales corrientes de filosofía del derecho.

2. – Mostrar la relevancia práctica de las disputas entre positivistas e iusnaturalistas para la labor judicial.

3. - Profundizar en el conocimiento de algunas teorías Filosóficas contemporáneas.

La historia de la filosofía del derecho está marcada por el enfrentamiento entre dos corrientes de pensamiento que proponen respuestas diversas a la pregunta "¿Qué es el derecho?". Nos referimos a las doctrinas del derecho natural (o iusnaturalismo) y del derecho positivo (o positivismo jurídico). En líneas generales, la disputa gira en torno a la relación que existe entre derecho y moral.

Los iusnaturalistas consideran que esa relación es definitoria del concepto de derecho, mientras que los positivistas consideran que es una relación que de hecho existe, pero que no resulta clave para comprender lo que es el derecho.

En este capítulo presentaremos ambas posiciones, tratando de mostrar la incidencia práctica que puede tener para un juez a la hora de fundar una decisión la adopción de una u otra respuesta al interrogante básico de la filosofía del derecho.

Para ello comenzaremos con la presentación de un fallo hipotético, dictado en lo que se suele denominar un "caso difícil", esto es, un caso en el que juristas expertos no están de acuerdo en la solución jurídica que cabe darle. En este fallo veremos cómo los tres jueces fundan el contenido de sus actos de decisión, y a partir de allí, comenzaremos a analizar la relevancia de la disputa filosófica para entender el origen y la fuerza de sus posiciones. De esta manera pondremos en evidencia la importancia práctica que puede tener esta discusión filosófica.

1.1 PUNTO DE PARTIDA: UN CASO DIFÍCIL

Un nieto asesinó a su abuelo para cobrar la herencia que este le cedía en su testamento, temiendo que el anciano pudiera cambiar su última voluntad.

Descubierto el crimen, el nieto fue encarcelado y se planteó el problema jurídico de sí tenía o no derecho a cobrar la herencia de su abuelo Aunque el testamento era aparentemente válido y las leyes testamentarias no preveían ninguna excepción para el caso en el que el sucesor hubiera causado intencionalmente la muerte del

testador para acelerar el trámite sucesorio, el procurador consideró que el nieto no tenía derecho a recibir la herencia. A continuación presentaré la hipotética sentencia dictada por un tribunal de tres miembros para resolver la cuestión:¬

"En la ciudad de Macondo, a los 25 días del mes de septiembre

de 2001, se reúne el Supremo Tribunal Inventado para dictar sentencia

en el proceso iniciado por el nieto asesino en el que se debe

determinar si tiene derecho a cobrar la herencia de su abuelo.

Habiendo escuchado los argumentos del procurador y de los

representantes del pretendido heredero, y habiendo recibido la prueba

aportada por las partes, los señores jueces de este Excelentísimo

Tribunal se expiden en los siguientes términos:

"El señor Juez Tomás dijo: 'Distinguidos colegas, estamos aquí

reunidos para determinar si un hombre que ha cometido un hecho

aberrante puede hacer valer un derecho que tiene su origen en tan

infamante falta. Los abogados del nieto asesino no niegan los hechos

(sobre cuya verdad real se asienta la condena penal dictada hace tres

meses en su contra), ni tampoco la intención que motivó su comisión,

esto es, la finalidad de acelerar el trámite sucesorio. Su posición se

reduce a afirmar que, independientemente del valor o disvalor moral

que merezca la conducta de asesinar a su abuelo, lo que en este

proceso se debe determinar es a quien corresponde recibir la herencia

que el muerto dispusiera mediante testamento. En este sentido afirman

que es perfectamente legítimo de acuerdo con el contenido del orden

jurídico vigente que el asesino de su abuelo pueda cobrar su herencia,

aunque el crimen haya sido cometido para acelerar el trámite

sucesorio. No existe ninguna excepción en las leyes testamentarias

que contemplen el caso y el testamento del muerto ha sido realizado

de acuerdo a lo establecido por ellas. Distinguidos colegas, creo que

es nuestra obligación, como miembros de este tribunal, ayudar a

desterrar la absurda y atroz concepción del derecho que encierra la

tesis de los abogados del nieto asesino. Esta concepción sostiene que

estamos frente a un sistema jurídico cada vez que un grupo humano

logra imponer cierto conjunto de normas en determinada sociedad y

cuenta con la fuerza suficiente para hacerlas cumplir, cualquiera que

sea el valor moral de tales normas. Esto ha generado el obsceno lema

"la ley es la ley", con el que se han intentado justificar los regímenes

más aberrantes. Desde antiguo, los pensadores más lúcidos han

argumentado para demostrar la falsedad de esta forma de entender el

derecho. Ellos nos han enseñado que por encima de las normas

dictadas por los hombres hay un conjunto de principios morales

universalmente válidos e inmutables que establecen criterios de

justicia y derechos fundamentales que forman parte de la verdadera

naturaleza humana. Ellos incluyen el derecho a la vida, a la integridad

física, a expresar opiniones políticas, a ejercer cultos religiosos, a no

ser discriminado por razones de raza, etc., a no ser coaccionado sin un

debido proceso legal. Son esos mismos criterios de justicia los que

prohiben terminantemente que alguien pueda verse beneficiado por la

comisión de un crimen atroz. Este conjunto de principios conforman

lo que se ha dado en llamar "derecho natural". Las normas positivas

dictadas por los hombres sólo son derecho en la medida que se

conforman al derecho natural y no lo contradicen. Cuando

enfrentamos un conjunto de normas, como las leyes testamentarias,

que están en oposición flagrante con algunos de los principios del

derecho natural, calificarlas de expresar todo el 'derecho' implicaría

desnaturalizar grotescamente ese sagrado nombre. Ante ellas debemos

plantearnos una pregunta fundamental: ¿estamos obligados a obedecer

las leyes que consideramos injustas por contrariar el derecho natural al

que estamos sometidos por el solo hecho de ser hombres? No siendo

las leyes testamentarias que permiten la sucesión de un criminal que

ha cometido el delito

...

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