Identidad institucional y la juventud en la iglesia

identidad institucional y la juventud en la iglesia

Cuando hablamos de identidad institucional nos referimos a que tan identificados nos sentimos en nuestro lugar de frecuencia ya sea nuestra universidad, instituto o grupo social. Estos rasgos colectivos diferencian a una institución de otra, por lo que permanentemente se replantea el: ¿Que somos?, ¿qué queremos? y ¿adonde vamos?

Los rasgos colectivos tienen que ver con la forma como nos vemos, con nuestros propósitos, cultura, tradición, condición social, ideas, etc.; lo cual nos permite irnos identificando y relacionando unos y otros, para así ser un gran grupo organizacional.

Ahora la juventud en la iglesia ocupa un papel importante ya que somos en todos los aspectos es el futuro, y se denomina como la continuidad de la iglesia. En las iglesias existen grupos llamados “células” que son grupos de oración cristiana que tienen su propia identidad pero orientada a un mismo fin.

El mundo ha experimentado cambios en todos los aspectos, han empeorado en temas importantes como lo político, cultural, social, económico, ambiental y por supuesto, religioso. La humanidad sufre una crisis generalizada principalmente por un sistema político-económico que nos perjudica, nos hace que adoremos al ídolo del dinero y nos hace individualistas para que no nos preocupemos por el mal ajeno, haciéndonos pensar que estamos solos en el mundo y ahí es donde hace falta los jóvenes en la religión, para que dejemos de pensar que no hay nada que cambiar y por nada que luchar.

Los jóvenes somos víctimas de la moda y del consumismo al extremo, esto hace que nos distraigamos de lo verdaderamente importante como lo es Dios

Estas células e iglesias inculcan a sus jóvenes, que ante los malestares del mundo no se puede hacer nada más que rezar, y que no se puede hacer nada porque es la voluntad de Dios. Dicen que oponerse a dicha voluntad es pecado, como jóvenes es nuestro deber y obligación cambiar las cosas y mejorarlas, ser evangelio viviente que al igual que Jesucristo denuncien lo malo y promuevan lo bueno.

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