Igualdad y equidad de género, una aspiración social

Igualdad y equidad de género, una aspiración social

David Serrano Cabrera

Igualdad y equidad de género son conceptos que representan parte de lo que necesita una sociedad que aspira a la justicia para todos los seres humanos, libres e independientes. Con la intención de alcanzar esta aspiración social es necesario entender varios puntos claves; el camino histórico que se ha transitado desde los inicios de nuestra sociedad en búsqueda de condiciones igualitarias y favorables en la calidad de vida de todas las personas; el concepto actual de igualdad y equidad de género según la Convención de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres (CEDAW) y la influencia que tienen los estereotipos sociales y culturales en el momento que buscamos realizar un cambio positivo que aporte a un desarrollo personas, individual y colectivo satisfactorio para todos y todas.

Históricamente la relación entre hombres y mujeres, ha representado una relación de poder e imposición por parte de un género sobre el otro a lo largo de las décadas y los siglos, la organización social de las civilizaciones pasadas y actuales ha buscado la conveniencia y la superioridad del sexo masculino sobre el femenino amparándose en leyes y tradiciones culturales impuestas por ellos mismos. Esta forma de organización no siempre fue la que se usó en las distintas sociedades que la humanidad ha desarrollado, en las más antiguas, aunque mujeres y hombres realizaban distintas actividades, ambos resultaban de igual importancia y contribuían de igual forma para la conservación y el crecimiento de su grupo social. Sin embargo, el cambio a este actual sistema se presentó en el momento en el que la forma de subsistencia paso de ser una de recolección a una basada en la acumulación, dando paso a la economía y con esto a las necesidades económicas, tanto de producción como de consumo.

Las crecientes ciudades, al necesitar de un crecimiento poblacional, comenzaron con la expansión de la sexualización de la mujer y su única utilidad reproductiva y de crianza, buscando únicamente la mayor cantidad de hijos posibles por mujer, dejando de lado opiniones, salud y la cualidad de persona de las mujeres volviéndolas objetos, marcando la diferencia entre nacer hombre y mujer y el rol que realizaban según esta característica desde esa época en adelante. Con estos cambios, el sistema social que buscaba la posesión de la mujer por parte del hombre se cree que se formalizó gracias a la monarquía y la iglesia en cooperación, en Castilla en 1265 con las Leyes de partidas las cuales definían exactamente el como debía comportarse una mujer y eliminaban sus derechos ciudadanos, dándoselos en posesión al hombre.

A pesar de estas condiciones de desigualdad y de inferioridad de la mujer debido al sometimiento por parte del hombre, la lucha por avances que igualen las condiciones siempre estuvo presente, tristemente a su vez, estuvieron también presentes las respuestas por parte del modelo patriarcal para frenar estas luchas, siendo un gran ejemplo la quema de brujas, mujeres cultas de grandes conocimientos, peligrosas para el sistema. Afortunadamente, a pesar de los esfuerzos por parar esto, existen grandes aportaciones de mujeres de la época que resultaron útiles para el modelo social que divisamos hoy, aportes como el de Cristina De Pizan (1364-1430) en La ciudad de las damas (1405), quién recurre a tres virtudes: la razón, el derecho y la justicia, para plantear la igualdad como principio humano, François Poulain de la Barre y Condorcet,        además de estos existen los escritos dados durante y después de la revolución francesa entre lo que mas destaca es la percepción de los derechos del hombre y del ciudadano como injustos, pues no protegen a todos los seres humanos, excluyendo una vez más a las mujeres.

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