Identidad cultural y el sentimiento de pertenencia a un espacio social: una discusión teórica

UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA

SISTEMA DE EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR

Ruta Formativa Comprensión del Ser Humano y Ciudadanía

M02. Raíces culturales e identidad. 2020-B

ASESOR FORMADOR: LIC. JOSUE ALBERTO SANCHEZ LEAL

Actividad 1.2 La formación de la identidad cultural en la Educación Media Superior

REFLEXION PERSONAL

Que presenta:

ANA MARIA PEREZ ORTEGA

El papel que juega el docente en la conformación de una identidad cultural en sus estudiantes.

Con el paso del tiempo los seres humanos nos adecuamos o adaptamos a diversos cambios que derivan tanto de las ideologías políticas, sociales como culturales y prendidas del contexto donde se desenvuelve cada individuo, de su herencia biológica, sus intereses como persona pero también de sus deseos de tener un futuro diferente al presente que ahora vive.

Se realizan o alcanzan ciertas metas o sueños, dependiendo de la circunstancia social en la que se viva. Ciertamente que el papel del docente en el ámbito educativo funge como formador de nuevas ideologías y formas de actuar social, para bien o para mal de la propia ciudadanía, como lo comenta Freire (2004), en “la octava carta a quien pretende enseñar”, el papel de los formadores de educandos debe ser democrático y no encaminado a responder a cierto grupo social dominante, donde se considera al desposeído económicamente como un ser inferior, tan solo por carecer de recursos económicos o un lenguaje que le permita dominar un amplio universo cognoscente y abrirse paso a mejores oportunidades.

Otro ejemplo lo encontramos en la formación de una identidad cultural no solo del docente como formador sino también de los educandos y su contexto social, recordemos que el ser humano por ende es único, irrepetible y social por naturaleza, pero la influencia del entorno donde crece y aprende sus primeras experiencia se fortalece con la suma de los individuos con que se relaciona, establece diversos lazos que a su vez le dan autonomía, fortalece sus emociones, hereda y a su vez moldea su carácter, aunque no lo hace por sí mismo, sino esos conocimientos y fortalezas las moldea a través del interaccionismo social y con lo que desea aprender, como indica Cohen (1986), citado en Flores  (op.cit., p. 6). Además del trabajo que realiza la escuela, que no siempre responde a los intereses sociales de la mayoría, sino a la clase política y de poder privilegiadas, es ahí donde Freire propone que la educación sea formadora incidente y no promotora solo de conocimientos básicos al servicio de unos cuantos.

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